kilómetros de Amor (2Wish)

Desvió

💙

Nadamás llegar a la casa o más bien mansión por qué no podría definir de otra manera a un lugar frío sin calor de hogar.
Mi nana ya me esperaba en la entrada, según ella mi padre esperaba por mi.

Eso me causo sorpresa, yo su segundo hijo no era su favorito, a mis 27 años con una carrera trunca y con pésima disposición a satisfacerlo, siempre me preguntaba si solo me mantenía por el que dirán.

Abandone mis pensamientos conociendo perfecto la respuesta a ellos, toque la puerta de su estudio tomando antes varias respiraciones preparándome mentalmente a todo lo que tuviera que decir mi padre.

— Entra Mean quiero hablar contigo... – mi padre no era los que perdieran su tiempo, algo quería y debía estar alerta. — Todavía quieres irte a Corea a estudiar esa carrera aburrida de la que hablaste.

— Si... padre – no podía creerlo, él estaba dispuesto a dejarme ir... Pero, ¿cómo por qué?... ¿Habrá entendido que jamás seré como él desea?

— Estuve considerándolo y he pensado permitir que hagas lo que quieres... – estaba feliz, no me duró tanto el gusto — Solo necesito que hagas algo por mí.

— ¿Qué puedo hacer yo por ti padre?

— Ese amigo tuyo también está en Corea por lo que escuche... – los padres de mi mejor amigo eran los mejores amigos también, no dudaba que ellos hubieran mensionado algo.

Por si la dudas confirme.

— ¿Te refieres a Saint?

— ¡Quien más! Si tú no tienes amigos – ya se estaba tardando en dar sus comentarios.

— ¿Qué pasa con él?

— Quiero que lo hagas que se enamore de ti y te cases con él... – lo dijo cómo si fuera algo simple y sin importancia. Lo miré sin entender. —... no me mires así, ¿crees que no estoy enterado de tu vida personal?, ahora puedes tener a ese marica, si lo quieres. Tienes mi permiso.

— Padre no entiendo que quieres decir...

— No te hagas el tonto Mean, se tus preferencias, antes creía que sería perjudicial para la empresa, hasta que está nueva ola de la inclusión y todas esas leyes nuevas me hizo ver qué esto podría ser beneficio para la empresa.

— ¿Me estás queriendo usar como promoción?

— Nunca has hecho nada para la familia Mean, solo decepciones nos has dado, ya es hora que hagas algo, además no me digas que ese marica no te gusta...

— No lo llames así padre.

— ¡Cómo sea! ¿vas hacerlo? – quitó sus lentes sentándose frente a su escritorio después de acomodar sus tan preciados libros de ética moral, que parecía no los leía con conciencia.

— No padre, Saint no me ama y no pienso obligarlo hacerlo por complacerte.

— ¿Qué idiotez estás diciendo? ¿quién hablo de amor?, es una negociación dónde todos saldremos ganando. ¡Hasta tú! Tendrás ese niño que siempre te ha gustado y yo consigo una unión familiar ventajoso con el extra de la promoción sobre mi hijo casándose con otro hombre y el padre orgulloso apoyándolo....– me mostró una gráfica en su monitor —... Según las encuestas las ventas se irán por los cielos. ¿Sabes cuantos como tú existen hoy en día?, me preguntó cómo hay tantos si no pueden procrear entre sí. – me estaba dando asco escuchar a mi padre, cada palabra que salía de su boca me hacían renegar de mi vida. — Ya está todo listo para el viaje, un departamento en una de las mejores zonas de Seúl, un auto nuevo, una universidad de prestigio, no la escuelucha que pediste... – lo hice detenerse.