Culpables.

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Natalia:

Mi cuerpo pesa, me duele respirar, estoy destrozaba, llevo un largo rato llorando, lo lloró a él, lloró al amor de mi vida, al amor que perdí, no me muevo, no tengo fuerzas ni ganas de hacerlo, tengo el teléfono aún en mis manos, lo dejo en su lugar, pero este suena en seguida, no quiero contestar, pero término por ceder.

Hablo unos minutos con nuestro jefe, me explica todo, todo lo que paso, cada palabra me hunde más en la desesperanza, sus palabras me hacen creer que no puedo hacer nada por ellas, pero no me puedo rendir, al colgar voy a la cocina, necesitó tomar un vaso de agua, mi garganta arde, pero escuchó a mis amigas discutir, camino hacia la habitación, me lleno de valor, y entro, no quiero que me vean rota, no quiero que pierdan la esperanza, porqué es lo ultimo que nos queda.

— Piensan matarse o que les pasa sus gritos se escuchan desde la cocina, podrían controlarse, las dos por favor. — Digo de manera enojada, pero sin conseguir ocultar del todo la gran frustración que siento.

Ambas me miran, luego se disculpan entre ellas y se abrazan, les digo lo que esta pasando, trato de ser cautelosa, las lagrimas comienzan a salir, que se supone que haga ahora, con el espacio aéreo cerrado, escucho a Cami, me dice que le diga lo que pasa, lo hago, noto como ambas se destruyen al escuchar que el aire esta cerrado, pero eso no es todo .

— ...Eso no es todo, en un mes y medio, comenzaran a bombardear la zona. — Siento como mi voz se quiebra al decirlo, Cami y Olgui lloran, y sin pensarlo suelto lo del bombardeo, y es que no resisto más, mi pecho me quema, me duele saber que nuestros amigos murieron, que ya no están.— Ya bombardearon la 65.7, el estado es de perdida total, ellos murieron.— Termino de hablar y siento que no tengo fuerzas para estar en pie, pero unos brazos me mantienen en pie, mis dos amigas me sostienen.

Las tres lloramos juntas, perdimos mas que un simpre apoyo de trabajo, perdimos a nuestros amigos, perdimos a una parte de nuestra familia.

— No podemos quedarnos aqui, tenemos que intentarlo todo.— Dice Olga aun recostaba en mi pecho.

— Tenemos que ir a las oficinas, nos tienen que ayudar, no podemos perderlas.— Dice Camila mientras se incorpora y nos ayuda a Olga y a mi.

Tomamos nuestras cosas y nos acercamos a la puerta, pero al abrirla para salir, nos encontramos a nuestro padres, y no puedo quitar de mi mente que ellos son los culpables, ellos son los únicos que pueden aprobar un bombardeo, son los únicos que pueden cerrar el espacio, ellos son los supremos.

— ¿Donde esta Makis? — Pregunta la señora Adriana.

— Contesta ahora. — habla el señor Mariano De Angulo.

— ¡Ya lo sabemos! ¡sabemos todo! — Dice mi padre. — Sabemos lo de la asociación y no permitiremos que arriesguen sus vidas, nuestras hijas no pueden vernos la cara, por eso jamas volverán a salir de esta zona.

— Señor Daniel, nosotras ten... — Camila intenta hablar con mi padre, pero el no se lo permite, la calla, y cuando quiere hablar yo me adelanto.

— ¡Tenemos que hacerlo! porque ustedes son culpables de muchas muertes.... Y ahora seran los culpables de la muerte de Juliana y Maria Cristina. — Digo con un gran esfuerzo para no gritar, para no irme contra ello. Yo solo estoy desesperaba.

— ¿Que estas diciendo? — Mi madre sujeta mis brazos con mas fuerza de la debida.

— ¿De que demonios estas hablas Natalia? — preguntan los padre de Makis y Juli.

Nos vemos obligadas a contarles todo, quizás esta sea la salida.

Veo como la mamá de Juli y la mamá de Makis lloran, el señor Juan Carlos no dice nada, pero en sus ojos se puede ver la preocupación, es obvio que no quiere perder a su hija, no quiere volver a pasar por lo mismo, mientras el señor Mariano permanece serio, sin ningún tipo de expresión, parece un ser sin sentimientos, nada parecido al señor que conocí hace 8 años, al terminar de contarles todo yo hablo.

— Tienen que abrir el espacio aéreo para ir por ellas, tenemos que salvarlas. — Digo, mi padre niega, mi madre solo me mira y llora.

— Es peligroso, no pueden ir. — Sentencia mi padre.

— ¡Ellas irán! Tienen que rescatar a nuestras hijas. — Habla el señor de Angulo y el Señor Pérez al mismo tiempo, mi padre calla, no puede negarse, no puede contradecir una orden del supremo mayor, no puede refutar una orden del padre de Makis, y mas si cuenta con el apoyo de otro del los miembros del circulo.

Esa misma tarde comenzamos con los preparativos para nuestro viaje, Olga acudió a las oficinas para organizar el papeleo, los papeles que nos desvinculan de la zona 11.1, si no se realiza aquel papeleo, seriamos un blanco fácil en las zonas bajas, tardamos una semana y 4 días para organizar todo, ahora todo esta listo, es hora de despedirnos de nuestros padres, tenemos una capsula de ultima generación, equipada para cualquier percance, contamos con todos los medios medicos y arcenal en armas (Que solo yo se manejar por el momento)  estamos lista para salvarlas.

En el mismo infierno (ventino)Where stories live. Discover now