Capitulo 1 ⭐ Esto es Berk

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Esto es Berk, está a 12 días del norte de Calvario y algunos grados al sur de Muere de frío, está ubicado justo sobre el Meridiano de la tristeza, mi pueblo en una palabra es tenaz apenas ha estado aquí por unas 7 generaciones, pero todas las casa son nuevas.

Tenemos pesca, caza y una encantadora vista del atardecer, el que parece ser el único problema son las plagas, pues la mayoría de los sitios tienen ratones, mosquitos, pero no, nosotros tenemos dragones.La mayoría se mudarían, pero nosotros no, somos vikingos y tenemos obvios problemas de necedad.

Me llamo Hipo, lindo nombre ¿verdad? Pero no es el peor, los padres creen que un nombre feo alejara a los gnomos y trolls, como si la refinada conducta vikinga no lo hiciera.

— Buenos días — me saludó uno de los tantos vikingos que luchaban contra los dragones, justo después de caer sobre mi y gritar en mi rostro.

Me levanto del suelo y sacudo un poco mi ropa antes de seguir corriendo, mientras escucho los reclamos de otros vikingos, "¿¡Que haces afuera?!", "¡Vuelve adentro!", "¡Regresa a tu casa!" me dicen molestos con mi presencia al verme pasar, que suele solo traer caos y problemas en vez de ayudar.

— ¡Hipo! — exclama un gran hombre mientras me quita del camino de las llamas de un Pesadilla Monstruosa — ¿¡Que haces afuera!? ¡Ve a cubrirte!

Él es Estoico el Vasto, Jefe de la tribu, dicen que cuando era un bebé le arrancó la cabeza de los hombros a un dragón, ¿Qué sí lo creo? ¡Ja! claro que sí

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— ¿Qué tenemos? — pregunta el jefe de la tribu recogiendo un hacha del suelo, viendo a otro vikingo, compañero de batalla

— Gronckles, Naders, Cremallerus...ah y se vio una Pesadilla Monstruosa — contestó con el ceño fruncido, mostrando su seriedad en la situación

— ¿Algún Furia Nocturna?

— Hasta ahora no Jefe

— Bien

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— ¡Ohhh! que bueno que vienes a la fiesta, creí que ya te habían llevado

— ¿A quién? ¿a mí? Ay por favor, soy demasiado musculoso para su gusto — respondí sarcástico mientras levantaba una caja pesada moviéndo la a otro lado.

— Los dragones no sabrían qué hacer con todo esto — me señale continuando con mi sarcasmo

— Bueeeno necesitan monda dientes ¿oh no? — El zoquete sarcástico con mano intercambiable es Bocón, he sido su aprendiz de herrería desde pequeño, bueno, desde más pequeño de lo que soy aún, es lo más cercano a una figura paternal o maternal, le tengo un gran aprecio a él.

— ¡Vamos! ¡rápido! ¡rápido! — Veo a los chicos llevar baldes de agua junto a otros adolescentes de la aldea, ellos son Patapez, Patán, los gemelos Brutacio y Brutilda y Astrid, su trabajo es mucho más genial.

— ¡Je! — exclama en un regaño Bocón alejándome de la ventana con su garfio

— Ay no puede ser, quiero ir, debo dejar huella

— Ya has dejado muchas huellas en lugares equivocados

— 2 minutos, mátare un dragón, mi vida mejoraría infinitamente

— Te pesan los martillos, no puedes con las hachas y no lanzas boleadoras — comentó lanzando una boleadora por la ventana, derribando un Gronckle

— Esto lo hará por mí — intenté convencerlo, tocando mi nuevo invento, causando que se dispara, Bocón lo esquivó, pero otro vikingo con mala suerte no — Ups error de calibración

— Eso es un ejemplo de lo que estoy hablando, si quieres salir debes cambiar todooo...esto

— Me señalaste completo

— Si, eso es, tienes que dejar de ser tu — solté una exclamación con el

— Tu, tu te vas a meter en problemas...po-por mantener mi vikinguez bruta encerrada, mira que habrá consecuencias — intente sonar amenazante arrugando mi nariz con disgusto

— Creo que me arriesgaré, afila la espada ahora — concluyó tranquilo mientras dejaba una espada en mis brazos que casi no puedo sostener, obedecí y empecé a afilar la espada.

Un día voy a salir, porque matar dragones lo es todo en Berk, una cabeza de Nader haría que me notarán, los Gronckles me conseguirían una novia, un Cremallerus, exótico, dos cabezas, doble estado, y luego una Pesadilla Monstruosa, sólo los vikingos más rudos los enfrentan de frente, estos tienen la mala costumbre de prender en fuego su cuerpo.

— ¡FURIA NOCTURNA!

— ¡AL SUELO! — El Furia Nocturna, nunca se dejan ver, nunca se lleva comida, nunca falla con sus tiros, nadie a matado nunca un Furia Nocturna, por eso yo seré el primero

— Me necesitan afuera — dice Bocón llamando mi atención, mientras cambia su garfio por un mazo — No salgas, quieto...quédate ahí, ahí, tu me entiendes

En cuento Bocón se va con su grito de guerra, tomo mi invento y salgo de inmediato para buscar un lugar con buena puntería, esquivando a los otros vikingo que reclaman por mi presencia, cuando llegó recargo la máquina y me posicionó.

— Por favor dame un blanco, por favor, por favor dame un blanco — susurro esperanzado, y ¡ahí! disparo mi catapulta de boleadoras y caigo al suelo por el retroceso de esta, escucho un ruido parecido a un quejido y me levantó del suelo con la emoción saliendo por mis poros.

— ¡Le di! ¡Le di! ¡Derribe a un Furia Nocturna! — exclamó emocionado y volteo buscando alguien que haya visto mi logro, sin mucho éxito, solo topándome con un Pesadilla Monstruosa de cara

— Oh no — susurro y empiezo a gritar fuerte por ayuda mientras huyo del dragón que parece estar ansioso por usar me de monda dientes, me escondo tras un poste, mientras el Pesadilla Monstruosa intenta rostizar me, mi padre llega para salvar me, golpeando al Pesadilla Monstruosa con sus puños, haciendo que el Dragón se vaya.

— Lo siento Papá — Su mirada sería solo hace que me encoja apenado, avergonzado al detectar la mirada de decepción que me da por un segundo — Pe-pero le di a un Furia Nocturna, no lo vieron, pero si le di, cayó por Punta Cuervo

— ¡Ya basta Hipo! — un silencio incómodo se hace entre todos y bajó la cabeza para no ver más su decepción en mi — Tengo cosas importantes que hacer, una aldea a la que alimentar

— Entre nos, a la aldea no la hace falta comida — intentó bromear para aligerar la tensión, varios vikingos sueltan exclamaciones ofendidos

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— De verdad le di Bocón, solo tenemos que ir a buscar lo

— Si ajá

— Nunca me escucha

— Viene de familia

— Y-y cuando lo hacen, lo hace decepcionado...como si no le hubieran puesto suficiente carne en su sandwich, "¡Oiga mosa! Creo que me trajo al vástago equivocado, yo pedí un niño grande y fuerte, valiente y feroz ¡esto es un pescado parlanchín!" — digo imitando mal una voz gruesa, parecida un poco a la de mi papá

— Lo ves del ángulo equivocado, no es tu físico, es tu interior el que no soporta

— Gracias por aclararlo Bocón — suspire frustrado entrando a mi casa

Corre [ Toothcup ] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora