Mereces ser besada cada día de la semana, que se preocupen por ti. Mereces que te canten canciones al oído, que te pregunten como ha estado tu día, que te abracen fuerte, que te besen la frente. Mereces que te tomen de la mano en público, tremendamente orgullosos de portarla entrelazada a la suya. Mereces amor, porque das amor, porque eres amor. No mereces esas madrugadas frías dónde te preguntas por qué pasó, por qué se fue sin una explicación, no mereces sentirte insuficiente, sin saber que hiciste mal. Mereces vida, cariño, comprensión, pero sobre todo, sobre todas las cosas, mereces ser amada, tal y como tú eres.