Capitulo 1

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Sus ojos miraban los frutos de su trabajo aquel que le llevo años construir, si bien aun no se comparaba contra el gran monstruo ganadero como lo era "la flor eterna", su rancho "destinity" iba por buen camino.
Aquella temporada de lluvia fue la mejor en la ultima década, no tendrían que pastorear su ganado asta los ríos, ya que las pozas de agua mas cercana estaban reabastecidas en su lleno total y con el verdor de los pastos afirmaban que las reces engordarian a un buen ritmo.

Había que amar la tierra con el mismo ímpetu como el tenia en ese momento. El frescor de la humedad. La brisa ligeramente perfumada a tierra mojada. La belleza de su tierra. Todo aquello era opacado con la amargura de su pasado. Aquel que le perseguía cuando rememoraba cada día de su juventud.

En ese momento solo eran su madre y el. Un chico que tenia el intelecto para asistir a la universidad que escogiera, pero solo había dos problemas: sus constantes peleas con compañeros y otro su economía.
Si bien le costo una que otra pelea para hacerse respetar, no aceptaba que se burlar de su madre o de el, le costaba trabajo adaptarse a diferentes lugares, dado que solían mudarse de un lugar a otro, nunca lo entendía con exactitud solo su madre reafirmaba que era lo mejor para ambos.

Pudo ser lo que el quisiera, medico, abogado o dentista, pero lo tenia en las venas ser ganadero y amaba lo que hacia. Había unido su inteligencia junto a su espíritu luchador que llevaba dentro para soportar lo que vendría a futuro.

Comenzó siendo peón en una pequeña finca. El al igual que todos los que trabajaban ahí eran presas de un capataz déspota que gozaba verlos agonizar de sol a sol. Los dueños rara vez se dejaban ver, así que un día ajusto cuentas con ese cerdo dejándolo en evidencia frente a los dueños.

Con el tiempo y juntando cada moneda de sus trabajos logro comprar un pedazo de tierra, al que muchos le pronosticaban poco éxito debido a que ya se encontraba casi abandonada por sus anteriores dueños los Akemichi.

-Chico, ¿sabes lo que estas haciendo?. Le interrogo muy seriamente el patriarca Akemichi - Yo deje este lugar hace años y no pido mucho ya que la tierra ya no es lo de antes.

-Usted lo a dicho. Los tiempos cambian.

-Solo te deseo lo mejor, cualquiera que conozca el negocio sabrá que sera imposible levantar este lugar a sus glorias pasadas.

- Entonces todo el mundo sabe que no me rindo a la primera, esta en mi destino ser terco y perseverante- Medito sus palabra para decir. - Destino, renombrare a este lugar destinity.

Ya habían pasado años desde que empezó ese arduo trabajo inicial. Lo único que en verdad atormentaba su pena era la muerte de su madre. Hace dos años había salido con el que ella consideraba el amor de su vida. Un tipo con quien se llevaban de maravilla. Una ida al cine, un par de copas... El auto en el que viajaban su madre y su novio fue encontrado en un canal crecido por la lluvias. Tuvieron que remolcarlo con ayuda de un helicóptero por las fuertes corrientes que impedían las maniobras normales.

-Debes entender a tu madre. Siempre se sentía sola - Le fue dicho a modo de consuelo.

Y el en que lugar quedaba. Siempre lucho por que ella estuviera lo mejor posible.

-Hey, Rock Lee, si ya dejaste de fantasear con las chicas del pueblo, decide quien preparara la cena hoy. Los chicos se mueren de hambre -Su capataz Darui le llamaba desde el otro lado de las reces acarreadas.

-Sigan con lo que están, esta vez yo cocino.

-Valla, después de casi un mes, volveremos a comer decentemente -vocifero uno de sus chicos

-Da gracias que comías enano -respondió molesto Darui

Cerca de las siete de la tarde sus "chicos", tres hombres ya entrados en años y cinco jóvenes, entraban al bungalo hambrientos.

-Por lo visto la buena cuna nunca se olvida - Suigetsu ironizó al ver el "banquete" servido por su jefe.

Costillas de res a la parrilla, sopa de judías, ensalada de verduras y la tradicional cerveza para los mayores.

Ibiki le dio pizoton al menor, pues ya no era un secreto que Rock Lee fuese el hijo ilegítimo de Maito Guy, el mas famoso ganadero de la flor eterna.

-Vamos chicos, quiten esas caras o esta noche no abra partida de poker - trato de aminorar el ambiente, aun así el ya lo sabia, era como verse en un espejo.

Ya caída la noche y con sus pensamientos lejos de si, no noto la presencia de Jiraiya, un sujeto que tenia de experiencia en ganadería como en "ganados"

-A ti te hace falta un verdadero motivo para no acabar como yo - a la vez que le destapaba una cerveza

-¿Y que es?, por ahora estoy bien así

- No Lee, no dejes pasar tu momento, pensando que después llegara el momento soñado. Una esposa no es un trabajo cualquiera.

-¿Esposa?, si bien lo e venido pensando, en tener la familia que nunca tuve, no creo tener el tiempo necesario para ir al pueblo y filirtear a cualquier jovencita aventurera o un doncel cabeza hueca, además a mis casi treinta y cuatro años tengo que...

El libro con el que leía antes fue arrebatado de sus manos por el anciano para golpear a su patrón.

-Los jóvenes de hoy se preocupan por nimiedades, por algo aun existen los periódicos y las cartas.

-Y como se resuelve mi dilema Jiraiya san.

-Deja de ser tan cabezota y piensa un poco. Solicita una publicación en el diario local donde diga "esposa por correspondencia", ganadero afortunado busca quien comparta su dicha en las bellas planicies de destinity, solo cartas serias y en menos de una semana te lloverán tantas que no sabrás por donde empezar.

Parecía risible aun con eso de publicar una propuesta tan seria.

-Animo Lee, todo es posible, si quieres y en vista de que mañana iré a la costa del pueblo por algunas cosas dejare tu anuncio en el periódico.

- Lo dejo en sus manos Jiraiya san.

Ambos se despidieron esa noche sin saber que las palabras del anciano tenían mucho peso a su futuro.

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