kilómetros de Amor (2Wish)

La princesa de hielo I

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(Llamada)

Pin, ¿que necesitas?

¿Dónde te encuentras Ana? No era extraño para mí escuchar a Pin hablar franco y directo.

No muy lejos. En la matriz. Están celebrando una cena y espero encontrar lo que estás buscando, es muy ambicioso el proyecto por eso debo ser meticulosa con los prospectos.

Se que los encontrarás, tú puede hacer lo imposible posible. Confío en ti.

No era necesario adular... - escuchar su risa corta me animo, Pin no es de los que adula para conseguir algo —...puede que tengas algo de razón.

Necesito tu ayuda... - dijo sin rodeos. No tenía que responder. Esperé a que continuara  Quiero que regreses a Seúl y te hagas pasar por una asistente personal por cuatro meses.

¿Puedo conocer la razón? - se que no respondería, pero aún así pregunté.

Te lo diré en persona.

Dame tres días y regreso - para él hablar directamente era costumbre y yo hacía lo mismo.

Gracias Ana, cuídate por favor. - corto.

(Fin llamada)

¿Asistente personal? ¿De quién?

Conocí a Pin gracias a mi fastidioso, pero amado amigo Plan, un día llegó a mi casa muy estresado diciendo que su cheff había corrido nuevamente a su Sous Chef.

Tiempo atrás...

— Es el quinto que despide por una tontería. ¡Me tiene cansado!

— Busca otro - rodé mis ojos. Que Plan llegará a mi casa y entrara como don por su casa no era de extrañarse, para mi familia ya era algo normal.

Cómo dije entro quejándose directo a mi sillón donde mi hermana y yo veíamos televisión, Helen al verlo sonrió dejándonos solos.

— ¡Es el mejor! No puedo.

— Entonces no te quejes y consigue a otro Sous Chef - me senté a su lado poniendo un cojín entre nosotros.

— Lo intente, pero el rumor de su mal trato y despido injustificado es noticia, nadie quiere aplicar para el puesto.

— No podrías hablar con el cheff para que cambie de actitud - pregunté y él me miró como si yo fuera una clase de broma.

— Si pudiera hablar con él, ¿creés que estaría aquí contándote mis problemas Anita de mi vida?

— A mí no me vengas con tus ironías - me levanté del sillón para apagar la televisión y poner distancia entre ambos. El volvió a fijar su mirada en mi, está vez su mirada era melosa y molesta para mí.

— Anita, cielito, requiero tu consejo no tus regaños... - es un tramposo de lo peor y lo sabe mejor que nadie. Me rendí.

— Has entrevistas personales, busca personas que tengan el carácter fuerte, que no se dejen amedrentar tan fácil y que su talento sea mejor que su ego... - hice una gran pausa ironizando al final — como “tú” comprenderás.- pensé que respondería a mi referencia, en su lugar sonrió.