royal.

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para jaehyun no fue fácil volverse de confianza para los reyes, llegar a su puesto como guardia real le costó años de esfuerzo luego de manchar su vida a los dieciséis, un crimen dentro del reino que llevó al asesinato de muchas personas, casi un genocidio del que él fue responsable junto a un par de hombres más, siendo entrenado por su padre desde que puede recordar, con un manejo casi experto en las espadas fue como dió muerte a la mayor parte de los pobladores por una guerra territorial.

los reyes lo tomaron prisionero y entrenandolo nuevamente pudieron tenerlo de su lado, en las puertas del castillo por cualquier amenaza que apareciera, solía escoltar al príncipe a cualquier lado e incluso cuidarlo cuando los reyes debían ir por tratados hasta otros reínos, se había vuelto de una importante confianza ya que los reyes lee ni locos dejarían en manos de cualquiera a su ángel.

taeyong aún parecía tener espíritu de un niño pequeño, le gustaba jugar con su escolta cada vez que estaban fuera del castillo, ver a los niños correr lo llenaba de alegría e incluso lo ponía más contento velar por el bienestar de su pueblo, era tan feliz con su vida, aunque si fuese por él viviría en una modesta casa donde tendría su propio negocio de costuras, amaba estilizar los trajes con los que asistía a ceremonias, las cosas que usaba a diario y de vez en cuando ayudaba a su madre con los exclusivos vestido que lucía.

-¿hyunnie no podemos comprar ni siquiera un dulce?- preguntó con los ojitos brillando a más no poder el más joven.

-joven, son órdenes de sus padres que no podemos comprar nada aquí, ¿y si lo envenenan?- su semblante cambió totalmente cuando escuchó carcajadas a su lado, negó un par de veces y continuó caminando.- puedo comprar una flor si quiere, es lo que me permiten darle.-

el más bajito se resistió a hacer un berrinche por el dulce que quería, ¿qué pensarían las personas del príncipe si lo hacía en ese momento?- está bien, quiero una flor, pero la más bonita que puedas encontrar, la que más te recuerde a mi- sonrió con un tono carmesí que se marcaba especialmente en sus pómulos. el guardia caminó junto a él hasta el puesto más lindo lleno de colores.

jaehyun tomó una rosa roja y sonrió viéndola, enseguida buscó desde el dinero que le habían facilitado para poder comprarla, pero para su mayor alivio se la habían entregado gratis solo por ser para el reluciente príncipe lee.

-siempre he pensado que las princesas son lindas.- habló de la nada el menor mientras se encontraban de vuelta al castillo.- me gustaría haber sigo una, siempre con vestidos tan lindos y tal, es mucho más divertido eso.- se lamentó viendo la flor que le había dado su confidente.- hyunnie, ¿puedes tratarme como a una?-

la pregunta tomó por sorpresa al más alto y se detuvo en la puerta del imponente castillo, donde era su lugar.- si quiere que lo trate así, claro que puedo hacerlo, joven yong.- el príncipe comenzó a dar saltos en su lugar mientras entraba a su 'hogar' esperando a que el hombre fuese tras él.

—jae, no esperes una orden para pasar, estás a cargo de mi desde que tengo unos diecisiete, conoces hasta mi escondite.— tomó su mano prácticamente arrastrando al más alto hasta su cuarto, el mismo solo se mantuvo en la puerta, con ambos brazos cruzados sobre su pecho cuidando al joven de ahora veinte años.— ¡hyunnie no te quedes ahí das miedo!— inflo sus mejillas mientras con su dedo índice golpeaba sus labios pensando.— ¡mejor ve a buscar un florero con agua, por favor! no quiero que se marchite ahora.— terminó dedicándole una radiante sonrisa mientras el mayor dejaba la habitación para lo pedido, mientras ordenó sus cosas hasta que el castaño llegó y dejó en la mesita de noche la rosa en agua.

—princesa lee, ¿le gusta como se ve?— el corazoncito del más pequeño se sacudió en su pecho con fuerza y efusivamente abrazó al guardia, dios era tan hermoso cuando lo veía de cerca, ¿estaba mal sentirse así? sobre todo cuando el baile para conocer a la princesa que sería su esposa estaba tan cerca, no soportaba la idea que sus padres arreglaran su matrimonio ¡ni siquiera sabía su nombre!

sweet princess + jy. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora