♥ будь моей детка ♥

один

ELLA

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YO

No podemos esperar más tiempo aquí encerrados, debemos hacernos conocer por la gente, los vecinos se pueden alarmar si no hay movimiento normal en este rancho, total, su funcionamiento ha sido el mismo, si... Si..., Por eso mismo debemos tener contacto con ellos-

El jefe de la organización hablaba por teléfono con sus superiores, su fechoría ahora había llegado a México, aquel país tercermundista, lleno de corrupción e impunidad era perfecto para sus actos de horror; no hace mucho encontraron una fachada perfecta donde esconder a sus pequeñas víctimas, se sabía que la zona era tranquila, pacífica, lejos de los suburbios; era perfecto. Aquel rancho a pesar de su enormidad no llamaba especial atención de nadie.

La vida a sus alrededores era vasta en cotidianidad y calidez, a pesar de haberse instalado desde hace ya un par de meses no habían tenido contacto alguno con los vecinos, solían a monitorear la zona con ayuda de la tecnología pero eso comenzaba a levantar sospechas, decidieron rondar en auto, lo cual ayudó bastante; así pasaron otros cuatro meses. Ahora sabían quién, dónde y cómo vivía en cada una de las casas de la pequeña pero poblada colonia que rodeaba su temible morada, al menos eso reflejaba aquella antigua pared de piedra volcánica en dónde se encontraban datos y fotografías de todas y cada una de aquellas viviendas.

No paso mucho para que dos hombres seleccionados cuidadosamente fueran los "repesentastes" en ese mundo exterior, se hicieron conocer como los nuevos vecinos, los "patrones del rancho"

Tsk- mustió el ruso ante la hipocresía de su compañero con aquella amable señora que los había presentado en una de las juntas vecinales.

Agradezco mucho que nos informara sobre esas extrañas anomalías señora...- sonrió de manera inocente al "enterarse" de los supuestos acontecimientos sospechosos en el lugar.

A Rusia le sorprendía bastante que su compañero mantuviera aquella actitud amable hacia los demás, cosa que dentro de su organismo no demostraba.

Se alejaron a paso lento de la reunión agitando sus manos en un ademán de despedida. No debes mostrarte siempre como la mierda que eres-

Rusia: ¿извините?
(¿Disculpa?)

Estando aquí ellos son los únicos que se interpondrian entre tú y la cárcel -

Rusia: Я вас не понимаю
(No te entiendo...)

Gánate a esta gente y verás que si algo sale mal ellos te defenderán hasta con uñas y dientes, así es en México-

El ruso acomodó su ushanka mientras escuchaba la breve y confusa explicación, no le parecía lógica pero le restó importancia, su propósito no era empatizar, era vigilar y monitorear.

A paso veloz aquellos sujetos se asentaron de maravilla en el lugar, habían creado "amistades" con pocos vecinos pero se esmeraron más en ser conocidos y ubicados por todos, eso levantaría menos sospechas y crearía un pequeño vínculo de confianza.

Llegó la hora muchachos, desde mañana quiero a todos fuera vigilando a las pollitas más lindas que puedan encontrar, tendrán apoyo de mi parte pero eso si, quiero que les quede bien claro una cosa No a los de la zona.- miró a todos con un aire sombrío, lo último que necesitaban es que comenzaran a sospechar de ellos por desapariciones.

Rusia...- el mencionado apartó la vista de su absolute para mirar a su jefe. -Creo que ya sabes que hacer muchacho, lleva al idiota de tu compañero a dar una vuelta por la colonia, quiero que se ganen la confianza de todos, sin excepción alguna.-

Maldito imbécil-

Rusia: Заткнись, не повышай голос
(cállate, no alces la voz)

¿Quién se creé que es para referirse así a mi?-

La ebriedad de ambos era notoria, estaban sentados en la banqueta con una botella enmedio de ellos, al parecer se tomaron una pequeña libertad al estar en confianza con la gente, por alguna extraña razón se quedaron hasta que el sol se escondió, el ruso era el único que seguía platicando con aquellos señores que más que vecinos, eran también compañeros de tragos.

Un auto pasaba lentamente por aquella calle, las luces de los faros molestaban los ojos de los presentes en aquella bolita de borrachos, se detuvo a unos pocos metros de ellos y apagó las luces, de la puerta en el lugar del copiloto salió una pequeña y esbelta figura femenina, su cabello era largo y ondeba a cada paso que daba para rodear el frente y agacharse en la ventana del conductor, se pudo escuchar un beso antes de que la pequeña figura se acercara a la puerta de su hogar, el ruso intentó recordar todos los rostros pertenecientes a tal predio, pero no recordaba a la fémina.

¡Señorita México!, Que gusto verla por aquí tan pronto-

México: El gusto es mío Don Pancho, buenas noches a todos.

La mexicana sonrió con amabilidad a sus vecinos mientras el auto que la había dejado se alejaba, sin embargo esa pequeña sonrisa logró cautivar de una manera inquietante a la persona equivocada.