Cap 17

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TP Míng

Ya sé que ya dije esto pero.

Oh mierda, oh mierda, ¡Oh mierda!

Me quedé completamente inmóvil ante sus palabras.

¿Encantador?

¿Yo?

Por el amor de Dios, juro que este niño debe estar loco, porque yo he sido de todo menos encantador y más a la hora de cruzar alguna palabra con el. Es imposible que el me este diciendo algo como eso.

Literalmente imposible.

¿Quien diablos piensa eso de la persona que claramente te vigila solo con el fin de llevarte preso?

Calramente el niño a mi lado.

Aunque claro, tampoco sabe que es un sospechoso.

Tome una bocanada rápida de aire llenando tanto como pude mis pulmones y lleve mis manos hacia la suya que aún estaba muy pega a mi cara quemandome como el mismísimo infierno y la aparte.

— Escúchame niño.

Kitt se soltó de mi agarre y se acerco aún más a mi dejando menos espacio que antes entre nosotros.

— No soy un niño.

Trague en seco ante eso, claramente no me la va a dejar fácil y para ser honestos espero que se aleje o algo malo podría llegar a pasar.

— Ah, ¿no?

Mi voz salió casi en un susurro que, difícilmente, si el no estuviera prácticamente frente a mi, no podría escucharlo.

— No Míng, no soy un niño.

Pude sentir su aliento golpeando aún más cerca de mi, haciendo que me queda más quieto de lo que ya estaba, perdiendome en el inusual brillo de sus labios carnosos y su...

No, no. No caigas Míng.

— Escúchame... Agarre su mano con la mia tomando todo mi fuerza de voluntad y lo aparte. — ¿Kit cierto? Deberías saber lo que es la distancia.

Juro que aunque estamos en medio de la oscuridad pude notar claramente como su seño fruncido se habrío paso ante la mención de su nombre con duda. Claro que se cómo se llama, me ha estado volviendo loco el suficiente tiempo como para saberlo, pero si hago como que ni sé quién es, puedo lograr que el mocoso se aparte.

— ¿Encerio P'. El me regaló una pequeña sonrisa — ¿Usarás ese truco conmigo?

Frunci el seño ante sus palabras al mismo tiempo que sentí su mano volviendo a su posición original en mi mejilla.

— Oh P', no soy idiota. Se que sabes muy bien mi nombre. El me sonrió. — Y se muy bien que te gusta que te toque.

Sentí la sangre que corre por mis venas arder intensamente al escucharlo. Esto no puede estar pasando, el no puede estar jugando estos juegos mentales conmigo, no conmigo.

Por el amor de Dios, soy un policía, el es un sospechoso. Esto no puede pasar. No, de ninguna manera.

— Escúchame bien. Tome su mano una vez más y clave mis ojos en los suyos con un seriedad inigualable. — No juegues conmigo niño. Gruñi.

El negó dándome una pequeña sonrisa de lado.

— Y si quiero jugar ¿que pasa?

Me estremesi al sentir su cálido aliento en mi oreja.

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