Vía del destino [TodoDeku] BNHA

PARTE III: nueva reunión

Shouto esperó en silencio una respuesta por parte de Bakugo, pero no recibió más que un gruñido y el sonido de la puerta cuando huyó.

Bakugo nunca huía, así que intuyó que hablar sobre los mercenarios le era difícil.

—Permiso —Iida golpeó la puerta con un par de toques de nudillos y luego ingresó ante el asentimiento del bicolor—. ¿Cómo va el trabajo?

Shouto suspiró.

—Por el momento bien.

—Ejem, ¿Puedo hacerte una pregunta? —Asintió en respuesta—. El lyryres al que fuiste, ¿es bueno? Porque quiero ir hacer un pedido.

¿Si era bueno? Midoriya Izuku era una persona muy talentosa independientemente del género lyryres que tenía.

En muchas ocasiones ha visto a lyryres utilizar sus habilidades para recoger información para el escuadrón y todos fueron un poco tardíos al obtener la más mínima información.

Sin embargo, Midoriya Izuku prácticamente reunió la información en hora y media, quizás menos, y se la entregó en un santiamén. Fue una agradable sorpresa saber que había alguien muy talentoso entre los lyryres.

Entonces una pregunta repentina atacó la mente de Shouto.

¿Cuánto tiempo de vida le quedaba?

Sabía que iba a cumplir los veintiún años el mes siguiente —información dado por el líder—, así la curiosidad fue un poco mayor. No pudo evitar sacar cálculos y llegar a la conclusión de que le quedaban aún diez años por vivir.

—Ejem... —El carraspeo de Iida sacó a Shouto de su viaje a la luna que era Izuku—. No me respondiste.

—Ah, si —dijo entrecerrando los ojos—. Es muy bueno en lo que hace. ¿Necesitas algo de mucha urgencia?

Shouto pensó que Iida quería hallar algo importante, como encontrar a un bytys desaparecido en el callejón de los pueblos bajos, pero no pudo creer en las palabras que fueron dichas con una emoción escalofriante.

—Deseo hallar a mi contratapa.

Magnifica comparación de su pareja.

—Quiere decir...

—Quiero encontrar una mujer para salir. He estado dándole vueltas al asunto una y otra vez, y hoy llegué a la idea de realizar una búsqueda para dar con su paradero.

—¿Y cómo sabrías tú que es la indicada?

—¡La portada de un libro jamás se equivoca! Como sé que va a pasar por el título, sabré lo que dice en la contratapa.

—De acuerdo —dijo no muy convencido.

—¿Y bien? ¿Dónde está?

—En la residencia Underworld.