Triángulo de Pangea, CONECT, 12 de Febrero 2111 d.CEdificio corporativo, Ala Oeste.
Sigo a mi jefa por los largos pasillos transparentes de la corporación hasta llegar a su oficina. La conozco muy bien de numerosas ocasiones anteriores, y en circunstancias normales lo habría disfrutado muchísimo. Desde la altura del piso sesenta y cinco, puedo ver por la ventana los bosques de lunarias genéticamente modificadas que rodean todo el complejo. Es un verdadero océano plateado de hojas que se extiende en todas las direcciones.
Parada mirando por el ventanal con las manos en la espalda, Amanda parece una capitana de barco vigilando a la espera de la tormenta. Es alta como una espiga, y tiene el pelo negro surcado de canas que le llega hasta los talones, trenzado artísticamente al estilo tradicional americano con bandas de colores vivos. Secretamente, estoy un poco enamorada de ella. Es todo lo que me gustaría ser: elegante, brillante y admirada por todos.
Aguanto el silencio porque sé que ella me está probando. No voy a dar muestras de debilidad abriendo mi boca, sobre todo porque estoy realmente nerviosa. Finalmente, Amanda se vuelve hacia mí.
- Thea, la conferencia de prensa y la noticia de hoy estaban asignadas a Franzisca. – me informa con voz tensa alzando las cejas. – No me gusta tener que llevarme sorpresas dentro de mi propia biblioteca. Estuviste fuera de lugar y lo sabes.-
Su mirada severa me traspasa. Maldición, sí, lo sé. Franzisca con esos ojos azul acuosos y su piel tornasol, más perdida que un pingüino en el casquete polar marciano. Saco todo el autocontrol que he ido construyendo por años, ese que me previene de romper cosas y destruir gente, para domar mi lengua. A pesar de que sé que tiene razón, y por mucho que no me guste lo más mínimo, no puedo retirarme sin dar un poco de batalla. Al menos de manera simbólica.
- Amanda, ¿dónde estaba Franzisca cuando terminó la entrevista? – tuteo a mi jefa como tuteo a todos, desde acá al mismísimo emperador de La Alianza Asiática. – No puedo estar evitando pisar callos si ni siquiera me informan de que tengo que estar en el fondo esperando, para que esa mocosa recién salida del cascarón tenga su oportunidad. Al final del día, acabo de obtener excelente material para la sección, ¿o no? Franzisca ya tendrá su oportunidad otra vez, yo me encargo, hoy simplemente le quedaba demasiado grande.
- No te corresponde a ti hacer juicios sobre qué le queda demasiado grande a Franzisca. ¿O acaso pretendes cuestionar mis decisiones? ¡¿Desde cuándo es tu trabajo decidir quién cubre cada entrevista?!- estalla Amanda golpeando la mesa. Una figurita de un anticuado avión de guerra amenaza con caerse. Demonios, sí está enojada. Levanto las manos en señal de protesta.
- Amanda, Franzisca no fue capaz de decir una palabra...
- ¡Nada! Te hago responsable a ti, Thea. – dice señalándome con un dedo acusador. - Vas a organizarle a Franzisca la entrevista que le quitaste, y no quiero que sea de un nivel menor a un embajador o un político mediano.
Tomo aire para replicar, pero no me da tiempo.
- Tú misma te vas a encargar de guiarla y prepararla como corresponde, porque echaste a perder todo el trabajo que hice con ella. ¡Me hiciste perder tiempo que no tengo! Me lo debes. Y si yo digo que Franzisca va a la conferencia, ella va. ¿Estamos? –
Amanda me mira directamente a los ojos. Yo le devuelvo la mirada, desafiante.
- No estoy de acuerdo. No es culpa mía que...
- ¡No me importa!
Sus ojos tienen una luz peligrosa y su nariz está demasiado pálida.
- Thea, no quiero oír nada más. Encárgate de Franzisca. Pídele disculpas, y luego me reportas. No te asigné a esta conferencia porque estás demasiado involucrada en este tema, y sólo me traerás problemas. Necesito que te tomes un descanso y que te dediques a tus malditas minas de titanio. Quiero un reporte completo hoy a la hora que sea. Y, por las estrellas, asegúrate que no sea menos que excelente. -
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Thea / Primer libro: Tierra
Science FictionCorre el año 2111 de la era común. Tras una serie de atentados, la guerra está a punto de estallar entre el planeta Tierra y las colonias planetarias. Thea, una joven periodista huérfana, intenta descubrir la verdad sobre las explosiones poniendo e...