De todas formas, te recordaré

6 0 0
                                    

Las ideas brotan de mi mente como limones en un árbol, se transporta en los recuerdos buenos y malos, los suele repetir cada uno con frecuencia, cuando me acerco a un detalle, cuando una palabra cruza mis oídos o mis ojos logran divisar la inocencia de la felicidad innata creyendo que es real.

Te llevaste todo lo que tenía, me dejaste tan vacía que ya no siento la capacidad de levantarme, por primera vez en mi vida, pedí ayuda cuando partiste, creí que estarías aquí cuando me estaba ahogando, creí que era un lazo tan fuerte que sentirías como me quemaba por dentro mientras aún podía mirarte, pero no me viste, no estuviste ahí cuando todo se desmoronaba, cuando pedía a gritos un poco de ti.

Y es que nunca me había dado cuenta de que siempre había sido igual, que siempre te imaginé mientras caminaba, pensaba y creía firmemente que ibas a mi diestra, pero al voltear la cabeza y mirar un poco hacia atrás, me pude dar cuenta que nunca pude verte en realidad.

Te amé y aunque siento que aún es así, el dolor inmenso recorre mis venas como nunca antes, me quema mientras gente preciosa cuida las heridas que causaste, aunque no es suficiente. A diario siento que debo caminar, así como tú lo haces tan fácil, sin embargo, mi cuerpo se desvanece cada vez que lo intento, y aún en mi agonía puedo decir que tu marchar me hizo grande, me hizo libre, me he podido encontrar yo misma en este túnel sin final, aunque con esto, que aún no sana, ni quiere ceder.

No te pido ni quiero que regreses a mi vera, me haces un gran favor en mirar hacia otro lado y seguir dando vuelta tu cabeza, como sin duda siempre lo hiciste, a veces me siento estúpida por no poder odiarte, pero creo que mi mente un tanto perdida sigue con el raciocinio infinito de no querer dañarte jamás.

Algún día podré sanar, sé que no tan lejano como suelo creer la mayoría del tiempo. Como siempre a estas horas de la tranquila noche, la lluvia es capaz de acompañarme, cada gota cae rompiéndose tan fuerte, y sola cada molécula vuelve a ser vida en ella misma, en su forma tan armoniosa puedo contemplar cómo se reconstruye en su soledad, aunque rodeada de otras gotas iguales.

Podré sentirme como una pequeña e insignificante gota por esta noche, podré convertirme en lluvia, reventarme contra el suelo, pero te aseguro, a ti que te ríes de verme derrotada, que seré tan armoniosa y ruidosa, aunque de manera suave, así, como la lluvia de esta noche.

Te recordaré no para torturarme, sino que tendré presente cada error, porque si hay algo que tengo completamente seguro en mi cabeza, es que por ningún motivo quiero lo mismo de nuevo, ni siquiera en otra vida.

Entre letras desordenadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora