Volver (rubegetta)

Epílogo

Como siempre, la canción escuchen la cuando vean: 💍

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Los días de aquella semana se habían pasado volando, ya era lunes de nueva cuenta.

—¿vas a querer salir hoy? —preguntó Rubén.

—¿ayer sali? —

—mmm no pero.. ¿Puedes salir hoy? Tengo algo que darte—

—vale, deja ir a cambiarme y salimos aunque... ¿Ya es un poco tarde no? —

—si vege pero esto es importante— vegetta se paró del sillón y fue a cambiarse.

Mientras tanto, Rubén acomodaba en su mochila la cura para la enfermedad de samuel.

—¿listo? — lo miró bajar por las escaleras.

—¡listo! — sonrió y se acercó al rubio.

Salieron y Caminaron sin rumbo, se perdieron entre los oscuros bosques detrás de la casa de rubius, luchaban de vez en cuando con las bestias horrorosas que había.

—¿qué es lo que quieres enseñarme? — a rubius se le escapó una risita travieza.

—es algo más bien, que quiero darte — lo miró atento, la luz de la luna daba sobre la pequeña laguna a la que habían llegado, están rodeada de árboles y oscuridad, los moustros asechaban tras las tinieblas.

Pararon de caminar y se miraron mutuamente, sonrieron. A vegetta le faltaba poco para olvidar aquel día.

—esto que quiero darte es demasiado importante — saco el pequeño frasco de su mochila —esto, es para ti... Me costó mucho
Conseguir este pequeño frasco pero.... Vale la pena — se lo entrego y espero paciente a que se lo tomará.

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—¿porque sabe tan.... — se mareó de nuevo, su cabeza quedó en blanco y luego... Todos sus recuerdos llegarón a él— yo te... Recuerdo rubius... Rub... Mi Rubén— lágrimas de felicidad salían de sus orbes, morado y verde de nuevo llorando.

En la vida, nada es color rosa, las cosas aveces suelen parecerlo.

En realidad ninguno de los dos se había dado cuenta del esqueleto que los observaba desde atrás, apuntando con arco y flecha. Disparó.

Una punzada, dolor constante en el pecho, sangre brotando de su ser, la falta de aire. La preocupación de vegetta aumentó cuando vió a demás monstruos acercandose.

Cargo el cuerpo de Rubén y Corrió muy lejos de ahí.

El rubio ya no sentía las extremidades, el aire le faltaba y la cabeza le dolía. Angustia, el mayor sentimiento que tenía en aquel momento ¿que sería de vegetta y Daniel sin él? Sus ojos se volvieron a llenar de lágrimas, esta vez de tristeza y desesperación.

—veg— su voz, ronca y sin fuerza.

—espera Rubén, estamos llegando ya — siguió corriendo entre los árboles.

—veg escucha— salió como un susurro — para por favor, me lastima más —

Vegetta paró y recostó suavemente el cuerpo de rubius en el suelo.

—¿qué pasó rub? — tenía sudor por toda la cara, una expresión de preocupación llenaba por completo su rostro.

—te amo vege — tosió— cuida bien de Daniel... Cuéntale lo maravilloso que fue su padre Rubén, de nuestra historia de amor, de lo imposible que es no enamorarse de la persona incorrecta, enséñale cosas, como defenderse y por favor.... Dale las buenas noches por mi —

—no, no, no, no, no Rubén por favor — cogio el rostro del menor y lo acerco al suyo — no me dejes...yo no te deje por favor Rubén... Te amo, te amo, te amo eres lo mejor que me ha pasado en la vida.... Rubén — chilló. El chico de orbes verdes y cabello tiñado a rubio... Cerró aquellas lindas esferas color esmeralda, dejó de propinarle aire a sus pulmones, su cuerpo se aflojó y o respondió más.

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UnU

*le pegan porque los hace sufrir*

Y con esto le damos fin a esta maravillosa historia. Llegamos al clímax de esta aventura.

Espero que haya sido de su agrado este relato. Estoy muy agradecida con ustedes (otra vez) por ayudarme y darme los ánimos para escribir este fanfic. Al principio no tenía muchas esperanzas sobre este proyecto pero ahora... Tengo ganas de seguir haciendo historias para ustedes.

Mis pollitos son los mejores.

Los amo. Los quiero. Un beso. 🐥

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