Se deja ir, pero se extraña.

1. La prima

Era el 29 de enero, no hacía tanto frío sin embargo era bastante fresco, estaba cruzando mi segundo año en la facultad, como apenas me andaba acomodando a mi nuevo estilo de vida, era muy raro detenerme para extrañar personas. Siempre estaba de un lado para otro, y mis depresiones simplemente eran con fines académicos. Extrañaba personas, sí, pero no me detenía a examinar esos sentimientos. Simplemente pensaba en ellos y se acabó.

Hoy simplemente comenzó como un día normal, ya había asistido a clases, pero mi última clase se canceló por una conferencia que iba a impartir la doctora, es lo bueno de tener profesores super preparados un descanso de vez en cuando no hace daño. Varios del salón se habían acomodado para salir y convivir un momento. Sin embargo, yo no tenía muchas ganas de estar con gente y hablar, solo algunos conocidos. Mi gran depresión estaba retrasada, generalmente esto me pasa antes del aniversario de fallecimiento de mi papá. Sin embargo, me atiborre de tantas actividades que no me dejaban caer. Ahora llegaban las consecuencias.

Hace unos meses extrañaba a mi ex, a el lo considere mucho tiempo el amor de mi vida, sin embargo, la vida da muchas vueltas. Era perfecto, pero no éramos perfectos. 

Todo cambia y tiene su ciclo, sin embargo, nosotros ya se había acabado. Era finito. Lo más extraño era, no lo extrañaba tanto a él, si no como ese calor de familia que a veces sentía. Su familia era acogedora, la manera en que todo se dio fue una manera maravillosa, no puedo decir nada malo de la familia que me acogió como una más.

Tenían tantos atributos, eran pacientes, amorosos, detallistas, super sociables, confiables... no me caben las palabras para mencionar y decir cuán agradecida estoy con ellos. Pero este fragmento no voy a hablar de cualquier persona.

Ella para empezar me oriento, a escribir y publicar estas memorias, quiero de alguna manera lleguen a ti. Tu sabes quién eres, el título es el que tu me decías siempre que te referías a mí. Digo yo se que dejaste de decírmelo porque entendiste que hubo un tiempo que a mí me dolía que me llamaras de esa manera, sin embargo, cuando comenzaba a olvidarlo, tu me lo recordabas. Y lo que es mas no necesitabas de palabras para hacerme entender que me lo decías, a veces tus mismas acciones me transmitían tu mensaje.

Lamento mucho haberte empujado y hecho a un lado, alejarte. créeme que cada día te extraño mas y más. Lamento mucho todo lo que paso, debo confesarte que como muy seguramente lo piensas, si se un poco de la historia. Vaya de las dos historias.

Fuiste la persona que a pesar de que tu me querías con tu primo, en el momento de que necesite llorar por mi novio anterior, tu me ofreciste esa privacidad, confianza y amor que necesite, gracias por ese hombro que me ofreciste, doy gracias a Dios por que siempre estuviste allí.

Gracias por que cuando te enteraste de que ya estábamos juntos tu primo y yo, me transmitiste esa felicidad. Yo en cambio soy penosa, sé que lo notabas me gustaba mucho que lo dijeras, sin embargo, no estoy acostumbrada a ese estilo de muestras de cariño. Como le decías a tu mamá o a tu tía al momento de que me servían de comer. Repetías constantemente que era tu prima, y tus hijas me conocían como su tía.

Tengo tantas anécdotas de tu valor, de tu carácter. No me van a alcanzar las palabras para decirte cuanto te extraño, cuanto te agradezco y cuanto lo lamento.

Espero que en un futuro nos volvamos a cruzar.

Te quiero prima.  

J.B.