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Las lágrimas resbalaban por las mejillas del pequeño Alex mientras se retorcía de dolor en su departamento y observaba aquella cicatriz que aún poseía del momento donde había comenzado a perder la cordura que ataba sus pies a la tierra y a las medias verdades de la sociedad; aquella maldita frase escrita en su muslo, aquel jodido :
" Tu cuerpo me pertenece"
estaba atormentando su cabeza haciendo que su cordura finalmente se extinguiera.

Las lágrimas no dejaban de salir de sus enrojecidos ojos y los gritos eran sacados de su garganta como si con ellos lograra borrar su pasado, ese tortuoso pasado que había provocado David Williams.
El nombre del susodicho fue expulsado por él como si lo estuviese vomitando y de esta forma sacándolo de su vida

¿En qué momento había hecho eso con él?

¿En qué momento se enamoró de un jodido loco?

Y lo peor ¿En qué momento lo había dejado jugar con su corazón, su cuerpo y su mente?

Ante estos pensamientos realmente ya había llegado a su límite,al fin y al cabo

¿que podía perder alguien que ya lo perdió todo?

Dejó de llorar y gritar y ahogarse en su pena de aquella ridícula forma.

Una sonrisa para nada sana se instaló en su rostro y sus ojos se oscurecieron como una rosa que se marchita efímeramente.

Se bañó sin apartar esa sonrisa de su rostro y también se vistió y arregló perfectamente mostrándose como cada día o mejor que antes.

Antes de marcharse fue a su cocina, abrió un par de gavetas cogió algo y se dispuso a irse.

En el camino a su trabajo realmente se concentró en olvidarlo todo y en pensar en trivialidades o quizás no tanto como alego.

Llegó a su trabajo, saludó a todos como siempre y mantenía una hermosa sonrisa en sus labios, realmente se veía muy bien, vestía unos jeans color negro, que se ajustaban a su cuerpo, haciendo que sus piernas y muslos se vieran perfectos, al menos eso lo comprobaban las miradas de los compañeros en su trasero, usaba un pullover también negro pero éste estaba oculto en un abrigo algunas tallas más grandes y unos anteojos, que hacían resaltar sus facciones de Adonis griego , adornaban su cuerpo.

Caminó tranquilamente hacia su puesto de trabajo y luego del rutinario papeleo, se dispuso a comenzar su ronda de visita a cada paciente.
Recogió los medicamentos y cada una de las libretas donde estaban anotados los tratamientos y cuidados especiales de todos aunque él los conocía muy bien.
Comenzó por la habitación número 1 y prosiguió con una paciencia y calma irritantes si se sabe el estado en que estaba hacía unas pocas horas.                     

Al llegar a la habitación numero 15 decidió saltarla y fue a la siguiente,  cuando al fin ya había termiando su ronda diaria , fue a la habitación que había saltado, entró y cerró la puerta tras de sí y luego de decir:
"Hola Dave"
sus ojos se oscurecieron nuevamente y una mirada perturbadora adornó su rostro.

Se acercó al pálido y sin mediar palabra alguna sacó un cuchillo de su abrigo y sin pensarlo mucho lo apuñaló, un líquido carmín manchó la ropa hospitalaria y salpicó un poco al castaño, dejó el cuchillo enterrado en el pecho del rubio mientras metía un dedo en la mancha rojiza y se lo llevaba a la boca
- ¡Simplemente exquisito! -gritó mientras carcajeaba y comenzaba a besar a David 
  
La cordura había sido alejada de la mente de este enfermero y había dado lugar a un monstruo, un demonio, al fin y al cabo de la luz más potente y pura se desprende la sombra más oscura y asquerosamente putrefacta.

Alex reía mientras David se retorcía en el suelo desangrándose, realmente había aprendido del mejor a disfrutar del dolor, incluso el ajeno.

DOS MESES ANTES

El reloj comienza a hacer ese característico y estruendoso sonido indicando que la labor del Mattel comenzaría y a diferencia de otros días, Matt sentía que el Sol era más radiante y que a su vez ese sería un excelente día, miles de locas y absurdas suposiciones y posibles eventos a ocurrir en su magnífico día habían rondado la cabeza del pequeño mientras se alistaba para ir al trabajo con su ropa impecablemente blanca, la verdad el blanco le parecía un color horrendo , lo sentía vacío,  carente de sentimientos o emociones y eso no le agradaba porque él estaba repleto de ellas.
Salió de su casa e ingresó en su coche negro, un hyundai de cristales oscuros, arrancó el motor y en pocos minutos había llegado a su destino donde, como siempre, saludó a todos y mostró esa hermosa sonrisa que distinguía a Alex Mattel del resto.

Él era distinto de cualquiera de allí, tanto pacientes como sus propios compañeros, él se veía tan puro, tan inocente, tan limpio mientras que todos los demás ,en mayor o menor medida ,estaban teñidos con la tinta de la realidad , la mentira , del mundo en sí mismo pero Matt era como si viviese en su propio universo, uno hermoso y donde cualquiera puede ser feliz, por esto el pequeño enfermero era el centro de atención de aquel hospital ,no solo por su físico sino por esa extraña sensación que provocaba en todos dando a entender que él no pertenecía a ese nauseabundo sitio.

Su día iba transcurriendo de maravilla, los mismos rostros y la misma rutina de cada día, y quizás para algunos resultaría cansino o aburrido pero él amaba lo que hacía.

Mientras llenaba unos papeles en su escritorio un nuevo expediente fue colocado en sus manos mientras observaba una camilla entrar por la puerta a su izquierda donde había un chico, de cabellos blancos ,tendido.

Comenzó a leer el expediente del que sería, a partir de ese día, otro paciente del cual preocuparse y al que como todos terminaría agarrándole cariño muy pronto.

David Williams 20 años, paciente esquisofrénico - comenzó leyendo para sus adentros mientras se ponía de pie para su primer contacto con el susodicho. Caminaba con pasos firmes y seguros por el largo pasillo hasta la habitación número 15 donde se encontraba ahora un nuevo "inquilino".

Abrió la puerta y se encontró dentro un chico pálido, con labios grandes y rosados , parcialmente abiertos , una nariz pequeña y unos cabellos níveos que adornaban su frente, una mandíbula pronunciada que hacía verlo sumamente sexy según la primera impresión del enfermero y unas pestañas largas que adornaban sus ojos cerrados.

Observé la habitación pálida sin decoraciones ni objetos , solo con un cuerpo centrando el lugar y no pude evitar seguir mirando a mi nuevo paciente con la misma curiosidad que detallo a cada persona que entra en esta sala. Sus clavículas pronunciadas denotaban la entrada a un pecho marcado oculto en la blanca ropa y a la vez delineando un cuello suave y delicado.
Toqué su frente para comprobar su temperarura y retiré de paso el cabello que estorbaba en su mejilla.
Palpé su cuello y su rostro detallando sus facciones en busca del reconocimiento rutinario característico de cada nuevo ingreso.

Mientras tocaba su rostro sus ojos se abrieron y me permitieron por primera vez observar el color grisáceo que asomaba en ellos. Un color vacío,  ni tristeza, ni dolor, ni alegría, ni regocijo; solamente se notaban inexpresivos semejante a los ojos de un muñeco, un simple títere.

SICK _ yaoiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora