"Visita"

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El día de hoy era normal, el clima era templado y las nubes recorrían los cielos en la ciudad de México, además del tráfico, fueron las primeras cosas que pudo captar la organización cuando salió del aeropuerto para subirse en el auto que lo esperaba desde hace poco.

De las contadas veces que llega a hacerlo, ONU colocó unos auriculares que Corea del Sur le había regalado, reproduciendo unos podcasts de libros motivacionales y de superación personal.
El pacifista se dedicó a sacar una pequeña libreta para hacer apuntes y uno que otro mapa conceptual de lo que escuchaba, era una técnica que Alemania le recomendó seguir.

Un carraspeo lo hizo quitarse los audífonos- Señor, ya hemos llegado.-  informó la chófer al tener unos tres minutos estacionados afuera de una casa que tiene un bonito jardín.

-Gracias por traerme Denisse, iré a ver si se encuentra en casa.- mencionó el azulado guardando sus cosas para luego bajarse del vehículo caminando por la vereda para no tener que dañar el "césped" del patio.

Al estar en la puerta, movió levemente pero con fuerza sus pies dentro de un tapete antes de tocar, y cuando provocó aquel sonido para informar su presencia sólo logró escuchar unos ladridos.

-¡Ábrete Paco, me vas a tumbar a la verga!- los ladridos se hicieron más persistentes a la par de unos gruñidos, pero aún así escuchó la voz de la persona a la que buscaba.- Chinga'o... ¿Quién es?- preguntó pegándose más a la puerta.

-Soy ONU, México.- respondió el pacifista desde el otro lado mientras miraba las plantas que habían allí, deseaba probar una de ellas.

-¡¡Organización de las Naciones Unidas!!, ¿En qué te puedo ayudar?- exclamó el mexicano abriendo la puerta dejando ver su figura sonriente.

-Quiero hablar contigo.- dijo mirando como el país tragó en seco, una risa nerviosa salió de sus labios.- ¿No te resulta inconveniente?- inquirió el de ropas formales.

-No, no, no,¿cómo crees?... pásale mi choza es tu choza.- mencionó haciéndose a un lado permitiéndole el paso por la casa.

-Te lo agradezco mucho, con su permiso.- agradeció entrando a la casa tranquilamente, no sin antes de hacer unas señas a la conductora, la cual asintió y se dedicó a leer uno de los cómics de Deadpool que guardaba para evitar el aburrimiento en situaciones como estas.

La organización mundial al pasar a la sala del hogar pudo percibir con más intensidad un olor que se hacía cada vez persistente por su sentido del olfato, era esplendido y atrayente.

-¿Estás cocinando?- preguntó sin importar la obviedad  de ello, se estaba lamentando por irrumpir al mexicano en sus labores- Estoy siendo una molestia, si lo deseas puedo irme y volver más tarde.-

-¡Para nada!.- exclamó rápidamente- La comida estará lista en unos minutos, ¿ya comiste?, pos si quieres comer aquí y hablamos luego, claro sí es que puedes.- le sugirió mientras tomaba las cosas de la organización y las aventaba para un rincón de la sala.

- Yo uuh.- balbuceó inseguro, no quería comer, sin embargo, el olor que emanaba lo que sea que cocinaba el mexicano lo hizo dudar.

-¡Dale, no es ninguna molestia, al contrario estaría chido que me acompañaras!- insistió sonriendo al dirigir al pacifista a la cocina, realmente no quería comer solo.  

- Está bien, muchas gracias.- dijo al darse por vencido al ser convencido- ¿Necesitas ayuda?- preguntó al ver a México acercarse a la estufa para abrir el horno.

-No terminé de hacer la limonada, yo parto los limones y tú los exprimes, ¿va?- respondió al señalar una jarra con agua azucarada.

-Oh por supuesto, ¿en dónde está el exprimidor?- cuestionó al pararse en el lavaplatos para lavar sus manos.

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⏰ Última actualización: Jul 23, 2020 ⏰

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