Capitulo 2

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El tenia sentido del humor para gastar bromas con sus allegados. Pero no parecía lo mismo cuando Jiraiya le recordó de su publicación de "se busca esposa" en comparación a las mas de doscientas cartas que le llegaron después de una semana.

Todos y cada uno de los sobres fueron abiertos con su debido respeto. Parecían agradables personas pero no le llegaba convencer el por que querían alejarse de todo cuanto tenían o poseían por ir a vivir a un lugar apartado sin tanta gracia e inhóspito como lo era destinity.

De entre todas solo una chica parecía casi encajar con su estilo de vida: Tenten.

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No eran las vacaciones mas esperadas que tenia en mente; la cuestión era: tomar al marido que sus padres aclamaban ser perfecto para el, y según ellos por su dinero o dejar que Sai tomara un par de cosas y las aventara junto con el al auto. Tomo la segunda opción sin importar los gritos de su madre, junto con las amenazas de desheredarlo si abandonaba a su prometido.
Un tipo por demás pendenciero que creía que el mundo no lo merecía, al cual tuvo la dicha/desdicha de tenerlo como novio un par de años.
Alguien que parecía bajarle las estrellas solo para después ver su lado irritante, alguien con quien no podías opinar o negociar una cita sin que saliera primero "yo quiero..." sin derecho de replica. Así era Neji Hyuga su ahora ex prometido.

Destino, ni el mismo sabia, solo se dejo llevar como una suave ola a las playas mas cercanas de la costa de Konohagakure .

Ni el mas gran parloteo de Sai logro, lo que el neumático pinchándose a medio camino, para despertarlo de la siesta en la que estaba sumido.

-Rayos, todo iba de maravilla, suerte que traigo refacciones atrás, ¿me ayudas gaachan?

-Lo siento Sai, tu me trajiste aquí, tu resuelves el dilema del neumático.

-Un de nada por salvarme de un patetico esposo no estaría mal, así que no te pongas chulo y dame una mano.

-No se como hacerlo - dio por zanjado el tema para volverse acostar en el asiento del copiloto.

- No enserio, no insistas gaachan, yo puedo hacerlo solo, no necesitó mas ayuda de la necesaria, repito no me ayudes - Sai continuaba con su monologo, al ver que su buen amigo no se movía de su lugar -Debí dejarte en ese nido de víboras que tienes en tu casa.

-Lo que tu digas, Sai.

Llevaba mas de una hora mal diciendo su suerte. Sabia como cambiar un neumático, mas de una vez lo había hecho, no era un doncel tonto o blandengue; sabia utilizar todo tipo de herramientas, el colmo era que olvido donde había dejado el gato hidráulico, ahora parados en esa carretera solo pedían un milagro.

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No podía pedir más que pasiencia, encontrar una buena esposa no era lo mismo que cocinar su adorado curry.

Tenten parecía agradable, dulce y modosita; casi se veía a futuro con ella, tres hijos y varios nietos.
La cito en el pub más concurrido de la playa costera de Konoha, decía ser de un pueblo cercano.

Aprovecharía el viaje para comprar unas cosas de la despensa, unas herramientas para arreglar el cerco y evitar que las reces del vecino cruzarán su lado de pastoreo, hacer un par de pagos y por qué no traerle al viejo un par de botellas de sake.

Tantas cosas por arreglar en casa que no siempre tenía tiempo para dedicarse a ellas, en verdad que ansiaba la compañía de alguien que lo ayude y lo alentará a seguir sin importar los tiempos; desde que su madre falleció no tubo más compañía que ella, una mujer a la que el destino no le favoreció en mucho, enamorándose del ganadero más proliferico de la zona, la amante en turno, pero siendo tan ingenua que la esposa se enteró antes que su padre del embarazo, corriendola peor que a un ladrón, una mujer llena de envidia y odio cuando supo que era un varón, teniendo ella solo dos hijas.

El pasado lo rememoraba  cada día de su vida, que pasaría si su madre se hubiera armado de valor para hablar con su padre.
Si hubiera tomado enserio los estudios y no hubiera pelado tanto
Que pasaría si...

Un auto al lado de la carretera no era nado bueno. Se estacionó unos metros más adelante y brindar ayuda al chico que le hizo señas con el sombrero en manos.

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