1

20 1 0
                                    

El sonido de la agitada respiración e incluso el latir de su propio corazón podían escucharse en esa habitación de paredes totalmente pálidas, y penumbras que volvían simples contornos a los únicos y silenciosos moradores de aquel fétido lugar.

En medio de aquel desorden, lleno de miles de partículas de polvo que consumían la mínima posibilidad de algún efímero brillo, perteneciente a un quirófano o lo que alguna vez habría sido uno, el cuerpo de un joven enfermero se estremecía ante al suave tacto que uno de sus pacientes ejercía sobre él. Era un simple roce con sus ahusados dedos que hacía poner sus vellos de punta a medida que recorría cada rincón de aquel cuerpo inmovilizado por gruesas tiras que habrían sido usadas para privar del movimiento en tratamientos psiquiátricos tiempo atrás .

En ese lugar donde aquel enfermero se mostraba tan frágil, tan sumiso, tan asquerosamente perfecto según el propio criterio de David Williams, paciente del hospital psiquiátrico donde trabajaba Alex Mattel y donde estaban ambos, saciando sus más oscuros y perversos deseos; aquellos que cada humano posee pero que la mayoría nunca se atrevería a mostrar por miedos y prejuicios, pero ellos realmente eran libres de todo escrúpulo y sentimiento innecesario o eso creían. 

"Se veía tan excitante, tan mío" 
pensé mientras tocaba el borde de la camilla, donde se encontraba Alex, en un suave pero profundo tamborileo haciendo que él entrara en un estado nervioso proporcinado por la impotencia y el sentimiento de vulnerabilidad que provocaba el estar atado y a ciegas y esto me encendió aún más.

Y allí estaba yo contemplándolo como un depredador que espera el momento justo para lanzarse en la captura de su presa y en ese momento Alex era mi presa, mi jodida y más anhelada presa.

David tomó un bisturí de la mesita ubicada a un lado de la camilla donde estaba tendido el joven castaño ,expectante por algo que a pesar de negarselo a sí mismo moría por ello, quería sentir aquella locura a viva piel, aquel sentimiento insano que fue puesto en él por su paciente, aquel que abrió sus ojos, su mente, su alma y le dio a conocer verdades visibles solo a los ojos del alma. Por esto no le importaba en lo absoluto serle infiel a la mujer que amaba porque realmente nadie pertenece a nadie y si lo significativo era el sentimiento, él amaba a su mujer como desde el primer día.

La piel d Alex me invitaba a quebrarla y comencé a recorrer su piel con la parte roma del bisturí haciendo que pegara un pequeño brinco por la frialdad del objeto. Di vuelta al escalpelo y rompí la ropa de mi víctima consistente en un pijama de helados y gatitos, algo tan tierno que me asqueaba hasta el último hueso aunque me parecía  fascinante e irónico como alguien que parecía un delicado ángel fuese en realidad un vicioso demonio.

Alex estaba sobre la camilla ,atado y con el corazón latiendo de un modo ensordecedor, con su pijama roto y su cuerpo a la voluntad de aquel loco mientras se intorrgaba en que momento se dejó convencer de este acto tan imprudente.     
 
David interrumpió mis pensamientos al rozar uno de mis pezones y ocasionar un gemido que intenté callarlo en vano. Sentí una suave lengua jugueteando en mi pezón derecho mientras sentía un ardor en el bajo abdomen perteneciente al bisturí, acto que terminó de prenderme, aún en los pantalones mi erección era notablemente visible. En un momento me sentí solo ,dejé de sentir incluso la respiración de David y eso me quebró d miedo pero aún así esta situación seguía siendo ,al menos para mi, demasiado excitante. Luego de un tiempo que parecía eterno pude sentir una gélida estela que reconocí como un cubo de hielo pasándose por mi pecho desnudo mientras David lamía el rastro de agua y lo reemplazaba por el suyo propio.

Mi erección volvió a hacerse presente, esta vez en su máximo esplendor, mi cara ardió de vergüenza cuando sentí que la última prenda de ropa fue arrancada de mi y me sentí    vulnerable, expuesto y caliente, extremadamente caliente mientras sentí mi pene ser lamido de arriba a abajo en un suave pero placentero vaivén

El Williams tomó el bisturí y comenzó a cortar en uno de los muslos del castaño, escribiendo a su antojo, sin dejar de succionar su pene mientras el menor gemía, en parte por el ardor y también por el placer de aquella felación.
Salió de su verga y comenzó a succionar, esta vez , la sangre que destilaba de lo que había escrito en el Mattel.
Aún con sus labios repletos de aquel liquido carmín subió a la boca contraria donde depositó sus labios y comenzó un ardiente beso, una mezcla de sangre y saliva juntando de esta manera sus almas a través de sus cuerpos ,más de lo que alguien ajeno a ellos pudiese comprender.

David fue nuevamente al desatendido pene del menor y comenzó una masturbación enérgica, las mejillas del sumiso tenían un rosado desbordante en contraste con los tonos burdeos de sangre residual en sus labios.

Alex tensó cada músculo de su cuerpo y una fina capa de sudor apareció en su frente, apretó sus labios mostrando así la proximidad de su corrida y ante esto el demente apartó su mano y el enfermero quedó inseguro, estaba a solo un momento y la impotencia inundó cada centímetro de sí. Movía sus brazos intentando safarse pero  era en vano.

Sonreía maliciosamente mientras comenzaba a masturbar nuevamente a mi presa. Mimano se movía rápido, los gemidos y el palmeteo de mi puño estrellándose contra la pelvis del otro era todo lo que se lograba escuchar y era perfecto.

El climax llegaba de nuevo y David volvía a retirar su tacto para continuar en ese tortuoso juego para el Mattel.

Siguieron así por algún tiempo hasta que el sádico no pudo más, no aguantaba otro segundo verlo tan vulnerable, tan inocente a pesar de todo ,tan suyo de todo ,tan suyo.

Safó las riendas que sostenían al menor y se fundieron en un beso cargado de furia, pasión y en su mayoría desespero. Lo arrinconó chocando su rostro con la frialdad de la pared y sintió a Dave detrás de él recorriendo su cuerpo con sus manos de forma desesperada como si fuera un sueño y tuviese miedo de despertar mientras el otro  estaba ciertamente tocando el cielo debido a los besos caricias y sucias mordidas que su amante proporcionaba sobre él.

El mayor bajó hasta quedar con su rostro a la altura del jugoso trasero que tenia enfrente solo para él, sostuvo ambas nalgas , le propició una palmada que lo hizo estremecerse mientras las abría dejando a su vista la entrada del castaño, no dudó dos veces y metió su rostro en aquel estrecho lugar olfateando la escencia del Mattel ,su lengua comenzó a hacer circulos y así su presa ,aún rojo, dejaba escapar sonoros gemidos.

Will comenzó a simular embestidas con su lengua. A pesar de las ansias del castaño dejaron de acariciar su trasero pero en recompensa el más pálido de ellos bajó sus pantalones dejando a la vista su sexo radiante y lo colocó en la entrada. Comenzó a hundirlo en Alex y éste puso una mano en el abdomen de Will diciendo que se detuviera que dolía demasiado, al fin y al cabo era su primera vez con un hombre, las lágrimas asomadas en sus ojos hicieron que el mayor se encendiera aún más y no pudo resistir se dejó entrar en él de una estocada.

Un dolor tan profundo que temía incluso el respirar fue propiciado al castaño mientras más lágrimas resbalaban por sus mejillas
-Du..duele - Fue lo único que lloriqueo sintiendo realmente su cuerpo en un dolor tan agudo que no creía soportar.

Comenzaron a embestirlo suave y no tan profundo sosteniendo el deseo de partirlo en dos.
El vaivén comenzó a intensificarse a medida que se veía la expresión de placer en el rostro del menor

Las estocadas comenzaron a ser cada vez mas rápidas y profundas, los gemidos de ambos eran sumamente sonoros y el choque de sus cuerpos sudados excitaba cada vez más a ambos.  

El activo siguió en su labor hasta que finalmente no sostuvo más y se corrió en el interior de su pasivo, el cuál al salir, David se tumbó en el suelo porque sus piernas fallaron en demasía.
      

SICK _ yaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora