El camino que tomamos (Karmagisa)

Capitulo 7

Su respiración se encontraba muy agitada, apenas si podía mantenerse en pie por lo que se recargo en una pared.

-Por eso te dije que no entrenaras tanto- Subió su cabeza encontrándose con la mirada de Itona el cual le tendía una botella de agua. La tomo con entusiasmo mientras intentaba que el aire llegase a sus pulmones.

-Perdón, pero estoy algo fuera de forma y el trabajo que se viene necesitamos estar en nuestra mejor condición - Intento excusarse mientras bebía con desesperación.

- ¿Como están los pequeños monstruos? -

Nagisa rió levemente ante el apodo de los pequeños -Están bien, pero insisten en que cenes con nosotros; quieren a su tío cerca -

-Estoy muy ocupado, tenemos que hacer el siguiente trabajo perfecto para poder regresar a Japón- Desvió la mirada asía el techo -Casi terminamos con el contrato-

Rio nerviosamente al intuir lo que el otro pensaba -Mhn si, ya casi tengo los pasaportes para poder irnos apenas podamos, aunque debemos hacer unas paradas en otro países-

Un escalofrió recorrido la espalda del peliblanco que con algo de duda volteo a ver al otro, encontrándose con la cara de chantaje que ponía siempre que podía, gruñendo algo bajo le dio la espalda para caminar asía la salida del lugar -Solo por hoy, pero tu cocinaras la cena-

El más pequeño en estatura rio ligeramente complacido -Esta bien-

-Y quiero postre!!-

Una vez que tenían todas sus cosas ambos se pusieron las pelucas y los pupilentes, comprobando que estuvieran bien caminaron por la calle buscando una pastelería que aun estuviera abierta más por petición de Itona al saber que el otro no era bueno haciendo postres.

Después de una hora más, y de haber recorrido todas las pastelerías que encontraron y en la cual milagrosamente encontraron el pastel favorito de Itona, se dirigieron al departamento de Nagisa. Al entrar se despojaron de sus disfraces, unos pasos rápidos se escucharon por el departamento hasta que desde una pared se asomaron dos pequeñas cabecitas, al reconocer a las personas ambos niños soltaron tanto el bate y el palo que llevaban para ir directamente abrazar al peliblanco.

-Tío Itona!!!- Gritaron ambos pequeños con mucha emoción en su voz, mientras se colgaban de el como si no lo hubieran visto por mucho tiempo, aunque eso fuera desde hace una semana.

-Hola monstruos- Con una sonrisa ligera y cálida acaricio sus cabezas mientras intentaba mantener el equilibrio para no caerse por la fuerza en que casi lo empujaban.

Una vez que lo soltaron corrieron a la pequeña cocina, habían captado el olor de algo muy dulce; con emoción vieron el pastel. Se sonrieron complacidos al saber que su querido tío había convencido a su padre para comprarlo, después de todo, aunque a Nagisa le gustara lo dulce no era tan fanático de estos ya que el prefería una comida más saludable o sushi pero no podía conseguir los ingredientes tan fácilmente por lo que tendría que aguantarse hasta regresar a Japón.

-Gracias por convencer a papá- Ambos hicieron una pequeña reverencia, cosa que habían aprendido de los mayores o más bien imitaban porque aún no le veían el sentido de hacer eso.

Mas tarde una vez que estuvo lista la cena, comenzaron a comerla, aunque siempre con una que otra broma pequeña, el ambiente era muy acogedor y se podía disfrutar de la tranquilidad.

Después de la cena los pequeños se pusieron a jugar con el más alto de los dos adultos mientras que el otro lavaba los trastes, era uno de esos momentos donde podía pensar sin tener una interrupción. Aun recordaba cuando por más que un impulso se decidió por adoptar a los pequeños. Al principio recibiendo negativas de su amigo más cuando el otro supo de las razones y del pasado de ambos pequeños, le Decio ayudar para que tuviera legalmente a ambos. Aunque claro tuvieron que mover ciertas cosas para que mostraran su verdadera apariencia solo enfrente de la juez, así ambos quedando bajo el cuidado de Nagisa como tutor legal. Aunque para eso su regreso a su país natal se tuvo que retasar ya que por lo mismo de que los niños no tenían ningún papel que confirmara de su existencia, por lo que tuvieron que registrarlos y esperar a todos los trámites para su visa.

Aun recordaba ver los ojos llenos de miedo y con lágrimas que le dieron cuando lo vieron por primera vez, en aquella fiesta donde casi fueron vendidos. Los salvo a ellos y otras personas que estaban como esclavos. Donde la mayoría de los que estaban como compradores murieron asesinados y algunos otros todavía se les buscaban. Al saber por todo lo que pasaron no pudo evitar tener el impulso de decir que quería adoptarlos aun sabiendo lo peligroso que sería para él.

Pero de algo estaba seguro es que no se arrepentía, tal vez tomar el trabajo como asesino aun le causaba estragos ya que sabía que del tiempo que llevaba ejerciendo este trabajo tan peligroso ya cargaba con muchas muertes, pero sabía que la mayoría por no decir todas fue por hacer algo bueno, el solo aceptaba trabajos en los que la ¨victima¨ era alguien que tenía trabajos turbios. Después de todo solo por eso acepto.

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Se movía por toda su habitación preparando las dos maletas que se llevaría, ya habiendo notificado sobre las instrucciones a los demás solo le quedaba esperar hasta el vuelo que se llevaría a tan solo unas horas. Iba vestido de un traje color negro completamente con un abrigo color café claro que lo cubría parcialmente del frio de afuera. En sus manos sostenía la bufanda que recibió de su querido amigo, que sin poder evitarlo solo le daba esperanza en que tal vez lo vería pronto, aunque para él lo sintiera como mucho tiempo.

Podría ser que tampoco fuera tanto tiempo, el destino siempre tiene cosas inesperadas ya sea para bien o para mal. Todo dependiendo de qué tan preparados estuvieran para las noticias que les llegarían en aquel viaje en el que esperaban tener mas pistas mas no respuestas. Las respuestas que tanto querían saber.

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Hola.

Otro capitulo de la historia, tarde mucho lo siento, pero intentare actualizar mas seguido, para que se vaya viendo el avance de los personajes.

Matta ne.