Capitulo 9

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Empezó a sudar de desesperación, quizo tranquilizarse pero no pudo, deseo que todo fuera un sueño.

Espero y de nuevo escucho pasos dentro de su habitación, alzó un poco la cabeza y lo vió, llevaba la misma ropa de aquella noche, los guantes blancos y el antifáz.

Pensó en jugar un poco con la mente perversa de ambos y se puso de pie, ignoro por completo a la silueta acorralada en una esquina de su habitación y procedió a quitarse los pantalones, se acostó nuevamente sobre las cobijas y se quedó ahí hasta que empezó con su juego.

Llevó su mano derecha a su entrepierna y empezó a tocarse, cerró los ojos y no le importo en lo absoluto que lo estuvieran observando, jadeo a su gusto y siguió dando placer a su cuerpo.

En la esquina, pegado a la pared y con un bulto dentro de sus apretados pantalones; vegetta miraba atento aquella escena tan exitante, mordió su labio inferior con fuerza cuando escucho un sonoro gemido del rubio, camino hasta la cama, se monto sobre el chico y le ayudó.

Rubén se asustó al sentir las manos heladas de alguien más chocar con las suyas, abrió un poco los ojos y lo vio ensima suyo, jadeo para ver la reacción del contrario.

Con cuidado, vegetta quito las manos de Rubén para después poner las suyas y moverlas de arriba a abajo.

~ahh~ gimió Rubén, Samuel aceleró sus movimientos provocando que el chico rubio encorvada su espalda y apretara las a sábanas con ambas manos.

Jadeo y gimió hasta que por fin llegó al clímax, controlo su respiración y abrió los ojos. Encontró a samuel sin camisa y despeinado, sentado sobre él mordió su  labio y empujó sus caderas.

Vegetta lo miró, él chico de orbes verdes estaba retandolo y sin más aceptó el juego.

Desabrochó su pantalón y lo tiro a alguna parte de la habitación, ayudó a rubius a quitarse la camisa y, cuando ambos estuvieron completamente deamudos se miraronel uno a él otro, extrañaban verse así, querían tocarse pero el me monto era tan especial y único, cada uno se deleitaba con la anatomía del otro.

—¿empezamos ya? — habló vegetta, Rubén sonrió sumiso a cualquier acción siguiente del mayor.

Lo tomó de las piernas y las abrió lentamente, provocando desesperación en el pequeño.

Lo miró y mojo sus labios, la imagen era demasiado exitante, Rubén acostado en la cama, con las mejillas rojas, su entrepierna palpitante y abierto de piernas.

Beso el vientre del más pequeño y fue bajando hasta llegar con el miembro de Rubén, lo chupó a su gusto, luego obligó al rubio mojar con saliva dos dedos suyos.

Los introdujo en el interior del pequeño y movió lentamente hasta que se acostumbrara.

~mierda Rubén~ gruñó

~veg ahh... Vege~ completamente sumiso ante el mayor.

Vegetta sacó de manera brusca sus dedos recibiendo un quejido en protesta de rubius. Se acomodo mejor entra las piernas del ojiverde y lo oenetro de una.

~oh veg~ abrió los ojos y levantó la cabeza ~ oh mierda duele ~ jadeo.

~te acostumbraras~ vegetta estaba disfrutando demasiado, le interior del pequeño era apretado y caliente. Movió sus caderas para empezar con su vaivén.

Jadeos, gemidos y palabras obscenas llenaban la habitación, dos cuerpos unidos en la mitad de la noche, dos almas que se amaban y pertenecían la unaa la otra y dos seres que desearon consumir su amor de esta manera. Llegaron juntos al clímax, embriagados en placer y deleitacion.

Vegetta tardó un poco más en salir del pequeño, le encantaba estar así, se sentía muy a gusto.

Se quedaron acostado un rato más, abrazados, disfrutando del calor del otro.

—¿vege? —

—¿sucede algo cariño?—

—te amo demasiado— escondió su cara en el cuello del samuel.

— te amo muchísimo mas chiqui— lo atrajó mas a él.

—¿papi? — tocaron al puerta—¿puedo entrar papi? ¡Tengo hambre! —

—demonios debe ser dani — se pudo de pie y se vistió, acomodo un poco su cabello y le ordenó a vegetta hacer lo mismo. Abrió la puerta y encontró a su pequeño hijo aún con el pijama puesta fuera de la habitación —¿Estas despierto tan temprano? Dani apenas son las siente de la mañana —

—si papi pero tu no pudiste dormir en toda la noche — jugo con sus manitas nervioso—te quejabas mucho —

—oh cariño— le cargó —tuve.... ¿Pesadillas? —

—esos son sueños malos — Rubén asintió y luego bajó con su hijo en brazos al comedor, vegetta bajo detrás de ellos y cuando Daniel lo vio sus ojitos se llenaron de sorpresa y alegría.

—¡Papi vege! — grito el niño y corrió para abrazar a samuel —¿porque no aparecías? —

—dani — sonrió enternecido y lo cargo— lo siento pequeño, estuve ocupado pero ahora me veras todo el tiempo—beso su frebtesita y elugo se acercaron a Rubén.

Se abrazaron como una familia y es que, si eran una familia una hermosa y magnífica familia.

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¡Hola!

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Los quiero un beso. 🐥

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