Desde chiquita me dijeron que nunca rompa un espejo porque traería una desgracia a mi o a mi familia.
Va depende donde lo rompa, cada ves que quería romper un espejo mis padres me detenian.
Llego el dia de mi cumpleaños numero 18 y lo fui a festejar a la cuidad de México.
Mis padres pensaron como iba a ser mayor no me metería en problemas.
Hasta que un día a la 3:00 de la madrugada. Rompí el espejo del baño.
Al ver que no sucedió nada, me fui a seguir festejando.
Pero cuando volví a la semana a mi casa. Empecé a sentir olor a podrido en mi pieza, pasaron los días y empecé a sentirme mal.
Hasta que un día se abrió el piso y salió una mano, me llevo hasta el infierno.
He hizo que mi familia, amigos se olvidaran de mi.