Narrador omnisciente:
_______ no desaprovechó la oportunidad de huir, así que abrió la puerta dispuesta a salir y correr el riesgo de ser atrapada y castigada. Definitivamente agradecía a Harry que haya llegado borracho y no la haya visto escapando, mejor aún, facilitó la huida de ella, dejando la puerta sin ningún tipo de seguro.
Si ________ lograba escapar metería en serios problemas a Harry, este sería regañado por George, hasta podría perder el trabajo, y eso no le conviene.
________ se encontraba cruzando el enorme patio de la gran casa. Paró un momento y observó la reja que bloqueaba su libertad, su mirada se desvió y miró hacia atrás, donde la casa seguía con las luces apagadas y un silencio escalofriante. Tenía la oportunidad en sus manos para salir de aquel lugar, pero algo le jugaba en contra, por un momento se sintió mal, si se iba, culparían a Harry como un irresponsable, le podría costar la vida. <<¿y la tuya no cuenta?>> la vocecita resonó en su cabeza y la hizo entrar en razón ¿en qué estaba pensando? ¿Quedarse como una inútil para que Harry no fuera culpado y la encerrara de nuevo en esas cuatro paredes? <<tienes la libertad en frente tuyo ¿y piensas rechazarla?>> no, claro que no. Sacudió su cabeza y volvió a mirar la reja, ahora pensando en cómo saltarla.
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Cada escalón que subía lo sentía como si estuviera caminando en una cuerda floja, sus pisadas eran endebles e indecisas, se agarró fuertemente del mango de la primera puerta que se encontraba en el largo pasillo, y afirmándose de las paredes llegó a su habitación. Se tiró en la cama de espalda como un saco de papas, puso sus manos en cada extremo de su cabeza y cerró los ojos.
Había bebido mucho en aquel bar, hasta le causó alucinaciones, una vez que había entrado en la casa juró haber visto a ______ en la sala, esperándolo para irse a su habitación, la había imaginado tan hermosa como es, y más aún con el nerviosismo que tenía en su rostro, la hacía ver más… Deseable, pero que, eran imaginaciones suyas, jamás lo estaría esperando así, era su secuestrada y estaba seguro que se había ganado el odio eterno de ella. Tenía unas inmensas ganas de ir a verla a su habitación, ver como duerme e intentar no tocarla.
Se sentó en la orilla de la cama y clavó sus ojos en un punto fijo, la puerta, ¿Qué mal haría en ir a verla? No la despertaría, entraría silenciosamente y la observaría por unos segundos. Seguro se puso de pie, se tambaleó un poco pero volvió a su postura normal. Con sumo cuidado pasó a la otra puerta y la abrió lentamente. Aún seguía un poco borracho, así que se apoyó en la pared y vio el bulto en la cama, su precioso cuerpo estaría descansando bajo de esas sábanas, si se acercaba más no la despertaría ¿y si se acostaba a un lado de ella? No, era muy riesgoso, pero ¿si es por un segundo? ¿Solo para sentirla un poco? Con mucho cuidado tomo las sábanas y las hizo a un lado, solo un poco, lo suficiente para acostarse y ver su pierna.
-¡joder!- el grito de Harry retumbó en toda la casa
Con furia sacó las sábanas y golpeó la almohada puesta sobre la cama, donde debería estar _______ durmiendo. Lo había engañado, _______ lo había engañado, se sentía tan estúpido por no darse cuenta antes, _______ había escapado y él despreocupado en un bar, bebiendo y tirándose a las chicas en los baños, era un maldito irresponsable, de seguro George lo colgaría vivo del cuello, mierda, en dos días llegaba su jefe, y si no la encontraba ahora, tendría serios problemas con él
-¡joder, maldita zorra!- pateó la cama
-¿qué ha pasado, tío?- la figura de su compañero Liam apareció en el marco de la puerta, traía un semblante de ojos adormilados y cabello alborotado, las quejas de Harry lo habían alarmado y obligado a venir para ver lo que estaba ocurriendo
