Parte 3

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-Quién?-Preguntó confundido Thor

Padre e hijo comparten una mirada de desconcierto.

-Según tenemos entendido Laufey solo tenía dos hijos.-menciona el mayor.

-Loki no es hijo de Laufey, sino de la reina Farbauti. La verdadera y legítima reina de Jotunheim - La mujer hace una pausa y con un gesto suave de cariño continúa -Ella era hermosa, amable y de bien corazón. Y su niño oh, él era un dulce y hermoso niño.-Niega con pesar- Poco después de la muerte de su madre, simplemente se desvaneció en la noche, sin dejar rastro de su existencia. Se le prohibió a todos mencionar que alguna vez existió, creímos que el rey Laufey lo había mandado asesinar, pero en mi corazón siempre creí que el joven príncipe estaba vivo.

Ambos dioses no entendían el motivo de las divagaciones de la mujer sobre un príncipe perdido, no hasta que Frandal explicó.

-Señor-habló Frandal dirigiéndose a Odín - hace unas horas encontramos lo que parece ser una celda, oculta tras esa pared de hielo, la cual está resguardada por magia. Todos los usuarios de magia entre nuestras filas están intentando abrirla, pero no han tenido ningún avance y el tiempo apremia, ya que se detectó a una criatura humanoide dentro, está viva pero muy débil.

Thor se pasa las manos por los cabellos y cierra los ojos.

-Ha pasado casi una semana desde que tomamos Jotunheim, y antes de eso no sabemos cuando fue la última vez que alguien pudo haber atendido a la criatura, debe estar padeciendo inhanicion y deshidratacion. Heimdall!!-gritó llamando al guardian.

-A sus órdenes su majestad.

-Has llamar a mi madre, explícale la situación. Necesitamos de ella lo más pronto posible.

-Sí mi principe.

Frigga además de reina era la hechicera más poderosa de Asgard, si alguien podía abrir o descubrir la forma de abrir esa puerta era su madre.

-Cuando los soldados corrieron la voz del hallazgo por los pasillos, se acercó a Sif para decirle sus sospechas de sobre quién creía que estaba ahí.-Continuó explicando Frandal refiriéndose a la gigante.

-¿Magia? Cómo es posible? -Pregunta Odín.- Los Jotun carecen de poder mágico, alguien más debió lanzar el hechizo.-Se giró entonces hacia la anciana gigante-Y ,¿por qué está usted tan segura que quien está siendo contenido ahí dentro es este príncipe del que nadie ha oído hablar? ¿Por qué razón debería contenerse a un jotun con una barrera mágica de esa magnitud?

-Porque el príncipe no es cualquier jotun!!!-la mujer exclamó desesperada, inspiró para calmarse-Perdonen mi arrebato sus majestades.

-No se disculpe.-Descartó Odín -Por favor explique a que se refiere.-Pidió

-Su madre, la reina Farbauti, yo fue su institutriz y doncella, la quería como si fuese una hija. Ella era tenaz, ingeniosa, una gran guerrera con un temperamento fuerte. -Dijo con evidente cariño en la voz.

-Fue una sorpresa para todos cuando de la noche a la mañana quedó embarazada. Oh! Su padre, el rey, estaba encolerizado, debido a que ella había sido prometida al hijo de su hermano menor. Él quería asegurar que ambas líneas al trono se volvieran una y se evitaba la lucha por la sucesión, pero Farbauti tercamente se negaba a aceptar el matrimonio. Tras la revelación de su estado, y bajo la amenaza a la vida de su pequeño por nacer, no le quedó de otra más que aceptar las condiciones de su padre. La obligó a casarse con Laufey, haciendo que este tomase el poder sobre el trono y desplazandola de su legítimo lugar para castigarla por su infracción. Ella lo odiaba, a Laufey. Sabía de su crueldad, su ambición, de su oscuro corazón, pero aceptó todo, bajó la cabeza para proteger a su hijo no nato. A pesar de las amenazas del rey no dijo nunca quien fue el padre de la criatura, a nadie, ni siquiera a mí. Y ese secreto se lo llevó a la tumba. Al poco tiempo de la boda, el rey murió sospechosamente y Laufey ascendió al trono. El día que mi príncipe nació solo estuvimos en la habitación la partera, yo, y Laufey, quien se mantenía apartado sin interés. Cuando el principe dio su primera respiración quedamos en shock, el niño era diferente, no como otros recién nacidos no, era diminuto, cabía perfectamente en la palma de mi mano. Todos estábamos estupefactos, asombrados, pero no su madre, ella solo sonrió con adoración ante el bebé y lo colocó contra su pecho(...)

El que fue prometidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora