Sueños

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"Los que no pueden recordar el pasado están condenados a repetirlo."-

George Santayana

Caminaba por un inmenso jardín lleno de flores de todos los colores. Era un hermoso lugar, le daba mucha paz. Había un enorme lago de aguas cristalinas, lleno de cisnes. Era un hermoso día soleado, podía verse a la Tierra en el cielo. El planeta azul se veía hermoso ese día, estaba en una de sus fases, creciente, tal vez, no estaba segura. A sus espaldas se erguía un imponente palacio, un palacio de ensueño, pero para ella era de lo más natural. Caminaba por el prado. Llevaba un vestido de gala, color blanco y largo hasta los pies. En su cabeza, su típico y característico peinado, y una corona de oro en su frente. De repente, escuchó la voz de un hombre, que le hablaba desde sus espaldas.

- Princesa...- volteó de inmediato. Sonrió al reconocer al joven que la llamaba, el joven también sonrió con cierta ternura. Llevaba un esmoquin negro con camisa blanca, una capa negra, con interior de terciopelo rojo. El joven de cabellos color azabache extendió su mano y le entregó una rosa roja, sin decir más.

- ¡¡Endymión!!- dijo con una enorme sonrisa en su rostro. Y, antes de tomar la rosa, se lanzó a sus brazos. Permanecieron abrazados durante algunos segundos, hasta que él se separó de ella. Ella tomó la rosa. En ese momento, se sintió una fuerte explosión. Ella volteó, el palacio estaba en llamas. Corrió hacia él, asustada. El joven corrió tras ella. Se detuvieron antes de llegar, la silueta de una mujer apareció enfrente de ellos. Se escuchó su risa. Volteó a ver a su amado, pero él ya no estaba allí. Las lágrimas comenzaron a brotar de sus ojos. Miró hacia abajo, ya no llevaba su vestido. En su lugar llevaba un traje de marinero, con una pollerita muy cortas y botas rojas, hasta las rodillas. Las llamas comenzaron a rodearla. Entonces, escucho la voz de una niña pequeña. Una niña que lloraba.

-Mamá, por favor no me olvides...- decía entre sollozos.

★·.·'¯'·.·★

Usagi despertó sobresaltada. Se sentó en la cama de un salto empujando a Luna, quien cayó al suelo. Sus ojos estaban llenos de lágrimas. Luna se puso de pie con alguna dificultad, aún estaba un poco dormida, miró a Usagi con cierta preocupación. Ella estaba sentada en la cama, con su mirada perdida en algún punto fijo, lagrimeando en silencio, como paralizada. Entonces Luna saltó a la cama y se refregó contra su cuerpo, ronroneando, como intentado hacerla reaccionar. Usagi comenzó a llorar y se abrazó a la pequeña gatita.

- ¿Qué fue eso Luna? ¿Una pesadilla?... Pero ¿por qué tengo la sensación de que no fue sólo un sueño? Fue... fue tan real... como si alguna vez me hubiese pasado...

-Miauu.- Usagi se separó de la gatita y seco sus lágrimas. Tomó su celular para ver la hora. Aún era de madrugada. Observó por la ventana. Luna Llena de nuevo. La observó casi hipnotizada. La imagen del hombre en sus sueños volvió a su mente y no pudo evitar pensar en él.

-Endymion...- susurró, mientras su gata la miraba desde la cama. Quizás aún había esperanza. Saltó sobre la Notebook que aún estaba abierta en su escritorio. Estaba en modo reposo, así que le bastó con pisar algunas teclas para que se encienda. Usagi volteo al oír el golpe de sus patas contra el teclado. – ¡Luna! ¿Qué haces? Eres muy traviesa. – la gata siguió caminando por el teclado y, entonces, una página web se abrió en el navegador. Usagi se acercó por curiosidad. – "La leyenda de la princesa de la Luna"- leyó en el título de la nota. La imagen de aquel majestuoso Castillo de su sueño llegó a su mente y la sangre se le helo. – La Luna...- susurró, aunque sin entender lo que su corazón sentía.

Se sentó frente a la computadora y desplazo la página hacia abajo. Comenzó a leer.

"Hace miles de años, antes de que historia de este mundo fuera escrita, existía en la Luna un reino de Plata gobernado por una reina, quien, con la ayuda de un leyendario cristal, se encargaba de proteger a la Tierra y al resto del Sistema Solar. La reina tenía una única hija, heredera al trono del Reino de Plata. La princesa había sido custodiada por cuatro guerreras desde el mismo día de su nacimiento, ya que una poderosa hechicera que siempre había querido apoderar del Reino de Plata, lanzó una maldición sobre ella.

El Hilo RojoWhere stories live. Discover now