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Ya era hora... no podía faltar, no podía decir que no, no podía huir.

El auto paró y sus padres bajaron de aquel vehículo. los nervios empezaron a causarle nauseas y un fuerte dolor de cabeza. ¿Y si arruinaba todo?, ¿y si decía algo que no debía?, ¿y si no era lo suficientemente bueno? Sabía que hacer esto ayudaría a sus padres, pero... ¿y su felicidad? No había pensado en eso, no habían pensado en eso ¿por qué tendría que ayudarlos? Sus pensamientos fueron interrumpidos por su madre animándole a dejar el cómodo asiento de aquel lujoso auto.

Los nervios se apoderaron de su mente. ¿Que pasaría después? Probablemente perdería su libertad ¡no! ¡No podía permitir eso! Pero... ¿que pasaría si no lo hacía? Sus padres perderían su trabajo y los ahorros no durarían lo suficiente ¡tampoco podía permitir eso!

Su cuerpo empezó a hacer de las suyas. Empezó a sudar frío, su vista se nublaba poco a poco, su ya fuerte dolor de cabeza empeoró y las náuseas aumentaron. Se paró de un salto y camino encorvado hasta llegar al lado de sus padres. Su madre toco su espalda en señal de que se parara derecho.

Entraron por una gran puerta blanca, con decorado dorado y unas estatuas de leones a los lados. Caminaron hasta llegar a una mesa. Allí los esperaban un hombre y una mujer. El hombre tenía un cabello rubio casi blanco, un traje gris con una corbata azul y ojos verdes, en cambio La mujer vestía un hermoso vestido largo, mas o menos hasta los pies, de un negro azulado, cabello café y ojos de un tono más oscuro.

- ¡oh! ¡Pero que chico más lindo! No puedo creer cuanto haz crecido, Luke. - la mujer habló - Mi nombre es Rose y el- dijo señalando al hombre a su lado -Es mi marido, William. -

- oh... Hola, ya saben mi nombre así que no creo que sea necesario presentarme - Tomó asiento junto a su madre.

- y... Abbey, Jack ¿ya le contaron?- pregunta William algo serio.

- claro - respondió Abbey -¿Donde está Elliot? - dice la misma esperando por su respuesta.

- Está por venir. Tenía unos... Asuntos que atender - Respondió William dejando un incómodo silencio.

Silencio que un chico mas o menos de la misma edad que Luke rompió -Hola, lamento llegar tarde. - Tenía un cabello rubio, un poco mas oscuro que el de su padre y ojos verdes. llevaba un traje negro con una corbata azul. Hizo una reverencia y se sentó junto a  Luke. - Tu debes ser Luke. un gusto - dijo acomodándose en su asiento

- El gusto es mío, Elliot - intentó disimular sus ganas de salir corriendo en ese mismísimo momento. Sentía miedo, sentía que no podría hacerlo, sentía que cualquier movimiento arruinaría todo, que sus padres lo odiarían, que no tenía opción. Sus manos apretaron fuertemente sus mangas intentando calmar el fuerte dolor en el pecho que sentía.

Un camarero llegó a pedir su orden, lo que lo calmó un poco. hablaron de cosas triviales hasta que su cena llegó - Vivirán juntos, ya tenemos la casa - Mencionó Rose, una expresión de sorpresa se formó en su rostro.

- ¿qué? - preguntaron al unísono los prometidos dejando de lado su lujosa cena.

- ¿ven? ¡Son almas gemelas! No me arrepiento de que sus abuelos hayan hecho este contrato. - exclamó entusiasmada juntando sus manos y acercándolas a su rostro. - por si no sabían, este contrato es para fusionar nuestras empresas - explicó Rose, dando a entender que estaba más que conforme con ello. - y respondiendo a su pregunta ¡vivirán juntos! - la extravagante mujer sonreía exageradamente.

Ambos se miraron. Tendrían que aceptar los cambios, por el bien de sus familias, por su bien.

Terminaron de cenar y todos fueron a sus respectivos hogares.

- y... ¿que tal? Es bastante responsable, apuesto y amigable. - dijo su padre apenas cruzó la puerta.

- ¡tu padre tiene razón! Es un gran chico y seguro te tratará como mereces. - agregó su madre intentando relajar el ambiente.

- está bien - quería decir todo lo qué sentía, pero esas fueron las simples palabras que dió. - iré a hacer mi maleta - dijo y subió las escaleras hasta su habitación, miró al otro lado, viendo aquel cuarto que no lograba recordar bien como era por dentro, corrió la mirada hacia su propia puerta y entró a su habitación.

Tomo su celular y marcó a su novia
> ¿hola? < se escuchó una voz femenina al otro lado de la línea - hola - dijo algo bajo > ¿sucedió algo? < preguntó la chica algo desconcertada - yo... tengo que terminar contigo. - lo dijo, y de sus ojos empezaron a caer lágrimas > espera ¿qué? ¿Pasa algo? < preguntó ahora completamente desconcertada - me han comprometido. -  dijo sin dar detalles. > Oh... Lo entiendo < una voz se escuchó en el fondo > bueno, tengo que colgar, hasta luego. < y corto la llamada.

Luego de llorar un rato, recobró su tarea de empacar sus cosas. Esa sería su última noche en aquella habitación, en aquella casa. 

Unas horas después, ya habiendo terminado, fue a dormir. 

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⏰ Última actualización: Jan 25, 2020 ⏰

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