Daddy comeback. [Larry, Camren]

◆OO1◆

♛Punto de vista: Camila♛

Era muy temprano, lo recuerdo porque el reloj marcaba las 7:30 a.m., demasiado madrugador para mí.

Los gritos de mis papás se escuchaban demasiado fuerte y no podía regresar a dormir de nuevo.

-¡Te he dicho miles y miles de veces que ella se queda conmigo! ¡No quiero que vea cómo eres feliz con ésa tipa mientras yo me quedo aquí solo! -escuchaba atenta, sin saber de qué hablaban.

-¡Bien! ¡Quédate con ella! ¡Yo puedo hacer más! -gritó mi papi Lou, él decía que podía hacer más como yo, ¿acaso no era suficiente para él? ¿no me quería?

Escuché un portazo y brinqué levemente.

Pasos fuertes comenzaron a subir las escaleras, ni siquiera quería moverme, me quedé en el mismo lugar, sentada en la cama.

-Camila. -habló papá.- Es tiempo de irnos a la escuela. -susurró amablemente.

Me limité a asentir, era mi primer día en la primaria, ¿conocería a gente nueva? ¿haría alguna amiga? No estaba segura, pero me gustaba mucho la escuela y me concentraría primero en mis estudios.

Me alisté y me fui con papá a la escuela, muchas mujeres lo miraban atentamente, yo estaba confundida, ¿por qué veían a mi papá? ¿qué querían ésas mujeres? Fruncí el ceño.

-Bueno pequeña, debo dejarte aquí, espero que te hagas de muchos amiguitos y conozcas a muchas personitas. -me sonreía papá mientras hablaba y acomodaba un mechón de mi pelo detrás de mi oreja.- Suerte, recuerda que te amo. -besó mi frente y acarició mi mejilla.

-Nos vemos, papi. -sonreí, abrazándolo.

Nos separamos y corrí dentro de la escuela, quería conocerla y ver a mis nuevos compañeros.

Estaba inspeccionando tranquilamente y una niña apareció frente a mí.

-¡Hola! -gritó emocionada y saludó con la mano.- ¡Me llamo Chloe! ¡¿Y tú?! -no paraba de gritar y era sumamente molesto.

-Camila. -respondí cortante, la gritona se calmó y me senté en un lugar muy detrás de todos.

-Hola. -susurró una niña a mi lado.

La miré y sonreí, me gustaba que las personas fueran calmadas.

-Hola. -saludé.- Mi nombre es Camila, ¿cuál es el tuyo?

-Allison. -asintió.- Me puedes decir Ally.

-De acuerdo, Ally. -sonreí.

La clase comenzó no muy después de conocer a Ally.

Creo que ya tenía a una amiga.

(...)

-Recuerden, mañana sus padres deben venir para la junta. -mencionó la maestra.- Disfruten el resto del día. -y el timbre de la escuela sonó, anunciando que ya era tiempo de regresar a casa.

-Ally, ¿vives cerca? -pregunté a la niña que había conocido en la clase.

-Sí. ¿y tú? -me miró, acomodándo sus cosas en su mochila.

-Sí, ¿crees que pueda acompañarte?

-¿por qué? ¿no quieres regresar a casa? -frunció el ceño.

-No. -hice un leve puchero.

-Lo siento, hoy papá tiene un asunto pendiente y no puedo llevar a nadie a casa, a parte que sí no sabe tu mamá me podrían regañar. -susurró.- Pero mañana puedes ir. -asintió.

-Bueno.. gracias. -sonreí medianamente, me despedí y salí de la escuela, en busca de papá. Sentí unas manos tapar mis ojos. Sonreí pensando que era papá, pero mi mueca se borró al recordar que sus manos no eran tan finas.

-Adivina quién soy. -habló una voz femenina y rápidamente me separé, sabiendo perfectamente quién era.

-¿Por qué estás aquí? ¿te envió mi papá Louis? No quiero irme contigo. -mencioné, molesta.

-Mira, niña, ni tú ni yo nos caemos bien, la verdad ni siquiera quería venir, pero tu estúpido padre me mandó, podría dejarte ir sola y que te secuestren ó algo, pero sí lo hago, me quedo sin pareja, así que, vas a venir conmigo aunque no quieras. -tomó mi mano a la fuerza y me jaló hacia ella.

-¡No! ¡Déjame! -ordené, pero fue en vano, simplemente me tomó más fuerte, así que decidí callar y seguirla.

(...)

-Bien, le dirás a tu papá que yo te traje ó algo muy malo te puede pasar.. -tocó el timbre y esperamos a que abrieran la puerta.

-Hola, Eleanor. -habló mi papá Harry.- Gracias por traer a Camila. -extendió su mano y yo la tomé, soltando el agarre de la bruja.

-Claro, cuando gustes. -mencionó.- Hasta luego, Cami. -anunció amablemente. Vaya doble cara.

Se fue y papá cerró la puerta, me miró y acarició mi mejilla.

-Lo siento, hija, yo no pude ir, tu papá es un terco y no me dejó, tuvo que ir ella. -bufó.- ¿te hizo algo? -dijo inspeccionando mi físico.

-M-me jaló a-a la fu-fuerza. -hablé con la voz entrecortada, tratando de no llorar.

-¿Qué? ¡Es una hija de..! -cerró el puño, mordiéndose la lengua.- Lo siento, es que..

-Tranquilo, papi, no duele, ya pasó. -lo abracé, acariciando su espalda, para calmarlo un poco.

Él se limitó a asentir, pero sabía que no estaba tranquilo.

-Sube a tu cuarto y cámbiate, iremos a visitar a los abuelos. -mencionó sonríendo.

La verdad amaba estar con los abuelos, siempre calmaban a papá y hacían que se sintiera mejor.