Y te dejé allí, en esa cama de hotel enredado entre las sábanas blancas, cuál dios griego entre telas de seda.
Yo, ya vestida y a punto de salir sentía que las sábanas me llamaban a quedarme, la cama me extendía sus brazos de madera y tu, mientras tanto, estabas inocentemente dormido tentandome a dejar de lado todo y quedarme contigo, con tu rostro relajado, tus ojos cerrados ¡Que sueño sublime tendrías en esos momentos! Cómo hubiera deseado poder quedarme contigo.
Te vi tan tierno y desprevenido, disfrutando de la música, cantando con emoción, tus ojos brillaban al ver tan cerca aquellas bandas que tanto te gustaban, ¡Y que hermosa escena! Tu, yo, la música retumbando en nuestros cuerpos, y tus labios uniéndose esporádicamente con los míos.
Sublime, fueron cada uno de los minutos a tu lado, jamás olvidaré lo gratificante que fue llegar contigo al cuarto y ponernos cómodos, que me vieras desmaquillandome, desvistiendome hasta quedar solo en mis panties y el cabello recogido en un chongo, y aún así me miraras con amor y deleite romántico, diciéndome lo mucho que me amas mirándome a los ojos procediendo luego a besarme dulcemente; éramos solo tu y yo viendo los Simpson en la cama, yo recostada cómodamente en tu pecho y tú con tu izquierda abrazándome, en el aire se sentía el romanticismo y el amor profundo, yo no pensaba, solo disfrutaba el momento, escuchando tu corazón y sintiendo tu morena y tersa piel ¡Oh, cuánto daría yo por volver a tocar tu piel!
Cómo puedo yo, ya después de haber vuelto a tenerte cerca, acostumbrarme a estar sin ti, no poder tenerte cerca y besar nada más tu fotos, conformarme solo con el recuerdo de tu tacto en mi piel; el recordarte me hace bien, me alienta a volver a estar juntos, pero las ansias desesperan mi corazón, al punto de desear salir corriendo a tu lugar sin importar nada
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Poesía De Amor, Dolor Y Otros Cuentos Vol1
PoesieVariados escritos de una mente irracional y un corazón dolido y obstinado