Untitled Part 2

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Después de otro día más de clases inexplicablemente eternas, horas de estudio en la biblioteca, entrega de ensayos, investigaciones, exámenes parciales y trabajos de medio término, llegué a casa completamente exhausta de la universidad.


Mi casa nunca estaba sola, a pesar de que vivía por mi cuenta. Al llegar noté un delicioso olor a cocoa. Seguí el aroma y este me llevó a la cocina donde encontré el vaso que la Señora Miller me preparaba todos los días. Por extraño que parezca siempre la había visto hacer esa bebida tan deliciosa, pero nunca supe cómo es que le quedaba tan sabroso.Tomé el vaso y me fui a mi habitación a trabajar. El chocolate me proporcionó la suficiente energía para terminar mis deberes más no para llegar a la cama, ya que me quedé dormida frente a mi escritorio. 


En mi estado semidormida sentí que alguien me tomó entre sus brazos y me llevó a la cama donde todos los demás niños y señoras que iban a mi casa. Se durmieron conmigo; pude abrir los ojos un poco, y pude distinguirlo...

Mi chico estaba aquí, me protegía. No pude evitar soltar unas lágrimas, él me besó la frente y por fin pude dormir en paz.


A la mañana siguiente ya no había nadie durmiendo a mi lado. Hacía frío. No pude contener más mi tristeza y lloré frente a él. Antes de partir de nuevo, me agarró la cara sutilmente y me besó, aun estando muerto. Así empiezan mis días.

Historias de terror pequeñas: Mr. Smile y otros cuentosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora