Hora de cambiar

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¿Cuándo entenderán que no necesito un psicólogo? no estoy loco... Hace una semana a mis padres se les ocurrió la grandiosa idea, gracias a una compañera de trabajo de mi madre, de llevarme con un loquero y todo porque ya se estaban cansando de verme así. No me agrada la idea de ir con una persona desconocida y contarle toda mi vida, además las personas que van con los psicólogos es porque están realmente dementes que hasta son internados, yo no quiero que me internen, deben de entender mi estado, pueda que ya pasaron los años pero son cosas que no se superan fácilmente y menos en corto tiempo o solo que más bien, las intensiones sean otras, tal vez ya no pueden conmigo, ya no me soportan, soy una carga para ellos, claro quien quisiera tener a un hijo postrado en una silla de ruedas, claramente nadie.

—JiMin por favor ábreme la puerta, al lugar al que iremos te ayudarán mucho, mi compañera dice que es una de las mejores en el pais...—

—¡No! ustedes lo que quieren es internarme ¡se quieren librar de mi pero no lo permitiré! son mis padres ¡deben de soportarme!—

—JiMin pero que cosas se te ocurren, claro que no es para internarte, no es lo que piensas, ya sal que perderemos tu cita y fue difícil de conseguir una en este horario—

¿Puedo confiar en la palabra de mi madre? no tengo nada que perder así que esta bien, iré pero si me salen con que debo ser internado juro que no perdonare nunca a mis padres, así que con desconfianza abrí la puerta y salí de mi habitación, mi madre me regalo una sonrisa sincera, eso me calmo de cierta manera, con ayuda de mi padre me subieron al auto y los tres salimos rumbo a dicho lugar.


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—Buenos días pasen adelante...— nos saludo una señora no tan grande por lo que se ve, mi mamá me ayudó a entrar y tomó asiento cuando ella se lo ofreció.

—Buen día, él es mi hijo JiMin— yo me había perdido en las paredes del lugar algunos adornos clásicos, títulos, un librero, estaba entretenido en la vista que tenia que olvide presentarme aunque mi madre se encargaría de hacerlo por mi.

—Hola JiMin, un gusto conocerte...— 

—¿Eh?... ¡oh! este si hola—

—Andas distraído— soltó una risita que me hizo sonrojar pues la verdad si andaba distraído.

—Bueno señora Park, necesito que espere afuera, yo les avisare cuando puedan pasar—

—Claro, gracias, no seas grosero mi amor— Solo negué con la cabeza y vi salir a mi madre, luego la psicóloga se sentó donde antes mi madre lo estaba y me observa, esa mirada algo intimidante pero después me sonrió.

—Primero que nada me presentaré correctamente, soy Sandara Park, llevo ejerciendo esta profesión hace diez años, cuéntame de ti— y aquí es donde no estaba seguro de la decisión que tomé.

—Un... Soy Park JiMin, tengo 25 años y...— baje la mirada —soy un invalido, una carga para mis padres, ni siquiera pude terminar mi carrera en la universidad, soy un inútil...—

—No lo eres JiMin, todo eso que dices no es verdad, el hecho de estar aquí quiere decir que si deseas salir de esto, simplemente haz dejado en pausa tus sueños, haz formado una barrera donde nadie puede pasarla, ni siquiera tu familia, si tu me das autorización, haremos que esa barrera sea derribada— no se en que momento mis lagrimas habían empezado a recorrer mis mejillas, ella tomo mis manos y me dejo llorar, liberar todo lo que por dentro me oprimía, desahogarme como no lo he podido hacer hace cinco años.

—Llora todo lo que necesites, libera todo lo que tienes dentro, grita, destruye cosas, si eso te hace desahogarte hazlo... pero eso si, sin causarte daño—

—Yo... me siento una carga, mis padres están cansados, se que lo están, no me lo dicen pero los veo—

—Todo es un proceso JiMin, el paso más importante ya lo diste y eso es realmente importante... ¿Te sientes estable para contarme como empezó todo esto?— ¿estaba listo? No, pero debía liberarme.

—Si... hace cinco años fui llamado de manera anónima, me dijeron que mi pareja estaba en un motel con mi mejor amiga, la verdad al principio no lo quise creer, pero algo me decía que debía ir pues me habían pasado la dirección, después de pensarlo por largos minutos decidí ir, fue difícil que me dejaran entrar y que me prestaran una copia de la llave de la habitación donde estaban pero el dinero lo logró, fui a la dichosa habitación, la 2B, jamás olvidare cuando entre y el lugar era invadido de puros gemidos y jadeos por parte de ambos, camine hasta quedar frente a la cama, en un instante nuestras miradas chocaron con la de ella y fue ahí cuando grito mi nombre, yo como loco les empecé a gritar tome lo primero que vi a mi alrededor y con eso le comencé a pegar a él y a ella, él intentaba detenerme, pero no podía escucharlo, estaba fuera de si, solo recuerdo que me zafe de su agarre y salí corriendo de ahí, subí a mi auto hecho un lío en mi cabeza, en una curva no vire y choque con un muro y de ahí no recuerdo nada más, solo recuerdo haber despertado en el hospital que por lo que me dijeron los médicos, desperté dos semanas después—

—¿Los sigues odiando? ¿aún guardas ese rencor dentro de ti?— ¿aún lo guardaba? jamás me había hecho esa pregunta.

—A ella no, pues recibió su castigo y a él... Mark murió en un accidente, digamos que lo he borrado de mis recuerdos—

—Ya veo... JiMin, debes liberarte de ese sentimiento que aun sientes por ellos dos, se que te sonará tonto lo que te diré pero debes de perdonarlos, el porque es fácil, si sigues odiándolos, ese rencor en ti hará que no salgas adelante, cambia de página, perdona he inicia una nueva historia, para que tu puedas salir del estado en el que te encuentras es importante que elimines esos sentimientos negativos en ti, ya que el perdonar no es aceptar o el olvidar las cosas—

—Pero... no es fácil perdonarlos, jugaron conmigo, se aprovecharon del amor que les tenia, me vieron la cara y no fue una vez, fueron varias veces—

—Lo entiendo, no los vas a perdonar de la noche a la mañana, pues te han dejado una herida muy grande y profunda, pero trabajaremos en eso ¿si?—

—Si... ya no quiero sentirme así—

—Lo se JiMin ¿Qué te parece si seguimos mañana? por hoy es suficiente, ya me dejaste saber algo tan doloroso para ti, eso me indica que quieres salir adelante, superaremos esto juntos—

—Gracias...— así termine mi primera sesión con la psicóloga, llamó a mi madre, le pidió que me trajera mañana, pues por hoy había sido suficiente, que debía dejarme descansar, y es que la verdad si me sentía cansado, salimos del lugar, rumbo a casa, mis padres no hicieron comentarios de como había estado mi primera sesión, se los agradecía internamente, espero que con la ayuda de ella logre por lo menos recuperar una parte de mi yo anterior pues con esta discapacidad es difícil ser al cien por ciento el mismo de antes.

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Déjame Ser Tu Esperanza// KookMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora