EL TELÓN VUELVE A ABRIR, LA ESCENA SIGUE IGUAL COMO SE QUEDÓ EN EL ÚLTIMO CIERRE. Alice (INDIGNADA). Tenía que suceder esto, ¿el miedo pudo más que nuestro amor? Adrian. No lo malinterpretes, por favor, te amo, pero con el filo de una navaja no se puede pensar con claridad. Thomas (SONRIENDO). No hay mal que por bien no venga, y quizás lo que ve aquí usted señorita sea lo que verdaderamente es su galán, un completo cobarde. Ahora ya puede vivir mejor, sin él... pero, pasando a lo que verdaderamente importa, respóndame joven, ¿a quién dejo vivir? Adrian (TRAGANDO SALIVA). Ya se lo dije, y veo que tendré que repetírselo: No me haga daño, que si por usted no fuera ni por el destino cruel, aún me faltaría un extenso camino por recorrer. Alice (GRITANDO). ¡Cobarde! ¡Cobarde! ¡Cobarde! ANTE ESTOS GRITOS HACE SU APARICIÓN, POR DETRÁS DE ALICE Y ADRIAN, FABIEN QUE VA CON UNA SONRISA DE SATISFACCIÓN MEZCLADA CON TRIUNFO. Fabien. Se ve aquí que verdaderamente no hay amor. No existe excusa alguna para abandonar al supuesto amor de tu vida... ah, ¡muchas gracias Thomas, amigo mío! ¡Te luciste, sé que serás algún día un buen actor! Por lo pronto ten tus primeros honorarios. Thomas (RECIBIENDO EL DINERO DE FABIEN). Bueno mis servicios se han acabado por ahora, así que me despido, ¡ojalá que logres conquistarla de una vez por todas! Adrian (SUJETANDO EL HOMBRO DE THOMAS). ¡Un momento, ruin! ¡Canalla! ¡Así que esto ha sido planeado por este otro canalla!... Mi amor perdóname, tú sabes que yo te quiero, tú sabes que... Alice. Callaos, porque lo que tú eres verdaderamente se ha dejado ver, un cobarde. Adrian (SOLTANDO A THOMAS) Pero, todo ha sido una trampa, todo ha sido planeado por él, debes comprenderme. Fabien. Pero, ahora debes ver que esto se podría repetir, y el resultado sería el mismo: él abandonándote a su suerte. Debes darte cuenta Alice. (INTERRUMPIENDO A FABIEN). ¡Callaos los dos!, no me quedaré con ninguno. ¡Los dos son ratas del mismo muladar! Tú Adrian por ser tan cobarde, y por insultar a la dama, que según tú, era para toda tu vida, de la forma más humillante. ¡Y tú Fabien, porque lo que has hecho aquí me ha curado la ceguera, mas el fin no justifica los medios, y eso para mí es ley! Grupo de alcohólicos. ¡¡¡Uuuuuuhhhhhh!!! Adrian y Fabien (EN CORO). Pero, pero... Alice. Si los peros o las suposiciones valieran en la vida, no habría tantas guerras, no habría tantos muertos, ¡me quedaría con los dos! mas no es así, y no lamento deciros: ¡Adiós para siempre! Adrian y Fabien. ¿Y qué nos queda ahora? Thomas. No sé ustedes, pero yo me voy con la dama. Su silueta perfecta, su cuerpo esbelto, ha atrapado mis ojos y mi cuerpo.
Grupo de alcohólicos. ¡¡¡Ooooohhhhhh!!! Adrian y Fabien. ¡¿Qué?! Alice. No tendrá más valores que ustedes, pero de ustedes... ¡de ustedes ya me cansé! ALICE Y THOMAS SALEN DE LA ESCENA DESPIDIÉNDOSE DEL GRUPO DE ALCOHÓLICOS. Adrian. Mi nuevo amigo, parece que el tiro te salió por la culata. Fabien. No tienes que decirlo. Pero, no te ves enojado. Adrian. ¡Claro que no! Yo soy joven, y no debo preocuparme de encontrar a otra bella que adolezca de inteligencia, porque ésta me salió astuta. Fabien. No sé por ti, pero yo la seguiré buscando, no sé hasta cuándo. Bueno me despido, hasta la próxima vez que se encuentren nuestros caminos. ¡Adiós! Adrian. ¡Adiós! (DIRIGIÉNDOSE AL PÚBLICO). Pobre tonto, no sabe que jamás le hará caso, que ¡de mí sólo estuvo enamorada! Fabien (CORRIENDO GRITÓ A LO LEJOS). Por cierto, tú eres el vigésimo galán que supuestamente ganó su corazón y esta es, por cierto, la vigésima vez que arruino su relación. Adrian. ¡¿Queeeeeeeeeeeeeé?! SE CIERRA EL TELÓN