Yūrei | Xiaodery • ADAPTACIÓN

Cap 1

Ten miraba fijamente sobre la mesita de noche como Hendery dormía después de llorar un par de horas.

Cada año era más frustrante para él que Hendery no pudiera ser el mismo de antes.

Habían pasado ya tres años pero para Hendery apartir de su partida, el tiempo dejó de correr.

- Hen - una voz al otro lado de puerta lo llamó.

Lucas, su amigo de toda la vida entró a la habitación, al verlo dormido se acercó a él y acarició su cabello.

- ¿Está bien? - preguntó Kun entrando a la habitación.

- Eso creo, supongo que se quedó dormido después de llorar - Lucas suspiró.

- Han pasado tres años, ¿no deberia estar mejor? - preguntó Kun confundido.

- ¿Lo estarías si fueras tu? - Kun pensó y terminó por negar.

- ¿Qué deberíamos hacer? - preguntó preocupado.

- No lo sé, realmente me preocupa que siga así - Lucas puso su mano sobre la de Kunhang y la apretó un poco, realmente estaba muy preocupado al ver como Hendery parecía que iba empeorando conforme pasaba el tiempo - Vamos, dejémoslo dormir.

Kun asintió y salió junto con Lucas de la habitación, Ten volvió a centrar su atención en Hendery.

Su rostro antes brillante y sonriente se veía palido y demacrado, no era el mismo Hendery que él había conocido.

Este Hendery simplemente se centraba en seguir respirando y nada más.

- Debes seguir adelante - puso su mano en la frente de Hendery - Debes ser feliz. - le susurró

Hendery se removió en la cobijas y frunció el ceño, una pesadilla de nuevo, Hendery tenía muchas en la semana, le gustaría saber qué era lo que lo atormentaba tanto.

Ten se sentía desesperado por no hacer nada, por no poder abrazarlo y consolarlo, por no poder decirle que siempre estaba con él aunque no se diera cuenta y no pudiera verlo.

Los espíritus que no cruzan al otro lado es porque algo los ata a éste mundo, obtienen habilidades especiales con el paso del tiempo, una de ellas era poder mostrarse a los humanos cuando quisieran.

Muchos espiritus que no recordaban su propósito o ya lo habían olvidado por el paso del tiempo, usaban esas habilidades para asustar a los humanos.

Ten pensó muchas veces en aparecerse frente a Hendery, dejar que viera que estaba bien, que ya no sentía dolor y que había sido muy feliz y había tenido una vida maravillosa a su lado, pero lo conocía, Hendery se volvería loco si lo viera, solo lo dañaría más.

Pensó en Lucas y en Kun, pero no serviría de nada.

Hendery despertó casi para el atardecer, tenía el turno nocturno en un restaurante y tenía que partir pronto.

Se levantó de la cama y arrastró los pies al baño, tomó su mochila y salió de su habitación.

- Hendery - Lucas lo saludó cálidamente desde la cocina.

- Hola - contestó simple.

- ¿No quieres comer algo antes de irte? - preguntó Kun cariñosamente, Hendery negó - Hen... Cada día estás más delgado, si no quieres comer aquí, al menos prométeme que comerás ramen o algo.

Hendery asintió ante la preocupación de Kun.

- Lo prometo - su voz era neutra.

- Ten cuidado, puedes llevarte el auto - Hendery volvió a asentir.

- Gracias.

Tomó las llaves y salió del departamento que compartía con sus amigos.

Su mente viajó a otro lugar mientras esperaba el ascensor, ese día en especial se sentía desganado, era de esperarse, era el día del cumpleaños de Ten.

Ten caminó a su lado en todo momento como todos los días, nunca se despegaba de él, creía que el tiempo mejoraría su estado, pero no pasó, Hendery había llegado a tal punto que Ten tenía miedo de que hiciera algo estúpido.

- Hola Hen - lo saludó alegremente WinWin un chico que trabajaba con él.

Hendery asintió en saludo, WinWin suspiró.

- Siempre te vez mal Hendery, pero hoy exageras - Hendery lo ignoró y pasó a la parte de atrás para ponerse el uniforme.

Ten lo siguió, vió como en el casillero de Hendery tenía una foto de ambos muy sonrientes, Hendery miró la foto y mordió su labio tratando de reprimir las lágrimas.

- Hendery, apresúrate, llegó un grupo grande - WinWin lo interrumpió y Ten agradeció infinitamente eso.

KunHang pasó su jornada de trabajo como siempre.

Mientras Hendery se iba a cambiar, algo llamó la atención de Ten.

Una cara conocida, muy conocida para él, lo reconocería donde fuera a pesar del paso de los años.

Ten lo siguió, estando seguro de haber encontrado una ligera esperanza.

De pie, afuera del restaurante, estaba DeJun, Xiao DeJun.

Estaba hablando animadamente con un chico que parecía mayor que él, cuando el chico se retiró XiaoJun se acercó a su auto y se subió, Ten lo siguió.

XiaoJun estaba diferente se había puesto más guapo, recordó como los tres junto con Lucas y Kun solían llevarse muy bien, todo se complicó cuando los sentimientos entre Ten y Hendery crecieron, ya que a XiaoJun también le gustaba Hendery.

Después de una serie de problemas, una gran discusión y una gran pelea, la familia de XiaoJun se mudó a Japón y nunca supieron nada de él de nuevo, hasta ahora.

Ten decidió que XiaoJun sería quien lo viera, él sería de mucha ayuda a Hendery ya que antes se llevaban muy bien y se querían.

XiaoJun condujo el camino a su casa tranquilamente, llegó a un edificio y entró, su departamento estaba en el segundo piso.

Al entrar Ten se fascinó con lo que veía, había maniquíes y telas por todos lados, así como diseños pegados por todos lados.

El gran sueño de XiaoJun siempre fue ser un gran diseñador, a Ten le dió mucho gusto que lo hubiera conseguido.

El teléfono de XiaoJun sonó, suspiró con fastidio y contestó.

- ¿Qué es ahora YangYang? - XiaoJun apartó el teléfono de su oido por el grito de la voz de al lado. - El diseño está listo, solo no tengo un modelo, si si revise tu lista, pero ninguno me convence - hubo una pausa - No lo sé, incluso si tengo que buscar en las calles, encontraré a el modelo perfecto.

Dejun colgó.

Se sentó en el sofá y puso sus manos en su rostro, estaba muy estresado.

- ¿Donde conseguiré un joven de veintitantos guapo con porte y dispuesto a aprender a modelar?

Se preguntó a si mismo.

Ten apareció frente a él haciéndolo brincar del susto.

- Yo sé donde.

XiaoJun se quedó sin palabras, se tapó la boca ahogando un grito y respiró ondo.

- Parece que estoy viendo cosas - se levantó del sillón y fue a la cocina.

- XiaoJun, ha pasado un tiempo - le dijo Ten con una sonrisa a sus espaldas.