- Gracias Amane y Tsukasa, gracias, ahora, puedo ser feliz.
Esas fueron mis últimas palabras, mis lágrimas salieron por un última vez, y mi piel se iba poniendo más pálida.
Ya estaba muerta.
Ya es tarde.
Ya no hay vuelta atrás.
[Yugi Tsukasa. x rea...
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— ¡Te amo, Amane-kun! —respondí agitada, mi cabello rojizo era movido por el viento, mientras los pétalos caían.
Solo sentí como el agarraba mi cintura, me acercaba a el. Para susurrarme al oído un sincero «Te Amo».
Abrí mis ojos cuando lo sentí presionar mis labios con los suyos. Una leve sensación de durazno invadió mi boca, mientras sentía como me acercaba cada vez más a él.
Y luego…
— ¡AKANE-CHAN! —me levanté del escritorio, ví a al causante de esto: Amane.
Vi a mi alrededor y ya no había nadie. Estaba atardeciendo, los colores amarillo, rojo y naranja se difuminaban sobre el horizonte.
— ¿En qué soñabas? —preguntó mientras me tendía mi bolso escolar.
— En nada Amane-kun, en absolutamente nada…
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