Yellow Diamond es dueña de una de las marcas de accesorios más grandes dedicada entre muchas cosas a la comercialización de todo tipo de joyas preciosas.
Una mujer muy dedicada a sus negociaciones, hacer que su trabajo sea perfecto, aveces la hace centrarse tanto que siempre esta tranquila mientras ninguno de sus empleados se atreviera a molestarla; a menos que sea importante de lo contrario podrían ser hasta despedidos, sin embargo hoy la joven empresaria estaba malhumorada más de lo normal, su madre White Diamond le había fallado con la reunión pendiente en unas horas, notificando que tenía un percance y no podría llegar dejándole todo el trabajo a ella su única hija. Yellow enfureció cuando su asistente le hizo saber por medio de un correo electrónico el percance de su madre; fue el hecho de que lo hizo por un correo lo que la hizo estallar de ira aún más, por el contrario la empresaria hubiese preferido que su madre la notificara llamándole. Ahora con la presión de una junta que debía salir más que perfecta y sin White para guiarla, ella solo podía acudir con una persona.— Serían 10 dólares, señorita — Habló Sadie una joven empleada mientras le extendía el brazo para entregar un café caliente — Gracias, que lo disfrute — Agradeció cuando su cliente le pagó esta solo salió del lugar sin responder
La empresaria sacó su teléfono y se dispuso a responder varios correos electrónicos mientras caminaba rumbo a su auto estacionado cerca de la cafetería en el proceso tomó uno u otro sorbo de su café caliente.
Finalmente había encontrado el auto solo debía cruzar la calle se disponía a hacerlo, sin embargo se detuvo porque desgraciadamente el semáforo había pasado de verde a rojo impidiendole el paso. Mientras esperaba giro su cabeza al escuchar unas voces desconocidas. Eran unos niños.— ¡Steven! ¿Estás seguro de qué no estamos perdidos? — Uno de los dos habló — No sería mejor preguntar — Sugirió uno de ellos — Quizá así llegaríamos más rápido
Los niños se acercaban sin percatarse a la imponente mujer. Yellow dedujo que eran estudiantes, pues tenían puesto sus uniformes y llevaban sus mochilas, al parecer el Steven tenía un pedazo de papel entre sus manos. Eso le hizo pensar el porque dos niños estaría fuera de la escuela tan temprano en vez de estar adentro.
— Se supone que el museo debe estar a una cuadras de aquí — Dijo Steven, él giró el mapa para ver si encajaba los lugares con su ubicación — Debería haber un heladería en vez de una cafetería
— Estoy segura de que este mapa está mal elaborado — Expresó Connie — ¡Lo que aparece en el mapa no se encuentra aquí!
Ambos chicos detuvieron sus quejas respecto del mapa cuando chocaron con alguien, ambos dieron un salto hacia atrás de inmediato. Steven y Connie levantaron la vista para ver con quién se toparon encontrándose una mirada intimidante, quedando perplejos inmediatamente.
La mujer en frente de ellos, era muy alta aún sino tuviera sus tacones con rasgos finos y un cabello corto rubio que estaba peinado hacia adelante con algunos mechones rebeldes a los costados de su rostro, ojos miel, vestía un traje formal, todo en ella se veía autoritario y formal, la rubia guardo su teléfono frunció el ceño a los niños, si ella no los hubiera visto desde antes probablemente hubiesen manchado su costoso traje con su café caliente.
— ¡Lo siento! digo ¡lo sentimos mucho! ¡Perdónanos! — Ambos dijeron al unísono y pidieron disculpas a la mujer alta — ¡No te habíamos visto!
— Ambos deberían fijarse por donde caminan — Los regaño, examinó a los niños que groseramente chocaron con ella; la chica llevaba una mochila roja, botas nada fuera de la común, pero el chico tenía una mochila de hamburguesa y llevaba puesto... ¿sandalias?. No estaba segura de si le dejaban llevar eso a la escuela, pero no le interesaba
ESTÁS LEYENDO
_Intrusos_
FanfictionTuve que hacer esto porque la idea no salía de mi cabeza. Rumbo a la excursión al museo Steven y Connie se pierden, topándose con la malhumorada Sra. Yellow Diamond la dueña de una de las empresas más importantes en Empire City cuando todo se vuelve...