–Hoy tengo un día de descanso–informo a Enzo, el cual ya está desayunando, dándole un beso en la mejilla.
–Hii tingi in dii di discinsi–repite graciosamente–Suerte para ti. A mi me toca estar seis jodidas horas con niños gritando.
–No seas tan gruñón.
Preparo yo también mi desayuno que consiste en pan con tomate y queso. Una vez termino, me siento al lado de Enzo.
Introduzco la comida en mi boca y al segundo me entran náuseas. Tapo mi boca y salgo corriendo hacia el aseo.
Siento como alguien recoge mi pelo:–¿Estás bien, cielo?
Asiento sin poder articular palabra.
–A ti las sopas de verdura no te sientan bien, ¿eh?–ríe.
Sonrio y cuando ya me encuentro mejor, me levanto. Enzo mira su reloj y después hace un puchero.
–Me tengo que ir ya.
Agarra mi cintura y planta un beso en mi frente.
–Pásalo bien–me burlo.
Rueda los ojos alejándose de mí:–Súper.
Hace el amago de irse pero vuelve a acercarse. Me agarra la cara con ambas manos y une nuestros labios:–Te voy a echar de menos.
Suelto una carcajada:–No seas dramas. Nos veremos en nada.
–Pero me gusta estar contigo.
Sonrio plenamente y alejo sus manos de mí para que se vaya de una vez y así librarle de una bronca:–Anda, vete ya. Te quiero.
–Yo solo un poco–dice yéndose riendo.
Ruedo los ojos aún con la sonrisa puesta. Jodido Enzo.
(...)
–Sí, tranquilo, mañana volveremos a grabar esa escena.
El sonido del timbre hace que deje de prestar atención a la llamada de uno de los actores de mi película.
–Espera un momentito, James.
–Claro.
Con el móvil en la mano, voy hacia la puerta y la abro. Una África alegre me recibe.
–Hey, desaparecida, ¿estás tan ocupada follándote a Enzo que ya no nos haces caso?
Me entran calores de la vergüenza en cuanto me percato de que James está escuchándolo todo.
Alzo el móvil como señal y África masculla un perdón al darse cuenta.
–James, perdón por lo de mi amiga, a veces no le llega la sangre al cerebro. Mañana lo vemos todo, ¿vale?
–Tranquila, jefa–ríe–Genial. Hasta mañana.
Cuelgo en cuanto me despido de él y asesino con la mirada a mi mejor amiga. Ella alza ambas manos inocente. Luego, de su bolso saca una caja y me la tiende.
Frunzo el ceño:–¿Qué es?
–Ábrela y lo verás.
Hago lo que me dice. Una vez abierta, un olor fuerte a chocolate me invade. Formo una mueca de asco y mi estomago se revuelve. Vuelvo a cerrar la caja.
–Ahora mismo no me apetece, pero gracias igual.
–¿Tú negando chocolate? ¿Tienes fiebre?
–Creo que estoy mala de la barriga. Últimamente no me encuentro bien. Tendré algún virus.
–El virus del bebé.
Suelto una carcajada:–Ni de coña. Enzo y yo nos cuidamos–creo.
–Pues Gisele y yo queremos ser madres. Mañana vamos a pedir cita a una clínica.
Sonrio al escuchar eso y aplaudo como una niña pequeña:–Quiero ser tía.
Mi mejor amiga ríe y me abraza de felicidad. Le aprieto acercándola todo lo que puedo a mí, al hacerlo un dolor me invade y me separo.
Hago una mueca y sujeto mis pechos. África se da cuenta y bromea:–¿Los tienes sensibles?
–Me tendrá que bajar la regla–me encojo de hombros.
Mi mejor amiga alza una ceja:–Nix no quiero decir nada pero... ¿seguro que no estás embarazada?
Fijo mi mirada en el suelo pensando, nunca lo hemos hecho sin preservativo.
Bueno quizás una vez pero no duró mucho y fue hace unas semanas... Oh, Dios mío. ¿Estaré embarazada?
Trago saliva nerviosa:–Creo que voy a ir contigo a la clínica.
(...)
–Enhorabuena, señorita Nix, está embarazada de unas dos semanas–la enfermera me sonríe y yo creo que voy a desmayarme– La ecografía de primer trimestre se realizará entre las once y trece semanas de embarazo y sirve para valorar si se trata de una gestación única o múltiple, datar el tiempo real de gestación y valorar los marcadores de cromosomopatías. Ya le iremos informando de todo lo demás.
Asiento asimilándolo todo. Al levantarme me tambaleo un poco pero consigo mantener el equilibro:–G-Gracias.
África agarra mi mano, le miro y me da una sonrisa de boca cerrada.
Salimos de consulta y ella es la primera en hablar:–¿Cómo crees que se lo va a tomar Enzo?
–No lo sé.
–No creo que se lo tome mal, es lo suficientemente maduro como para eso, ya verás.
En ese momento me suena el móvil:
ENZO.
Hola, cielo, ¿te encuentras mejor?12:34
–Es él–informo.
–Ni se te ocurra decírselo por WhatsApp, esas cosas se dicen en persona.
Asiento y respondo a su mensaje: sí, todo bien :p 12:35
(...)
En cuanto el sonido de la puerta de casa abriéndose llega a mis oídos, las manos empiezan a sudarme.
Es la hora.
Un Enzo sonriente se acerca a mí. Me levanto del sofá y acorto rápidamente la distancia rodeándole el torso con mis brazos.
–Ey, pequeña. No es que no me guste que me abraces pero, ¿está todo bien?
Cierro los ojos y cojo aire para armarme de valor.
–Estoy embarazada.
El salón se queda en un completo silencio. Seguimos abrazándonos pero no habla y eso me asusta.
Poco a poco me voy alejando de él para ver su reacción. Está frunciendo el ceño.
–¿Jodidamente embarazada? ¿Cómo es eso?
Ruedo los ojos:–Si te lo tengo que explicar...
Se da la vuelta dándome la espalda. Tapa su cara con las manos para luego removerse el pelo.
Le rodeo para ver su cara y mi corazón se encoge: Está mordiéndose el labio, con los ojos rojos. Una lágrima cae por su mejilla. Está llorando.
Agarra mi rostro y me besa, para luego unir nuestras frentes.
–Vamos a ser papis.
Suelto una carcajada y le abrazo, dejando descansar mi cabeza en su pecho.
HOLAAAAAA DE NUEVO
Primer extra, ¿qué os ha parecido? :)
Mañana o el sábado tendréis otro <3
Cualquier cosa a mi instagram: @lidiasstorm.
Os mando muchísimo amor.
–Lidia.