Desde chiquita que salgo a caminar por la noche. Siempre me dio curiosidad entrar al bosque a esta hora.
Hasta que un día decidí entrar a dejar flores a una tumba y así pasaron los años.
Pero mis padres y mis hermanos nunca preguntaban donde iba ni con quien me juntaba. Los 9 de todos los meses ellos lloraban.
Siempre preguntaba y no me contestaban. Nadie me escuchaba, ni nada.
Hasta que cierto día voy a llevar flores y velas como todos los años. Ya lo habían hecho era la primera ves que veía que alguien más le ponían aparte de mi.
Pero decidí sacarle las hojas a la lápida y estaba escrito mi nombre y cuando había muerto.
Ya había escuchado una historia de que una chica del barrio había muerto de una rara enfermedad hace unos años.
Eso lo que habían dicho mis padres a todos. Pero en realidad ellos me habían matado.
Ellos fingian todo y nunca supe el por qué de lo que habían hecho.