Brisa de tormenta

190 13 1
                                    

El atardecer empezaba a caer en aquel bosque apartado de toda civilización, pues en teoría este era un territorio protegido por el reino de Fiore, quienes sólo dejaban al gremio local, Cait Shelter, establecerse en la zona. En la cima de una gran masa rocosa, se encontraban dos niños junto a una peculiar gatita blanca con alas, vaya lugar.

"Tal vez al final mis temores tenían razón, no debía unirme a la alianza" susurro Wendy, abrazando su rodillas, aún deprimida.

"Deja de castigarte tanto, no fue tu culpa" respondió Charle, sentada al lado de ella.

"Claro que lo es".

"Estas jugando con fuego, si sigues así, Nirvana puede cambiar tu corazón".

"...Hey..." hablo Naruto en voz baja, pero fue ignorado por la gatita blanca, concentrada en Wendy.

"Soy una cobarde, en lugar de quedarme con Lucy y los demás a luchar a su lado, escape a la primera oportunidad".

"...Basta...".

"Wendy, tú sabes muy bien al igual que yo, si nos hubiéramos quedado ahí, sólo seríamos un estorbo".

"Tu misma lo dices, soy una...¡ah!" harto, Naruto golpe la cabeza de Wendy con un poco de fuerza.

"¿¡Qué crees que haces delincuente juvenil?!" grito Charle, plantándola cara al rubio con expresión de pocos amigos.

"Perdón, pero estamos en medio de una situación delicada, y lo que menos necesito es a una niña deprimida, mientras su 'amiga' lo único que hace es bajar aún más su confianza" contesto Naruto serio, sin despegar la mirada de Charle.

"¡Por favor, no peleen!" Wendy tuvo que separarlos, antes que sucediera algo peor.

"Lo siento, pero lo diré en mejores palabras y sin sonar como un amargado. Wendy, si en verdad quieres ayudarnos, ayudarte, deja de lamentarte por lo pasado, eso nadie lo puede cambiar, es ahora cuando debes madurar, aceptar que la vida no es justa, y debemos luchar para cambiarla, así que no te preocupes, no estás sola, estoy contigo, ánimo, de veras" Naruto había empezado con seriedad, sólo para que su personalidad extrovertida apareciera, acariciando en la zona del golpe, con una ligera sonrisa, ignorado la molestia de Charle.

"Tienes razón...muchas gracias, Naruto-san" agradeció Wendy con una pequeña sonrisa, sentándose para mirar el sol. Naruto recargo su espalda en la pared de roca, con las menos en sus bolsillos.

"Dejando de lado lo que el enano dijo ¿porque jamás me mencionaste que conociste a ese tal Jellal?" bueno, no podía quejarse, esa era una muy buena pregunta.

"No es nada personal, sólo que nunca salió el tema, verán..." Wendy empezó a relatar su historia con Jellal, desde como camino sin rumbo, devastada por el abandono de su madre dragón, encontrándose con un joven Jellal, hasta en como el la dejo en su actual gremio por su propia seguridad en la palabras de él.

"Desde entonces no lo había vuelto a ver, sólo escuche malos rumores que lo tachaban como alguien malvado, pero yo confió en él, sólo esta confundido" finalizo Wendy con una sonrisa, como si en el atardecer hiciera que recordara todo.

"Ojalá tengas razón" comento Naruto, en cierta forma, podía entender el pasado de Wendy con el suyo, claro, el de ella era más feliz.

"Naruto-san...¿tus heridas están bien?" pregunto la doncella del cielo, un poco preocupada, pues volvió a notar las manchas de sangre en el chaleco de Naruto.

"Tranquila, sólo fue como un piquete, mira" levantó un poco su camisa, mostrando ambas heridas, completamente cicatrizadas, lo que preocupó a la chica, fue que había muchas cicatrices en su cuerpo.

Hermandad de sangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora