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Luego de ese día me devolví a mi hogar, mi padre ya no estaba y mi madre estaba creo que un poco molesta, así que simplemente me fui a mi habitación, iba a descansar y necesitaba relajarme. Apenas me acosté, me dormí.

Estuve allí pensando mucho en ese tramo emocionante de mi vida. Como pasaba el tiempo y en como yo experimentaba situaciones y sensaciones nuevas, catorce años de edad no eran inconveniente, yo ya di mi primer beso y específicamente éste año, ya probé y experimenté cosas que tal vez no debía.

Jaebum.

Mi mente trajo esa imagen a mi cabeza y mi estómago se revolvió, sólo sonreí y lo nombré, suficiente como para sentir mi rostro arder. Me ponía feliz, a pesar de no tener idea de lo que podía llegar a ser él, eso no me interesaba, mi mente recordaba su rostro e instantáneamente sentía mil cosas en mí.

Quizá sí era malo ser gay en una familia religiosa, pero luego yo mismo me lo cuestionaba. Mi madre siempre me dijo que amor es amor y que no hay razón para prohibirlo, pero quizá sólo se refería al amor de sexos opuestos, tal vez esa era la diferencia y por eso estaba molesta.

Pero yo ya era así, no había vuelta atrás y yo tampoco quería cambiar. Tampoco había razón para hacerlo.

Oí la puerta de mi habitación abrirse y mire para saber quién había entrado, era mi mamá. -Creo que debemos hablar, Tim.- Dijo y sonrió, sus ojos estaban llorosos y había maquillaje en su hombro, supuse lo que había ocurrido. Notó que vi el posible golpe y lo tapó con el tirante del vestido.

Me senté en mi cama y presté atención, haciendo también un gesto para que siguera hablando.

-¿Quieres contarme toda la historia? Quiero escucharte bien y sin discusiones de por medio.-

Entonces comencé a hablar. -Soy homosexual, me di cuenta hace un año, no sentía ni una atracción hacia chicas y pensé que sería porque no tenía novia, entonces sólo busqué amigos y comenzó a gustarme Alex, él se fue y yo sólo me fijaba en chicos, me gustaban sólo hombres y siempre era así, hasta ahora que creo que me gusta alguien nuevamente.- Reí desanimado y mi mamá me abrazó, acariciando mi espalda y besando mi frente.

-Te amo, hijo, tienes y siempre tendrás mi apoyo.- Sólo eso necesitaba oír, mi felicidad volvió y estaba igual de tranquilo que antes.

-¿Qué ocurrió con papá?- Pregunté dudoso y recibí una respuesta que me sorprendió, pero aún así me tranquilizó.

-Se fue, dijo que no viviría con un hijo... Maricón, entonces se fue.- Sonreí y besé su mejilla, para abrazarla luego.

-Estaremos bien, mamá.-

Yo estaba bien ahora, estaríamos bien y felices, viviría en paz y sin peleas ni discusiones. Entonces nuevamente llegó, Jaebum, mi corazón latió fuertemente y sonreí nuevamente viendo como mi mamá salía de mi habitación.

Quizá este día fue mejor de lo que pensaba, algunas cosas se solucionaron y estaba mucho mejor.

(...)

Eran las 23:35 y ya no sabía qué hacer, estaba tan aburrido. Mi mamá estaba con sus amigas en el comedor y mi hermano dormía, mi padre de viaje y sólo estaba mi gato junto a mi.

Me levanté y llamé nuevamente a mi mejor amigo. -¿Aún puedo ir a la fiesta?-

-Acaban de llegar algunas personas, claro que puedes venir, te espero.-

Excelente, al menos podría ir a una fiesta para desaburrirme, aunque era misión imposible tratar de salir con mamá despierta, de todas formas traté de salir. Me vestí y saqué lo necesario para ese momento, entonces salí de mi habitación, bajando a la cocina y mirando a mamá con sus amigas. -Daré una vuelta por el parque, estoy algo mareado.- Mamá nunca decía que no frente a sus amigas.

-Claro, bebé, ten cuidado.-

El plan perfecto funcionó a la perfección, entonces salí y me dirigí al lugar en mi bicicleta. No era muy lejos, pues íbamos a la misma escuela, y llegué luego de unos quince minutos.

Toqué la puerta de la casa, oía música y risas dentro de esta y ahí fue cuando abrieron, era mi amigo. Olía a alcohol, marihuana y quién sabe qué más. -Buenas noches.- Dije y hablé de nuevo. -Traje tequila.- Y me dejó entrar, sólo reí y miré a todos allí. Reconocía varios. Algunos estaba seguro de haberlos visto en la escuela en algún momento y a otros, ni idea de quiénes eran.

Sinceramente mis ganas de bailar eran bajo cero, sólo quería beber y drogarme un poco, y así fue, tres horas de tequila, cerveza, bebidas, cigarros, marihuana, éxtasis.

3:23 am, estaba acostado en el suelo. Una chica casi desnuda y dormida sobre mi y a mi lado una situación similar, pero con mi amigo. Me espanté y quité a la chica despacio, había gente ebria y todos durmiendo o quizá muertos, iba a irme, pero apenas si podía levantarme y no podría andar bien en bicicleta.

Llamaría a mi hermano, pero le diría a mamá, entonces tomé mi celular y vi instagram abierto, recordé que estaba buscando al amigo de mi hermano. Quería saber quién era, pero no lo logré en ese momento. -Timothé, ni si quiera pudo darme su apellido, ese niñito es un bobo, mi corazón late tan rápido por él. Esto es patético, hablando solo, ebrio y pensando en un chico que jamás me prestará atención, vamos bien, Jaebum.-

Tomé mi bicicleta e intenté manejarla, debía llegar a mi hogar de una u otra forma. Entonces seguí el camino que recordaba, quería vomitar, estaba mareado y juraba que moriría, entonces cerré mis ojos por un segundo y luego los abrí estando en el piso, vi a un chico haciéndome reaccionar, podía jurar que ese chico era el amor de mi vida.

-¿Jae? ¿Estás bien?- Preguntó e intenté mirarlo bien, sus ojos preocupados, su rostro pálido y cabello negro, estaba casi seguro de que era él.

-¿Morí? Eres mi.. Mi ángel, oh mierda no puedo no morir aún.- Me levanté exageradamente y me caí nuevamente, cerrando con fuerza mis ojos para luego mirar al chico. -¿Timothé? Oh no, también moriste, qué pasó.- Y comencé a llorar, como si realmente estuviera muerto. Miré nuevamente a Timothé y él reía despacio mientras se sentaba a mi lado.

-No, estamos fuera de mi casa, sentados bajo un árbol porque chocaste con él... Y hueles a alcohol y a vómito.- Hizo una mueca de asco y ahora yo reí.

-¿Qué haces despierto ahora? Es tarde.- Me apoyé en el árbol y lo miré detenidamente, esperando una respuesta.

Él se acercó a mi, se acomodó a mi lado y suspiró. -Estaba fumando.-

Impresionante, era más badboy que yo. -¿Te quedan cigarros?- Cuestioné y él soltó una risa, tan tierna que creía haber oído mi corazón latir. Asintió y me pasó uno, junto con un encendedor.

Y ese fue el segundo encuentro, fumando bajo un árbol, yo drogado y ebrio, él preocupado y tan lindo como siempre. -¿Puedo quedarme aquí hoy?- Pregunté, definitivamente no estaba muy consciente.

-Sí puedes, vamos adentro, hace algo de frío... Y tú debes cambiarte eso.-

Qué lindo.

[...]

Segundo capítulo, un poco mejor que el anterior.

Hay cosas que no recordamos muy bien, así que improvisamos, pero hacemos lo mejor que podemos por contar cómo fue exactamente.

-Papi Jae.

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⏰ Última actualización: Feb 05, 2020 ⏰

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When it's cold I think of you.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora