Mr. young painter

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Nota tras nota, apunte tras pensamiento.

Así es como era otro día en la vida del joven hombresillo con raises italianas, el tiempo de su compañero fue robado por nada menos que su padre, quien mantenía algo ocupado al rubio.

No faltaba mucho para que en lugar de estar escribiendo empezara a cabezear y caer completamente dormido por el aburrimiento. Las mismas cosas de siempre como para su propio criterio. Su padre no paraba de mencionar mil y tantas historias de cuando decidía impartir con alguna nueva pieza, por lo cual Benjamín se mantenía muy atento a cada detalle, cosa que cuando menos antes con cualquier otro vacacionista después de los primeros quince minutos no abría más la boca y sacaba cualquier otro tema antes de continuar con el tema por más fascinante que fuera, siempre optaban por mejor no inducirse en el tema tan desconocido.

Pero, con el conocimiento de aquel gran hombre, Benjamín no sabía qué pregunta hacer, aparte de todo estaba frente a una muy completa galería. En su cabeza revoloteaban demasiadas ideas como para soltar tanta pregunta a la vez, igual no pensaba en atosigar con un gran repertorio.

"¡Estoy maravillado! Me deja sin palabras, en casa debería ver todo mi intento de pinturas, incluso hasta la primera que logre hacer quedó plasmada después de tantos años..." Contaba algo tontamente el ojiverde.

"Oh, ¿Acaso pintaste una pared?" El Sr. Mazzello era bromista y reía melodioso.

Joe mantenía la vista algo retirada a su libreta y veía como es que ambos no paraban de rebosarse en risas. El lugar no era del afán del joven por lo que pensó antes de todo y como no era del ambiente en el cual no sentía una completa empatía decidió a por retirarse y dejar que pasaran las horas, al final de todo en esa misma tarde tenía unos planes a los cuales no tenía que llegar tarde.

Aun así que fuera una temprana hora, el británico después de una muy cálida y agradable plática reconfortante por esos magníficos gustos decidió añadirse al plan de mediano plazo del menor. Una visita al poblado por un tiempo de ocio.

El camino más tranquilo era recorrido nuevamente por aquellas calles al norte de la bellísima Italia, con unos muy hermosos paisajes y sin olvidarse de todos esos viejos edificios que se notaban que habían pasado por demasiado tiempo. Una ligera brisa recorría esas cabelleras con plenos rayos del sol que los calentaba ligeramente, sonrisas y más sonrisas.

Al llegar al destino señalado por el menor le tendía el señalamiento de que siguiera de él, y sin palabras algunas estaban frente a un antiguo sitio. Al entrar por esas puertas de madera dejaba una buena vista.

"¿Tomas?" Preguntaba el pelirrojo.

"Casi no... pero... ¿No eres muy joven para que tú lo hagas?" Respondía con un gesto dudoso.

No hubo palabras de lo contrario, más bien solo mejor observaba el lugar, muy en el fondo se preguntaba como es que a pesar de lo contrario le daba por llegar a una cantina muy particular, casi a los instantes de entrar un par de personas se acercaban, lucía que se alegraban de ver al joven Mazzello, desde lejos se podría comprender el punto de la escena, eran personas casi de la edad de los padres de él, por lo que ahora podría entender un poco más el porqué era la vista del sitio. Se notaban en esas sonrisas lo alegres que están las personas de tenerlo ahí, solo que el caireles rubios no cabía por entender por completo cada cosa que se decían, después de todo el Italiano no era lo más fácil sino paraban de hablar muy deprisa, por lo que con sus conocimientos llamaba la atención de una chica que estaba detrás de una barra.

"Mi scusi, mi daresti un limoncello, per favore" Iba despacio y lo más seguro que podía.

"Certo, biondo" Sonría muy amplia "Subito."

Call Me by Your Name. ;;hardzelloDonde viven las historias. Descúbrelo ahora