De un tirón su brazo le hizo avanzar junto al alto, dando zancadas fuertes donde el contrario tenía que dar trotes largos para estabilizar su equilibrio. Entraron al callejón cercano de donde se encontraban, era uno de los lugares donde se podía conversar tranquilamente cuando se preparaban para algún evento, oferta, cualquier cosa que ellos quisieran hacer por las noches donde todo el color Neón volvía como un tsunami, abarcando cualquier rincón y cada persona que estuviera interesada en las calles gran parte de la noche y madrugada.
-Si querías hablar, solamente pudiste textearme
-No, solamente estoy haciéndome un favor
Se detuvo y se volvió con él, tenia la misma cara de superioridad e incredulidad. México se detuvo a la par de él mirándolo algo extrañado, en si la situación ya le parecía mas extraña de lo usual y el no pasaba situaciones así con él.
Fue entonces cuando su pequeño cuerpo azotó con la pared, liberando una queja de dolor hasta que fue jalado de su cabello con algo de fuerza por los dedos robustos y gruesos del otro, obligando a su cabeza a mirarlo arriba siendo que era más pequeño que él.
-Que...¡Que diablos te suce-!
Pero sus labios fueron sellados con violencia por el otro. Las manos estaban empujándolo de su pecho. Es verdad que se presentaban ocasiones donde el alcohol sobrepasaba el limite de sus cuerpos e incluso aquellas acciones entre ellos con causaban ningún disconford, esas fiestas que les encantaban. No obstante, ahora era distinto, ese día se encontraban sobrios y sin ningún sonido retumbante de las bocinas estridentes que almacenaba el DJ Brasil en sus almacenes traseros.
México apretaba sus ojos hasta que una voz chillante de alguna mujer estaba a lo lejos, a punto de pasar por el callejón donde se encontraban. La fuerza se concentraba en sus manos, pero tales acciones fueron en vano al sentir como sus manos pasaron por sus muslos para levantarlo y encontrarse a la altura y rostro de Kazajistán.
-¡Kazajistán, que mierda!
-Sígueme la corriente imbécil, ya terminará
Este miro de reojo hacia la entrada del camino, donde esa voz chillona no paraba de parlotear, entre ellas se escucho el nombre de Kazajistán. Extraño sin duda.
-¡Si! Chile y los demás me dijeron que se encontraba cerca de esa tiendo donde aquella perra se había tatuado, ¿puedes creerlo? ¿Cómo puede estar por estas tierras de pobretones?
Ambos miraban de donde provenía la voz, sus miradas mostraban asco e irritación. A nadie quien pasaba las calles por las noches, sea una aventura o una fiesta les agradaban los comentarios que aquella chica mencionaba, quería decir que era nueva sobre el tema de las calles y lo físico realmente importaba, causando que aumentara el asco a México.
-¡AH!
El mexicano miro hacia abajo, sintiendo unos dientes clavándose fuertemente en su cuello. La chica había dejado de hablar y ahora solo se escuchan los tacones de plataforma alta. Los dientes podían sentirse más, el dolor era intenso, que su intento de reprimirlo mordiéndose los labios ya no estaba teniendo función.
-¡K-Kazajistán! ¡PARA! ¡DUELE!
Unas manos se sumergieron por la espalda de México, sintiendo el frio corporal del contrario y como no estaba preparado para eso este se arqueo jadeando, ahora sonrojándose de la vergüenza que estaba provocándole.
Kazajistán levantó su camisa hasta que se la puso en su boca para que sus dientes sostuvieran la tela, próximamente se dirigió a aquellos puntos mas oscuros de su piel canela, mordiendo con delicadeza y jalando.
El moreno abrió sus ojos sorpresivamente ante tal, encogiendo sus piernas y apretándolas en las caderas fuertes del soviético. La tela ahogaba todos los gemidos que soltaba su garganta, temblaba cuando sentía que su lengua fría solaba esos puntos delicados.
Aquello no podía durar bastante, hasta que el calor le estaba envolviendo su rostro, estaba rojo, jadeante y con restos de saliva en la ropa y sus labios.
Kazajistán lo bajo lentamente y estrecho al bajo en su pecho. México podía notar como el otro estaba tranquilizar aquellos jadeos, su corazón estaba latiendo con rapidez, nunca lo había visto así en todos esos años, en cada aventura, en cada pelea que ofrecía a las calles.
Duro así unos 5 minutos hasta que lo separo de los hombros.
Hasta que recuperaran el aliento fue entonces que aquella tensión de evaporó.
-Está bien, no preguntare que acaba de pasar
Fue lo que menciono el bajo, recargándose en la pared de ladrillo mohosa, empujo suavemente el pecho del otro para comenzar a andar de regreso a la tatuadora del cual es encargado. Por detrás de el se escuchaban pisadas fuertes, del cual provenían del soviético que lo seguía lentamente.
-Mex ¿Cuándo ibas a decirnos que te perforaste la lengua?
-Pendejo
Este continúo avanzando, pero esta vez más rápido, frotándose las mejillas para calmar el sonrojo que se estaba formando. La risa de Kazajistán se escuchó, trotó hasta quedar a la altura del mexicano, pasándole el hombro.
-Te contare cuando el gimnasio abra en la madrugada.
-¿Esa chica tiene que ver contigo y me utilizaste para espantarla?
-Es del prostíbulo de Francia, ayer mientras iba a casa se topó conmigo e insistió con tener algo más. Cosa que, por supuesto negué, me pegara una enfermedad incluso si usaba condón.
-Una zorra persiguiéndote y mejor mostrarle que eres un joto
-Exacto
-¿Y Chile? ¿Por qué chingados no lo hiciste con él?
-Ya me había espiado antes, tenia que ser alguien que no conocía.
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Momentos UrbanAU CountryHumans
FanfictionAquí colocare algunas ideas pequeñas que lleguen a mi cabeza con respecto este AU.