Gracias || Yugi Tsukasa

[🌦️];; One

Mis manos acariciaron su cabello, mientras el seguía leyendo aquella revista de astronomía antes de empezar un examen de matemáticas.

A él no le importaba está acción, pues estaba tan concentrado en su lectura. Me sentí brutalmente ignorada, pues aunque empecé a hacerle peinados el no se dignaba a voltearme a ver.

Rendida me fui con alguien más, esperando que el al menos notara mi ausencia. Más nada.

Suspiré triste, a el creo que realmente no le importaba realmente mi amistad.

— ¿Todavía no le confiesas tus sentimientos? —me preguntó una amiga, mientras yo me sonrojaba por aquello dicho.

— ¡Shh! Nadie debe de oírte. —avergonzada la callé, pues prácticamente lo estaba gritando.

Volteé a ver Amane, este seguía leyendo su revista. Me desilusioné, pues tenía aunque sea la mínima esperanza de que el escuchará.

Suspiré frustada, agobiada por ese sentimiento que se había adueñado de mi corazón.

¿Qué me hiciste Amane? Mi corazón palpita con fuerza cada vez que veo tu sonrisa, me hierve la sangre cuando tus manos toman las mías para caminar. Me sonrojo cuando me dices cumplidos sobre lo bella que estoy, me pongo nerviosa por cada mínima acción que haces, Amane.

Se que es amor, no soy una tonta. Más no quiero aceptarlo, se que eres mi amigo. Tengo miedo, tengo miedo. No quiero sentir esto, no quiero.

El maestro nos aplicó el examen. Y prácticamente me jodi, pues no pudo responder nada bien. La campana del descanso sonó, frustada salí de ahí. Se notaba mi cara de odio que tenía.

Me senté con mis amigas. Claro, Amane era mi mejor amigo, pero no solo estaba el. También estaba su gemelo Tsukasa. Me llevaba de maravilla con el.

— ¡Claro Tsukasa-kun! —respondí mientras juntaba mis manos, haciendo una genuina sonrisa que solo se la dedicaba a el. Y el lo sabía.

— Me encanta tu sonrisa, Akane-chan… —dijó mientras acomodaba un mechón de cabello detrás de mi oreja, haciendo que me sonroje.

Su sonrisa era más juguetona que la de Amane, por un momento me olvidé de que el existía, y le dedique todo ese pequeño tiempo a los ojos y sonrisa de Tsukasa.

Y me encantó.

Las clases después del receso pasaron cuál estrella fugaz. Sin darme tiempo de tomar alguna nota, la campana sonó. Suspiré divertida, guardando todos los útiles utilizados en la última clase en su bolso escolar.

Colgué en mi hombro la mochila. Llendó feliz hacia el lugar de Amane, más el ya se había ido.

Decepcionada, salí de la habitación de estudio para caminar hacía la salida. ¿Porque el no tenía tiempo para mí? Se que suena egoísta, pero le brinda a todos mucho tiempo, excepto a mi. Aunque simplemente yo lo siento así.

— ¡A-k-a-n-e  c-h-a-n! —una voz infantil me sacó de mis pensamientos tristes. Lo volteé a ver, y ví al gemelo de mi enamorado.

— ¿Que pasa Tsukasa-kun? —le pregunté mientras el llegaba a mi lado y seguíamos caminando.

— ¡Hoy irás a la casa conmigo! —dijó, mientras me agarraba de la mano.

Ese sentimiento fue tan cálido, que acepte sin rechistar. El atardecer ya llegaba, y si no, nos dábamos prisa la noche nos pasaría los talones.

Salí agarrada de la mano de Tsukasa, el gemelo de mi enamorado.

Al final será de Tsukasa. 😔👌🏻