—Are you, are you, coming to the tree... —susurraba la voz de Derek mientras se encaminaba a su primera clase: francés. Solía tener facilidad para los idiomas, había sido el primero en aprenderse el inglés entre sus hermanos cuando apenas tenía trece años. También sabía algo de alemán y de ruso. Era un genio. Al menos, se esforzaba por intentar convertirse en uno.
Para Derek, la inteligencia era algo muy importante en las personas. La misma te decía si podías o no llevarte bien con determinada persona, si podías dominarla o si serías el sumiso entre los dos. Jamás habían equivalencias: ninguna persona era igual de inteligente que otra, ni poseía el mismo tipo de inteligencia. Todos eran diferentes, todos poseían una escala en el mundo que se determinaba por su nivel de intelecto y él no gustaba de quedarse entre los últimos puestos.
Continuaba caminando elegantemente al aula asignada. Su paso resonaba pausado exactamente por 1,7 segundos y si pulso le resonaba en el cuello a cien por minuto en el cuello. Su respiración continuaba siendo inconstante y bastante complicada de dominar dado su nerviosismo. Esperaba, al igual que en su antigua escuela, que le tocaran sus clases con Daria y así tener a alguien reconocible en el salón y a alguien con quien hablar sobre lo aburrida que estaba poniéndose la clase. Se consoló con que al final haría amigos de seguro, que tendría su propia manada como cada año.
Tenía que idear, una vez más, una forma de comenzar a sonsacarle información a esos imbéciles. Siempre estaba la opción de revisar sus redes sociales, pero no le parecía un medio muy fiable. Preguntar era más fácil, aunque no le gustara demasiado socializar. Él del tipo solitario y alejado de los demás, solo se dejaba ver cuando era necesario. Era, lo conocido en la jerga, como un invisible social. Muy diferente a lo que era su hermano, Haakon, quien socializaba normalmente con los demás, quien podía tomar a un desconocido de la calle y convertirlo en su mejor amigo si le dabas dos horas. O, en diferencia, como Ashton, quien podía ganarse atención fácilmente por su apariencia y los tonos tiernos de voz que usaba al hablar. Quizá hasta Daria era más sociable que él, aunque ella tenía índices sociópaticos y solo estaba con quien le era de conveniencia, además de llamar a sus amigos "aliados".
—Él es Derek Fossewat —lo presentó la profesora a sus compañeros. Él, en un intento por ser simpático, formuló una sonrisa algo tonta y miro a un punto indiscriminado en la pared del fondo.
Le asignaron un asiento al frente y desde allí pudo escuchar extraños murmullos y risitas tontas provenientes de los alumnos sentados en los asientos traseros. Se volteó para darles una mirada a los mismos, inquiriendo que los estaba oyendo y prosiguió con su mirada al frente. No prestó atención, su mente volaba por diferentes temas sin discriminación alguna mientras recargaba su rostro sobre su mano y hacia garabatos sobre la hoja con la otra. Suspiraba constantemente, en señal de queja inconsciente.
Sus siguientes clases fueron similares y en ninguna de ellas, por casualidad, se cruzó con un rostro reconocible, aunque sí con algunos interesantes. Tomo nota de alguno que otro. Estaba esa chica de ojos azules y preciosos que se sentaba detrás de él en Gobierno, por ejemplo. Por lo que notaba era alguien que se hacía llamar la atención. Se había postulado como presidente de la escuela aunque era una desobediente total según había escuchado por aquí y por allí. Se ganaba castigos casi todos los días. Captó que tenía los mismos índices de rebeldía que él y sus hermanos y eso le gustó en parte. Solo en parte, porque no le gustaban las competencias y sin duda Daria la tomaría como una. Ella era la chica mala de la escuela y si alguien había ocupado ese lugar, su hermana se lo ganaría con una buena golpiza.
Se desesperó un poco cuando no encontró a su familia en el comedor, pero aún así prosiguió con lo que debería de hacer en ese lugar: comer. No le gustaba demasiado comer en lugares como ese, públicos, repletos de gente. Tenía un TOC higiénico y aquello iba contra sus reglas, pero dado que no tenía otra opción y tenía mucha hambre, tuvo que aceptarlo.
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Bleeding heart.
Teen FictionEn una escuela secundaria de Estados Unidos, ubicada en Chicago, Illinois; una familia problemática llega a causar desastres y promover el mal comportamiento. Pero allí habrá enfrentamientos, claro que sí. Lo que no sabían los Fossewat, es que tendr...