Call Me by Your Name. ;;hardzello

Summer, 1982.

¿Qué es lo que podrías pensar respecto a pasar otro verano con un completo extraño?
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Cada verano le impartía la misma curiosidad que debatía en aquella mente del joven italiano.

Siempre era el último en enterarse de quien fuese el compañero que le tocaría en esta ocasión, pero eso no le tomaba mucha importancia después de todo, ya no era el pequeño niñito que se impacientaba por no saber de algo en particular, ya tenía 17 años, tenía sus propios asuntos o más bien eso es lo que él creía.

El día daba inicio con un lindo amanecer con un brillante sol dando a conocer la estación favorita del chico, desde el primer instante al levantar ese cuerpo semidesnudo de ese lecho, sentía una increíble empatía.

Las horas pasaron corriendo de prisa por dentro del reloj y daban cuarto para las 6 de la tarde del día viernes, aproximado a la llegada de él otro joven.

Joseph desconocía casi por completo de aquel persona que pasaría las vacaciones alojado en su hogar, por ello había decidido pasar un buen rato usando su tiempo en solo no haciendo absolutamente nada, mirar desde la ventana como es que pasaban aves volando en el cielo. Así preguntándose cómo es que se sentiría ser una, como es que pueden comunicarse y muchas más otras ideas que lo mantenían algo ocupado.

No mucho tiempo de concentración en la nada comenzó a oír murmullos mientras él estaba observando por el balcón de su habitación, observando a sus padres encaminándose a la entrada principal, así es como teníamos una escena de un hombrecillo suspirando en aquel lugar.

Pero mientras menos se lo espero ya escuchaba a su madre llamando su atención de trasfondo.
"Querido, ya llegó."

De prisa pasaba a bajar muy apresurado para así llegar y cruzarse de brazos, mirar desde una relativa distancia como es que llegaba un chico rubio y fornido de vestimenta, algo tradicional para su gusto, que se le notaba un poco de la distinción.

De pronto estar ahí con la dulce pareja y familia Mazzello con una muy cálida atención.

"Señor Mazzello" saludaba a mano abierta.
"Bienvenido." Correspondía muy amable y sonriente.

Sin sentirlo mucho, estaba mirándolo casi de frente a frente.

Al verlo de primer instante no podía evitar notar sus facciones, sus delicados rizos dorados y no cabía mencionar en esos ojos claros que eran una linda combinación de colores claros que no salían de la mente del chico italiano, sentía que era un color familiar a lo que alguna vez miró.
Todos habían sido ubicados en el estudio del señor Mazzello, se notaba que había un gran orden y demasiadas pinturas en su alrededor, un lugar bastante agradable para la vista de cualquiera.
Así es como pasaba por la mente del británico.

"¡Fascinante, impresionante! ¿Usted pintó todo?" Se atrevía a acercarse y voltear a ver muy emocionado como para creerlo, era algo sublime.

"Cada una de ellas." Respondía orgulloso. "Me enteré que al igual que tienes el gusto por las pinturas, sería bueno mostrarte un poco como es que relucen las obras."

"Sería un verdadero gusto, sin dudarlo." Asentía con las mejillas regordetas y sonrientes.

"¡Oh, sí! Claro, él es nuestro hijo. Benjamín, Joseph, Benjamín, Joseph." Les presentaba el señor Mazzello, siendo que ambos se estrecharon las manos.

"Hola qué tal..." observaba con un poco de detenimiento las facciones contarias.
"Mucho gusto, Joseph."

El aura en el ambiente los mantenía ocupado en el asunto de cada uno, simple y sencillamente que había algo que le repercutía a prestar una completa atención de parte del joven italiano. No bastó de un par de menciones para salir de aquella nube de pensamientos bobos.