Cabellos blancos cual nieve, ojos rojos cual rubí, una piel pálida cual papel y marcas rojas en aquel lienzo. Líneas de un tono rosado pálido recorrían el cuerpo de aquel chico, bajo su ojo izquierdo yacía una marca que pasaba bajo todo el ojo y terminaba en el pómulo, casi al final, cerca de la nariz y una punta redondeada.
Su cuello estaba rodeado por aquella marca rosada como si fuera un collar, sus brazos y torso estaban cubiertos por las mismas, como su fueran lazos que envolvían el delgado cuerpo. A su alrededor, no había nada más que una vegetación verde y flores de colores vivientes, florales y brillantes. Tras el albino habían casas de madera, árboles y otras viviendas de materiales diversos, sentado en una gran muralla, ahora cubierta de flores y hiervas, admirando una puesta de sol.
Morado y azul, rosado y rojo, amarillo y naranja, mezclándose entre sí, haciendo un descenso hasta la gran masa de calor conocida como el Sol sobre su punto. Las tierras cubiertas de verde y otras zonas marrones dejaban ver su amplitud, el horizonte terminaba recto y el sol comenzaba a ocultarse, por detrás un blanco circulo comenzaba a aparecer, tras él un azul oscuro, marino y profundo, cubierto de puntos blancos llenaban el paisaje tras él. El sol terminó por desaparecer y todo se cubrió en oscuridad, mientras la blanca luna comenzaba a radiar su Luz. Su rostro pasivo, tranquilo y calmado daba a entender que no estaba preocupado por la oscuridad.
Las casas comenzaban a encender luces tras él, las calles se llenaban de faroles altos y brillantes, la gente salía y comenzaba a guardar sus ropas de la soga, llamar a los niños para entrar a casa y otros terminando de hacer las compras. El pequeño lugar poco a poco mejoraba desde la caída de aquella ciudad, No.6, tan solo un número más, pero que luego de mucho tiempo, la gente se pudo liberar de las cadenas de su gobierno. Pudiendo expresarse, hablar y pensar por si mismos, de poder hacerlo sin morir en el proceso.
El chico sentado sobre la hierva tocó su nuca, una pequeña marca había quedado en aquella zona, a causa de aquel insecto parasitario que una vez ingresó a su cuerpo, casi matándolo en el proceso de crecer.
Por su mente pasaban varias cosas, pero una de ellas y la más importante, un chico. Más a fondo, un niño mojado, herido y lleno de suciedad. Cabellos azules-gris, unos ojos suaves de un tono grisáceo. Una piel manchada de barro, heridas y sangre.
El viento entrando por la ventana ahora abierta, gotas entraban mojando el suelo, las cortinas se agitaban suavemente con el viento furioso y aquel chico se mantenía estático frente la ventana con su rostro bajo.
Recordaba haber curado la herida de aquel chico, haberle dado de comer hasta que escapó, estar interesado en sus habilidades e incluso haber reído un poco con esta persona. Pero tan pronto llegó, se fue.
La segunda vez que lo vio, había cambiado por completo, era mucho más alto, su cabello ya no llegaba a sus hombros, sino que ahora era más abajo de estos y podía atar sus azulados cabellos en una coleta alta. También su altura había aumentado y ya no eran un pequeño como la ultima vez, incluso podía decir que le llevaba alrededor de una cabeza.
Si bien las condiciones no eran las mejores, y su vida estaba en riesgo, además de que podrían haber muerto en el proceso, el contrario arriesgó su vida y lo sacó de aquella patrulla, lo llevó a su hogar e incluso lo salvó de morir horriblemente drenado por aquella abeja.
Aquel pequeño niño había crecido, había madurado y se había agilizado, de lengua afilada y sarcástico, pero no menos suave con su persona. Podía asesinar a sangre fría, podía hacer cualquier cosa con él para deshacerse de una carga futura, pero aquí estaban. No solo no lo había abandonado, salvó su vida, se preocupó, amó y lo cuidó cuando todo se volvió negro, lo ayudó a levantarse, poder sonreír nuevamente.
Todavía no sabe que ocurrió aquel día donde todo se oscureció, pero cuando abrió los ojos, e incluso antes, pudo escuchar la voz de Safu, su amiga a quién ya no vio nunca más, incluso cuando quiso salvarla. Pero estaba agradecido con ella, porque no solo estuvo con él cuando fue alejado de la élite, sino que también lo ayudó hasta las últimas.
Sonrió al recordar aquello, la suave melodía de la canción de Elyurias resonaba tras él, la suave voz de un hombre hacía eco en sus espaldas junto con el alzamiento de la luna, tan brillante y grande. Se levantó, siendo ya hora de moverse para hacer la cena, un pequeño suspiro llegó a sus oídos y pudo notar una cabellera azul, ojos grises y una piel pálida. Con tranquilidad aquella figura lo miró durante un rato, notando como aquellos blancos cabellos habían sido recortados un poco más, no eran tan revoltosos y mantenían su brillo incluso en la oscuridad.
—Nezumi—Pronunció con una sonrisa mientras aquella figura se acercaba, incluso con el paso de los años, incluso cuando su vida poco a poco tomaba forma, no podía encontrar a alguien para reemplazarlo, porque lo amaba.
—Shion—Con tranquilidad, aquel hombre pronunció su nombre con una sonrisa suave, que poco a poco se hacía más grande.
—Nos volvemos a ver—Pronunció con sus labios mientras unas pequeñas lágrimas caían por sus ojos, el paso de los años, esperando a su regreso luego de la caída de No.6, esperando con entusiasmo su regreso. Se unió en un abrazo emotivo, aferrado a aquel chico de cabellos azulados, levemente largos.
—Sí, nos volvemos a ver—Murmuró con felicidad aquel chico de cabellos opacos, aceptando el abrazo y poco a poco secando las lágrimas. Incluso con el paso de los años, incluso cuando ya había hecho una vida, no podía ignorarlo, era su amor, sus sueños, su esperanza.
En la oscuridad de la noche, iluminados por una luz blanca, dos cuerpos se abrazaban en la cumbre de un pequeño relieve, frente una casa de madera pulcramente construida, dos cuerpos de tamaños diferentes se abrazaban fuertemente, sonriendo, llorando, riendo.
Dos amantes que nunca pudieron decir sus sentimientos por el destino, la muerte, la sangre, el miedo. Todo impidió que se vieran por mucho tiempo, hasta que uno volviera de su viaje interminable.𖤍 ✕【 • • •】✕ 𖤍
Ah yes, it's me.
Holis, perdonen que haya estado desaparecida, pero he logrado estabilizar mi fuente de internet y se arreglaron muchos problemas con la conexión, pero la compañía sigue teniendo problemas a la hora de que ande correctamente, muchas veces se va y no vuelve durante varios minutos.
Da igual, esta vez me quise salir a la verga de mi zona de confort y hacer algo de No.6
Al chile, este anime me hizo llorar cuando el genio de Shion se murió, pero solo eso. La actuación de los actores de voz fue maravillosa, en especial el actor de voz de Nezumi. Uff, cuando se queda con Shion cuando este ya murió y le canta por última vez, me dio duro. Otra cosa es que me gustó el anime, pero no encuentro las novelas, así que esto esta basado en reseñas y partes del anime que vi para escribirlo correctamente.
Sin más, disfruten. Esta vez terminó con final bonito, cosa que no estoy acostumbrada a hacer.
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✕ Just You And Me ✕
FantasíaSe levantó, siendo ya hora de moverse para hacer la cena, un pequeño suspiro llegó a sus oídos y pudo notar una cabellera azul, ojos grises y una piel pálida. Con tranquilidad aquella figura lo miró durante un rato, notando como aquellos blancos cab...