two

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Para la quinta semana de clases, el cuerpo de Haneul ya pedía vacaciones, al igual que su mente.

El cumpleaños de Ahro estaba próximo, por lo que Dongyul y ella se veían en la tarea de organizarle algo, una cena u otra cosa así, pero sólo eran ella dos, organizando un evento para seís personas -contando a la cumpleañera- y su familia; dándonos como resultado unas quince personas. Yisu evitó ayudar y Hyunjin dijo que él ayudaría en conseguir un lugar dónde hacer el pequeño evento, la vajilla, la música e invitaría a los amigos del barrio de Ahro.

Luego de una laaarga jornada de clases, Chan pasó por la menor en el auto para ir por un helado. A la primera invitación se negó, a la segunda también, y a la tercera, terminó con el chico siguiéndole dos cuadras con su coche hasta que recibió un sí.

—¿Y Hyunjin?— preguntó, o sea, se supone que Chan conduce hasta su casa y lleva a Hyunjin con él.

—Tenía algo que hacer, así que, como dije anteriormente— ¿qué será ése algo? —he llegado a la conclusión de que tendré toda la tarde libre porque no tendré con quién jugar a la play station por lo que decidí llevar a una linda chica a tomar helado— Haneul ríe ante tales palabras —, y apareciste tú. Una hermosa chica.

Evitando mirarlo a los ojos, relamió sus labios, removiéndose incómoda en el asiento. Por Dios. Chan es tan directo.

«—Yo... Yo no quise que te sintieras incóm-»

—No, no, no— apresuró a responder —. Está todo perfecto, gracias por tu halago.

Cuando llegaron a la heladería, en un mar de chistes, risas, charlas y robadas de helado de parte de Chan, mientras miraba alrededor de ellos, se encontró con Hyunjin y... Yisu.

Ambos tomados de la mano. Al parecer, el rostro de la pelinegra se desfiguró o algo así, porque su acompañante se ha girado a ver en la dirección a donde mantenía la vista.

—Mi hermano es quién te gusta, ¿no?— dió un suspiro.

—¿A-a qué tu pregunta, Chan-sshi?— dijo extrañada, sintiendo el salado sabor de las lágrimas que resbalaban por su mejillas y se entrometiéndose por sus labios, hasta la lengua.

—Haneul... Siempre me has gustado, desde que Hyunjin te llevó a casa por primera vez— ella aún recordaba ése día cuando Hyunjin le dijo que tenía que terminar ése trabajo de literatura y que no podía sólo.

—Chan, yo...— su respiración se volvía irregular al tener al mayor cada vez más cerca, pudiendo sentir su aroma, tan similar al de Hyunjin. Los labios de ambos rozaron, y por alguna razón extraña se unió al beso que Chan inició, tal vez por despecho, por ganas de olvidar a Hyunjin o no quien sabe, estaba disfrutando aquello, pero... —. Chan-sshi, no puedo. No está bien esto. Tú... tú lo haces con emociones y yo sólo por... No lo sé, lo siento. En verdad lo siento.

Sin más, recogió su bolso y procedió a retirarse de la mesa en dónde había sido acompañada por Chan.

—¡Haneul-ah!— «Yisu, no es buen momento». Ella continuó caminando hasta que él pronunció su nombre y su caminar se detuvo en seco, dando miradas a todos lados para encontrarlo.

—Oh hola, Yisu. Hyunjin— sonrió forzadamente, tratando de ocultar el dolor que le provoca aquella unión de meñiques entre sus amigos.

—¿Qué haces aquí, Haneul?— le preguntó Hyunjin, mirándole de manera neutra.

—¡Hannie!— Chan, ¡su salvación! —. Dulzura, te he estado buscando— dice mientras la envuelve en un cálido abrazo —. ¡Hyunjin, Yisu! ¿Están en una cita?

➤ self esteem ᎒ hwang hyunjinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora