Lance seguía mirando con aire aburrido como el chico castaño de suéter amarillo daba vueltas de un lado para el otro divagando en no sabía que tanta cosa. Dando una rápida mirada alrededor se dio cuenta que no había nadie, eran los únicos en la cafetería, al menos tuvo la suerte de escoger el horario en donde casi siempre estaba vacía. Privilegio que logró al ir siempre a la misma cafetería por cuatro años seguidos, era importante saber los horarios de su lugar favorito. Si la clientela aún estuviera allí, tremendo espectáculo que hubiera armado el chico.
Su cita inicio hace media hora en dónde está más decir que no hubo una presentación porque desde que llegó el chico castaño empezó hablar de muchas cosas y nada se le entendía con claridad. No sabía si eran nervios o en verdad no sé enteraba en donde y con quién estaba.
"Cálmate, chico. Si sigues dando vueltas me vas a marear y tu parloteo ya me está dando dolor de cabeza. Solo dime cómo se llama la chica y háblame de ella". Hablo en tono cansado Lance.
Si, estaba siendo descortés con el chico, pero tenía sus razones, su día estuvo de mal en peor, aún no terminaba y además ni él ambiente que siempre lo relajaba ayuda a su estrés.
Si seguía escuchando más de ese constante parloteo sin sentido le iba a volar la cabeza.
"Si, si, lo siento. Que descortés de mí parte, venir y ponerme hablar sin presentarme o si quiera pedirle su nombre y darnos las manos como todos los saludos corresponden. Pero debe saber que esto me resulta algo sorprendente además de incómodo el estar aquí, y también me apena lo que le quiero pedir porque estoy seguro que seré el primero en hacerlo. Además de que es imposible que con su ayuda mí alma gemela me acepté y esto que he oído muy buenas referencias de usted...."
"Chico, solo háblame de ella y veremos si puedo hacer algo. Eso sí, mientras no sea una mujer famosa o este en otro país, no será tan complicado. Y si está casada, olvídalo, no destruyó matrimonios".
"Si, bueno de eso te quería hablar....".
Lance vio como se sentaba en la silla frente a él y lo miraba a los ojos. Y vaya ojos los que tenía el chico, unos azules impresionantes con un brillo indescriptible y cautivador. Se le hizo difícil apartar los ojos de ellos, no entendía cómo es que hasta ahora fue que se dio cuenta de tan expresivos e impresionantes ojos azules.
Lance no se dio cuenta del momento tenso que se estaba formando por el silencio.
"...Es hombre".
"¿Que?". Eso sí que saco de su ensoñación a Lance.
"Soy gay... Y necesito que me ayudes a conquistarlo".
"Eso sí que es una sorpresa. Me agarraste frío, chico. Vaya que he ganado popularidad como para que alguien como tu me busque..."
"¿Cómo que, alguien como tu?". Exclamó el chico nervioso. Sabía que esto era mala idea, pero le tenía que hacer caso a una paloma, bravo Beckett. Pensó algo molesto consigo mismo el castaño.
"No me mal interpretes. No tengo nada en contra de nadie, soy de mente abierta como dicen algunos. Pero también debes saber que eres el primero que me pide algo así y estoy un poco contrariado". Trato de defenderse el moreno lo mejor que pudo.
"Si, lose, se lo acabo de decir. Así que... ¿Está dispuesto ayudarme? Entenderé si dice no".
"No, digo si, pero..." . Lance no pudo evitar mirar de nuevo esos impresionantes ojos azules. Estaba por decir no, de verdad que no podía, que sabía él de relaciones gay, pero sus ojos... por alguna razón no podía decir que no. "Bien, empezamos mañana".
"¡Eso es maravilloso!... ¿Pero como me contactará si no tiene mí número? Ah, espere le dejo mí número de celular". Se puso a buscar en la mochila que traía con entusiasmo, revolviendo todo hasta sacar lápiz y papel en el cual se puso rápidamente a escribir y le dio el papel a Lance con una gran sonrisa.
"Bien, hasta pronto". Recibió con una sonrisa el de tes morena.
"Hasta pronto". El chico ya se estaba yendo pero lo vio parar en la puerta de la entrada de la cafetería y voltear hacia él. "Mí nombre es Walter Beckett".
"Lance". No dijo su apellido, muy pocos lo conocían y para él estaba perfecto así.
Cuando el chico ya se había ido soltó un largo suspiro. En qué te has metido, Lance. Pensó soltando un suspiro.
Era una pequeña aventura la que se había tomado.
Pero lo que nuestro querido amigo no sabia era que ese riesgo que estaba apunto de tomar le pondría su vida de cabeza.
Ss.
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Seducción [ Lancexwalter ]
NezařaditelnéLance Sterling era un experto en el amor. Su conocimiento en ello logro que empezará con un pequeño negocio de consejero del amor, en donde se encargaba de conseguir al amor de tu vida. Ya llevaba en ello unos buenos años y lo que empezó como una l...