III

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Cuando el tumulto en su corazón finalmente se calmó, la luna se alzaba sobre ellos en todo su esplendor. Los párpados de Inosuke estaban hinchados más de lo que quería admitir y estaba cansado y adolorido de haber llorado tanto.

Sin embargo, se encontraba tan cómodo entre los brazos de Kanao que no quería separarse nunca.

Así que se quedaron así por unos momentos.

Era tranquilo, seguro, cálido y reconfortante. Inosuke sentía que se podía dormir en cualquier momento.

Entonces, su hipersensibilidad le advirtió de pequeñas gotas que caían despacio por su cabeza.

Se separó de la chica para ver que estaba sucediendo y notar que estaba llorando lentamente.

Y tal vez era porque estaba cansado.

No, ni siquiera por eso...

Pero Kanao, que le sonreía tristemente bajo el cielo estrellado, reflejando en sus morados ojos el paisaje y su imagen, se veía desgarradoramente hermosa.

Tanto, que hacía que se le olvidase como respirar y que su corazón y estómago diesen un vuelco de 360 grados, para irse a flotar junto con las estrellas perdidas en la mirada de ella, brillando en el espejismo de las pequeñas y contadas lágrimas que resbalaban por su mejilla.

Su pecho dolía al verla llorar así y sin pensarlo, se acercó más de lo que debería.

El mínimo llanto de la chica se detuvo de la sorpresa y el destello en los orbes esmeralda de Inosuke la hipnotizó, robándole cada partícula de aire que tuviese en sus pulmones.

Y antes de poder decir algo, entre los susurros de los grillos y la brisa nocturna, la besó.

Dulce e instintivamente, como si Inosuke no hubiese podido procesar lo que estaba sintiendo y en cambio, decidió solamente actuar.

Duró poco más de unos segundos y para cuando se separaron, él finalmente entro en razón de lo que había hecho.

⎯ L-L-Lo siento, y-yo----

Tartamudeando como nunca había hecho en su vida, estaba tan nervioso que solo quería esconderse debajo de su máscara de jabalí y enterrarse en un agujero para no salir jamás.

Mirándola desesperadamente, Inosuke inadvertidamente fue capaz de presenciar la secuencia más preciosa que había visto en su vida.

El rostro sorprendido de Kanao se sonrojó en un tierno rosado pastel, para luego pasar a un lindo carmín y terminar con un furioso rojo, para luego tapar con ambas manos sus labios, cómo si no creyese lo que acababa de pasar.

El corazón de Inosuke latía tan fuertemente que se agarró el pecho con fuerza, creyendo que este se le iba a salir.

Se veía tan etéreamente preciosa y tierna, la manera en que su mirada destelleaba con emoción lo tenía ligeramente mareado y avergonzado.

No sabía que decir o qué pensar o que hacer respecto a lo impulsivo y rápido que había sido todo, pero Kanao agarró su mano con delicadeza y timidez mientras murmuraba.

⎯ Mi corazón no estaba listo para eso...

¿Entonces qué significaba eso---?

Antes de siquiera poder terminar de pensarlo, Kanao posó de nuevo sus labios sobre los suyos, con tanto cariño y cuidado que Inosuke se sintió derretir bajo su afecto.

Al separarse, pudo notar lo emocionada y sonrojada que ella estaba. No pudo evitar pensar que se veía adorable de esta manera y que daría lo que fuera por volverla a poner así, cuando ella valientemente le susurró.

⎯ Vayamos más lento, ¿De acuerdo?

Inosuke solo pudo asentir a la vez que sentía como la felicidad que sentía salía de su cuerpo en forma de pequeños pompones, mirándola con cariño y besándola de nuevo, experimentando con este sentimiento que quemaba en su pecho, porque esta noche obtuvo mucho más de lo que alguna vez pudo esperar.

Habla conmigo | InoKana |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora