Parte única.

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Harry hace exactamente lo mismo todos los días. 

Cada mañana se levanta a las 7 am, con todos sus rizos despeinados, su cabello largo casi hasta los hombros, sus ojos verdes viendo un poco borroso por el sueño y con su gata Coco maullando en el umbral de su puerta para que le de comida. El levantarse en invierno es cruel. Un delito. Y en primavera, incluso cuando el clima es un poco más cálido, aún sigue siendo complicado el hecho de tener que salir de su cómoda y caliente cama para enfrentar el ya no tan crudo aire frío que hay fuera de sus mantas y bien, él es, en esencia, una de esas personas que podrían llegar a tener frío hasta en el día más caluroso del verano, siempre con sus pies fríos, fríos, malditamente congelados. 

Pero, él aún así se levanta, se viste con una camiseta blanca (cuello de tortuga siendo exacto) y unos jeans negros. Le tomó unos minutos decidir que calzado utilizaría y finalmente encontró en el fondo de su armario unas botas marrones un poco desgastadas (por no decir bastantes). Hizo una mueca, pero concluyó que ese era el estilo vintage. Viejo, desgastado, cómo si hubiese estado guardado en un armario durante 100 años... ¿Cierto? Si. No, él definitivamente necesita comprarse nuevas botas.  Suspira y se dirige a la cocina. Abre las ventanas y deja que el aire se filtre un poco. Incluso si hace frío, le gusta sentir el aire puro correteando en su hogar. A veces le trae un par de hojas de tonalidades marrones y anaranjadas. Realmente no le importa, y Coco ama las hojas así que está bien.

Su desayuno no suele ser muy variado... té y galletitas casi todos los días, o bueno, todos los días. No tiene el tiempo ni las ganas para preparar desayunos repletos de comidas, es muy temprano para un desayuno rico en ingredientes. Y rico en esfuerzo. Por lo que luego de terminar su taza de té, cierra las ventanas y sale de su apartamento, prometiendo a su gatita que volverá en unas horas.

Camina hacia su trabajo mientras silva y saluda a todos sus vecinos. Algunos días él escucha música por sus audífonos, tal vez Britney Spears o un poco de Oasis y The Black Keys, o sólo música clásica, o quizás -y secretamente- de Disney, que lo hicieran sentir como si estuviera caminando por un bosque encantado. Cómo si los animales y los insectos fuesen sus amigos. Una Blancanieves. Pero aunque él ama la música, a veces sólo prefiere escuchar a los pájaros cantar, por más tonto que suene. Pero siempre dirige su mirada hacia el suelo con cuidado de no pisar ningún chicle, y luego la lleva hacia el cielo para comprobar qué tan fuerte está el sol por la mañana.

Olvidé el protector solar. Recuerda.

Um. Alza su mano derecha y revisa la hora en su reloj y sonríe cuando se da cuenta lo puntual que es, luego tropieza con una pequeña grieta que hay en el suelo gris, aquella maldita con la que ha tropezado por semanas. Pero se recompone, coloca de nuevo su sonrisa brillante e ignora la risa burlona de una niña que pasaba por ahí. 

A veces es un poco... rutinario. Monótono. Lo igual todos los días. A veces, se siente un poco solo. En su casa, o en su vida en general.

 Pero, hey, él ama su vida. Y él ama su pueblo.

Es un pueblo tranquilo, Holmes Chapel, por eso muchos jóvenes se van de allí hacia las ciudades más grandes y llenas de luces, diversión, y más jóvenes listos para aventurarse en cualquier situación. Y cuando miran hacia atrás y su lugar natal, solo lo nombran cómo un pueblo aburrido. Sin embargo para Harry es todo lo contrario. Encuentra en sus pintorescas calles una inigualable paz, calma y relajación. El silencio o a veces el murmullo bajo de los vecinos dan una tranquilidad que él realmente aprecia. Es bueno cerrar los ojos y sólo escuchar a la nada, como, tomarse un momento para respirar un poco. Tuvo hace unos años una experiencia en Manchester, cuando fueron con su madre, y allí se dio cuenta que las ciudades ajetreadas y aires tan contaminados no eran para él, así que agradeció más que nunca cuando regresaron a su hogar. Ahora valora mucho más las calles empedradas, y las tiendas pequeñas, con fachadas antiguas, techos puntiagudos. Como la de su familia.

sunflower |larry stylinson o.s|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora