Capítulo uno: Ave Maria

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-Miguel, es bueno verte otra vez. - Sonríe aquél hombre de cabello negro y ojos azules.

Su sonrisa me hipnotiza, mi corazón late con fuerza.
Pero... ¿Por qué?
Esto está mal, muy mal.
Despierta Miguel..
Despierta....
Despierta....

-¡Miguel ya despierta! -Escuché los gritos de mi madre.

Otro día más...

-¿Qué pasó? -Pregunté mientras me levantaba del piso con ayuda de mi madre.

-Recuerda que estamos aquí para ayudar a Abril porque tiene una posesión demoníaca, tu le hiciste oración hasta que se liberó y en cuánto ella se liberó tu te desvaneciste. -Dijo mi mamá mientras limpiaba el vómito de Abril.

Al mirar a mi al rededor empecé a recordar... Sí, vine a hacer un exorcismo, Abril estaba envuelta en juegos satánicos hasta que un demonio se quedó con ella.

El vómito de Abril tenía moscas muertas y clavos.

Belcebú...

-¿Cuándo se comió Abril estas cosas? -Preguntó el novio de Abril mientras con sus brazos sostenía a la joven que no paraba de llorar.

-Ella no comió esto, el mal sale cuando el humano lo expulsa mediante vómito o eses fecales, de alguna manera los demonios se materializan en artefactos. -Dije mientras recogía todos mis crucifijos y libros de oración. -Lo más perverso que he visto fue....

-Una serpiente hijo... -Interrumpió mi madre.

-Ahh Sí, una serpiente vomitada por un niño de 12 años.

-¿Como puede un niño ser poseído? -Preguntó el chico.

-Algunos demonios buscan almas puras.

El chico me miró con asombro.

-Bueno es hora de irnos. -Dijo mi madre y tomó nuestras bolsas.

-¿Cuánto les debo? -Preguntó la madre de Abril mientras sacaba su dinero.

-Veamos... El agua bendita de Lourdes $2,000 el aceite del Vaticano $2,500 entonces... $4,500 -Dije sonriendo.

La madre puso una cara de asombro y buscó entre su monedero.

-Es una broma señora. -Dije mientras acariciaba su cabeza. -Estos servicios no se deben de cobrar, ningún exorcismo u oración se cobra, Dios no permite que la gente lucre de estos temas.

-Dios... Por poco me da un infarto. -La señora respiró y tocó su pecho.

-Perdón, lo único que le pido es que vigile más a Abril, con estas cosas nunca se juegan, el demonio busca tentar a las personas pero mire el resultado de hacer contacto con él.

Diciendo eso todos nos despedimos, nos dimos la mano y mi madre y yo salimos.

Afuera se encontraba mi tío, hermano de mi madre.
Él sostenía nuestras bolsas mientras las colocaba en la maleta.

-Un paso más y estarás cerca de entrar al Vaticano. -Me sonrió y tocaba mi espalda.

-Sí, dentro de poco estoy segura que será un buen sacerdote, no lo dije  antes porque quería que terminara la preparatoria pero ahora con 19 años estoy segura que logrará más cosas. -Mi madre tomó mi cabeza y me dió un beso.

-Hola señora. -Alguien externo habló.

-Hola... ¿Tu eres....

-Santy el compañero de Miguel, compañeros de preparatoria.

Santo PecadoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora