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Tu Mismo.

- señor ¿esta seguro de esto? La chica puede ser algo inestable y el soldado... - lo que parecía ser un científico le hablaba a una pantalla en un computador viejo, al momento fue interrumpido.

- ¿estas cuestionandome? son órdenes, y mis órdenes se cumplen - una voz autoritaria con asentó alemán se escuchó venir del computador, el hombre de la bata blanca asintió nervioso y se retiró de aquella habitación.

Una vez a fuera otro hombre de vestimenta parecida se acercó a él.

- prosigue - le dijo antes de que el hombre que se acercó pudiera hablar, este asintió y se fue caminando por un pasillo con algunos soldados armados, y al final de este unas puertas, del cual se podían escuchar unos gritos.

Las abrió y se encontró en una especie de balcón con escaleras a su costados para bajar a al laboratorio que allí se encontraba, los gritos sesaron y se escucharon jadeos.

Computadores, cables, máquinas, y una que resaltaba del resto, una máquina que era una especie de asiento, donde se encontraba un castaño con un brazo de metal jadeando.

- ¿dejaron los recuerdos del rey y de la bruja? - preguntó a uno de los hombres que manejaba el aparato.

- así es, señor -

- perfecto, soldado - se dirigió al castaño.

- listo para la misión - habló el hombre del brazo de metal, sin expresión ni sentimiento alguno en su rostro o voz.

- así me gusta - susurró, tomó una carpeta, era momento de dar una nueva misión a él soldado de invierno.

Esto sería divertido de ver.

- secuestro -

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Habían pasado 2 semanas, y ninguna noticia o pista del paradero de Wanda.

Allí estaban, en la base de los Vengadores, la torre está siendo arreglada así que, por mientras se quedarían allí.

Desde que se quedan allí, todo ah sido algo extraño y ah estado muy tenso el ambiente.

Sobre todo si se ponían al lado de Natasha.

La rusa a estado más que angustiada y preocupada, casi no duerme y a estado investigando algún lugar en el cual puede estar Wanda, por los últimos 10 dias.

Le había tomado cariño a la castaña, demasiado, más del que creía, y ahora estaba perdida.

Ahora tenía miedo, por lo que le pudiera estar pasando a Wanda, y por lo que le podrían hacer a sus compañeros, si es que el caso de Wanda se trataba de un secuestro.

Estaba asustada y quería cartas en el asunto, pero con una herida y las condiciones actules de su mente que tenía en ese momento, era mejor que descansara y Clint lo sabía bien.

Clint decidió cuidar lo más que podía a su amiga, se conocían desde años y eran completamente fieles, una amistad simplemente irrompible.

Y ahora, otra semana había pasado, y Nat se encontraba mejor, todos buscaban alguna forma de encontrar a Wanda, sin saber, que se contaba más cerca de lo que pensaban.