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Los días pasaban rápidamente. Mamiya ignoro por lo que quedaba de semana a los cazadores de demonios. Tanjirou intento volver a hablar sobre el tema en varias ocasiones, pero ella lo esquivaba con una habilidad impresionante.  Inosuke no entendia porque el pelirrojo causaba tanto alboroto, era obvio que la castaña iba a hacerlo de todos modos, era problema suyo si quería convertirse en la sirvienta de Topachiro. Ese mismo domingo, antes de el peliazul fuera a los baños, Tanjirou lo abordo con obstinación.

—Es parte de tu familia Inosuke, no te importa que vaya a sufrir por ese error— los ojos del pelirrojo centellaban bajo la luz de las lámparas. Estaba claro que quería el apoyo del cazador bestia— habla con ella, algo me dice que va a escucharte—

—Ehhh! No me importa lo que haga. Y no somos familia— aclaro empezando a subirle los humos a la cabeza— Nos criamos en la misma camada, pero no somos hermanos—

Tanjirou pareció vacilar en decir algo, pero callo. La castaña parecía ser la única que veía esa conexión familiar con Hashibira, a Inosuke poco le importaba su condición. Pero el olor que emanaba decía todo lo contrario, estaba inquieto, inseguro, de alguna manera se sintió como si estuviera perdido en una laguna. Entonces Tanjirou cayó en cuentas, Inosuke no sabía el significado de lo que habían hablado, no veía la importancia en esa cuestión. Albergo esperanza en que el chico bestia convencería a la castaña si sabía el riesgo que ella corría.

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—sucede algo?— la voz de Mamiya se alzó a través de la bañera humeante— estás extrañamente callado hoy—

Inosuke podría decir lo mismo de ella,  en la semana no se había molestado por su interrupción en los baños, siempre le gritaba y le amenazaba. Pero durante ese periodo de tiempo su mente parecía ausente, ella no sabía cuánto eso lo irritaba. Pensó en lo que le había explicado Tanjirou y en su promesa de que hablaría con ella.

—Es necesario que hagas está cosa que vas a hacer con Topachiro?— la castaña lo miro buscando algo, al no encontrarlo se relajo. Esa noche el sonido de los grillos era más intenso y la temperatura había bajado.

Se encongio de hombros antes de responderle. Con Inosuke no tenía que ser manipuladora, después de todo, el chico era un completo idiota.

—Estoy haciendo esto por Okaasan y las otras chicas. Aunque tu amigo lo vea cómo un desperdicio, es mi manera de hacer pagar algunas cuentas pendientes— los ojos de Mamiya brillaron con una luz extraña, el peliazul lo reconoció enseguida.

—lo estás cazando?—

Mamiya no dijo nada por varios minutos,  e Inosuke no sabía si tomar aquello como una respuesta afirmativa o no. Los ojos azules de la chica se oscurecieron acorde iba avanzando por el agua hacía él. Su paso se veía elegante, podía ver cómo las caderas se mecian ligeramente de un lado a otro, como su cabello flotaba en el agua y como la visión de su cuerpo de hacia más transparente. Parecía una sirena. Instintivamente tragó saliva, se sintió intimidado y una ola de calor parecía cubrir su cuerpo, era una sensación completamente nueva para él y lo estaba abrumando.

En cuanto la castaña estuvo a solo un brazo de distancia alzo su mano y la poso en uno de los pectorales de chico bestia, la tersa mano le hizo dar un respingón. Ella sintió la sacudida y soltó una risilla. En otro momento esa risa hubiera desencadenado su furia, pero estaba tan eclipsado en ella que ni la noto. Todos sus sentidos estaba absortos en su tacto. Recordó el primer día en la casona, cuando Tontohiro también había quedado embelesado con ella, ese recuerdo lo irritó profundamente.

Mamiya comprobó lo firme que era su pectoral y con un gesto de aprobación siguió con el otro.  Su mano descendió hasta los  abdominales y la dejo quieta, después de un rato de meditar dijo por fin.

—no estás respirando— él tomo aire sin darse cuenta de que había contenido la respiración todo ese rato, otra ola de calor volvió a apoderarse de él. Ella volvió a tener otro rato la mano en ese lugar mientras respiraba— concentración total?—

El bufo, agrandado su ego.

—ahora puedo mantenerla siemp...— callo súbitamente cuando ella apoyo su cabeza en su hombro derecho. Eso hizo que se acercará más a él, sus pechos se aplastaron contra sus pectorales y la sensación volvió a cortarle el aliento. Sentía que se estaba volviendo loco.

El susurro de voz de Mamiya le acaricio el oído, haciendo que tuviera hormigueos en la parte baja del vientre.

—Sal de los baños y ve con tus compañeros, hay dos demonios... a por lo menos 5 metros de aquí— le plantó varios besos en la mejilla y volvió a susurrarle— ellos piensan que estaremos haciendo un escena, cuando intenté besarte empujame, finge estar ofendido y sal. Cazalos—

Inosuke se tenso y volvió a cobrar seriedad, sus rostros se encontraron a centímetros y él le sonrió con arrogancia.

— siempre me has ganado usando la séptima respiración— ella le devolvió la sonrisa y se apartó ligeramente. Inosuke nunca había sido bueno fingiendo cosas, era un idiota empedernido, por lo que Mamiya tuvo que pensar en que decirle para que realmente se ofendiera. 

Después de unos segundos realmente cortos, ella intento acercarse a sus labios y después de un gruñidos, Inosuke la empujó con demasiada brusquedad, haciendo que todo su peso cayera en la pierna izquierda, trato de aguantar un aullido poco femenino y miro como el peliazul salía dando patadas y maldiciendo. Había observado hacia unos días que Inosuke no se sentía cómodo con Lord Takahiro y, que mejor insulto que compararlo con él. Hizo como si no le diera importancia al asunto y fingió seguir bañandose.

Esperaba que los cazadores se ocuparán de los demonios que la merodeaban, eso facilitaría las cosas con su futuro Danna.

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La persecución se alargó más de lo que esperaban. Inosuke se había adelantado con aires de grandeza y había revelado su presencia a los demonios. Después de estar 3 horas dando vuelta a los alrededores, dieron por perdidos a los demonios.

Cuando volvieron a la casona e informaron a Shiwa Mamiya, ella hizo una mueca de desaprobación y los llamo inútiles descerebrados. Zenitsu alzo la voz para contrariarla, pero cayó en seco cuando sintió la vibra de bestia que despedía. Tanjirou abogó por todos y después de discutir lo que se haría mañana, se fueron a dormir. Inosuke tardo en conciliar el sueño, pensando en los baños y los extraños sentimientos que estaba teniendo hacia su antigua compañera de camada. Amargamente pensó en que mañana ella iría a pasear por toda la villa con ese tal Topachiro y luego ella... Iba a pertenecerle a ese idiota.

El rey JabalíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora